Capítulo 7

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Miro hacia adelante, olvidando todo, abandonando a la antigua yo. Me subo en el auto de la mujer y nos fuimos. Ella me comienza a hablar, pero decido no escucharla. Estaba diciendo cosas como "Te va gustar el lugar" " No vas a estar sola" "Es un lugar bonito" y cosas así, como si tuviera opción de decir que no. No sabía en donde era, no conocía esta ciudad, todo era nuevo para mí. No había visto nada de afuera, siempre estuve en el hospital. Habían muchos edificios grandes y personas caminando hacia adentro de ellos. Nos tardamos alrededor de unos treinta minutos en llegar al lugar. Me bajé del auto y vi una estructura blanca con rejas de tubos de metal negro. Tenía muchos árboles y arbustos, la estructura parecía una iglesia, pero no lo era. La mujer me hace señales de que fuera para donde ella, al llegar comenzó a caminar enseñándome todo. Me enseñó donde los niños pequeños jugaban, que era en el gran patio de al frente, me enseñó el dormitorio de las mujeres, solo eran camas literas unas al lado de otras, algunas camas están recogidas otras regadas y algunas sin nada. Todo esto era muy raro para mí, pero no podía decir que no. La mujer me enseñó el baño y donde escogíamos la ropa, era una gran mesa muy organizada con diferentes tipos de ropa: camisas, pantalones, vestidos, faldas etc. Me explicó que todo lo demás me lo daban porque era un poco más personal. Por último, me enseñó la cocina y el patio de la parte de atrás, era un patio más amplio con lugares para sentarse, con una cascada de roca artificial rodeada de arbustos. Se veía un lugar lleno de paz, no había nadie, así que tal vez era por eso. Había un lugar en donde parecía que hacían fogata. Me volvió a llevar al dormitorio y me dijo que escogiera una cama. Habían muchas, pero había una que estaba el lo último del dormitorio en donde habían unas cuatro camas vacías. Al parecer a las chicas de aquí no les gustaba estar en esta parte. La mujer me dio una colcha azul para cubrir la cama. Ella me llevó a un salón, me senté y comenzó a explicarme las reglas, horarios, y todo lo que necesitaba saber de este lugar. Mi horario era:

8:00am - 9:00am — aseo personal

9:00am - 10:30am — desayuno y reposo

10:30am - 1:00pm — tiempo libre

1:00pm - 2:00pm — clases de música

2:00pm - 3:30pm — almuerzo y reposo

3:30pm - 4:30pm —  deportes

4:30pm - 5:00pm — descanso

5:00pm - 6:00pm — rutina de ejercicios

6:00pm - 7:00pm — aseo personal

8:00pm - 9:30pm— cena

9:30pm en adelante hora de dormir

No me gustaba el horario, pero era a lo que me tenía que acostumbrar. Lo bueno es que los viernes había fogata. Más o menos estuve como dos horas en el salón, me dejaron salir para que fuera a almorzar. Habían muchas personas, iba a esperar a que se fueran la mayoría para poder almorzar, no me gusta estar alrededor de muchas personas. Al cabo de unos cuarenta minutos, la fila se va por completo, entro, agarro el plato y camino para que me vayan sirviendo la comida poco a poco, era muy parecido a un comedor de escuela, busco una mesa vacía y me siento. No tenía muchas ganas de comer, así que solo doy unos bocados y me voy. La mujer me dijo que hoy podía quedarme en el dormitorio, pero mañana tenía que empezar la rutina. Me quedo mirando todo bien, apreciando las flores que habían. Al pasar la hora de almuerzo, todos se van y yo me voy a mi dormitorio, ahí me quedo hasta que era hora de aseo personal. Me habían dado lo básico, que era una toalla para secarme, cepillo de dientes, etc. La ropa la tenía que escoger de la mesa grande. Espero a que todas escojan y por último escojo yo. No habían muchas opciones, así que agarré una camisa azul y unos pantalones de pijama color verde. No combinaban, pero era lo que había. Esperé a que todas terminaran, para poder asearme yo. Me meto en la ducha y comienzo a bañarme, al terminar, me visto  me lavo los dientes y me voy al dormitorio. Nadie había notado mi presencia hasta que caminé hasta mi cama. Todas me estaban mirando, llegué a mi cama y me senté en ella, evitando las miradas. Una chica se me acercó y se presentó, yo no dije nada, ella solo sonrió y se fue. Me acosté y me dormí. Me levantan, con un ruido, sabía que era hora de asearse para ir a desayunar. Espero a que escojan su ropa para escogerla yo, agarro una blusa suelta color rosa y unos pantalones de hacer ejercicios. Esta vez había demasiada ropa para elegir, más de la que había ayer. Vuelvo a esperar a que todas terminen de asearse para poder asearme yo. Me aseo y salgo para esperar a que todos desayunen. No me gustaba tener mucho contacto con las personas, por eso esperaba a que no hubiese nadie o pocas personas. Al terminar de desayunar, decido ir a sentarme en un banco al lado de un árbol a ver a todos hacer sus cosas. Ahí estuve hasta que era hora de ir a la clase de música, me presentaron y comenzaron la clase. Me encantaba cantar, pero no me gustaba cantar para otras personas, era algo que solo yo sabía. Ya terminada la clase de música, nos fuimos a almorzar, al bajar la fila, almuerzo y espero para ir a hacer deportes. A la hora de deportes, me cambio a una ropa gris muy fea y me voy. No era buena en ningún deporte, pero le di la oportunidad. Terminé exhausta, no podía creer que después había que hacer ejercicios. Descanso la media hora que tenía, para después ir a hacer ejercicios. Los ejercicios fueron peores que los deportes. Volví a terminar exhausta, me aseé y me fui a dormir. Así estuve por varias semanas. Los primeros días me dolía todo, pero después me fui acostumbrando. Tenía muchas pesadillas de lo que me pasó, casi todas las noches lloraba sin que nadie se diera cuenta. No hablaba, no reía, ni socializaba con nadie, gracias a eso me gané el apodo "La muda solitaria" pero solo me llamaban Muda. No me importaba que me llamaran así, era solo un estúpido apodo.  

Estaba en  la clase de música, entra la mujer que me trajo y me dice que la acompañara. Todos se me quedaron mirando, me puse de pie y la acompañé. Estaba nerviosa, no sabía a donde me estaba llevando. Llegamos al salón de visitas, ¿Quién me estaba visitando? Abren la puerta y me llevo la sorpresa de que era Daniela. Ella me abraza, me pregunta si estaba bien y yo asiento. Ella estaba feliz de verme. Dany me dijo que me iba a sacar de aquí, que solo tenía que esperar unas semanas más. La llaman, ella se disculpa conmigo. En ese momento llega un chico muy alto y Dany le dice al chico, que al parecer se llamaba Ángel, que se quede conmigo en lo que venía. Al mirarme sentí una conexión, como si nos conociéramos desde hace mucho tiempo. Él tenía la misma mirada que yo, confundida y un poco perdida. Se acerca y se sienta delante de mi. Comenzamos a hablar como si nos conociéramos desde hace mucho tiempo. Hacía tanto que no hablaba con nadie, que hablar con Ángel era lo mejor del mundo. Era muy simpático y gracioso. Jamás me había sentido tan bien hablando con alguien. Después de una media hora hablando, se despidieron de mi y se fueron. Después de unas dos semanas Dany cumple su palabra y me saca del orfanato para llevarme a su casa. Ya por fin no iba a estar en ese lugar, no era horrible, pero no me gustaba. Estaba feliz, mi vida por fin iba a una buena dirección.

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