Capítulo 13

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*Foto de César

César

Llego a casa del hospital. Estaba visitando a mi mejor amigo que estaba en coma. Me da mucha tristeza que este en ese estado. Entro a casa, mamá está haciendo comida.

- ¿Quieres comer? – me ofrece mamá

- Claro, tengo hambre. – contesto. Siempre tengo hambre

- Cuando termines de comer ¿Me haces un favor?

- Claro. – le sonrió

- Puedes llevarle este plato de comida a nuestro huésped. – me da un plato lleno de comida

- ¿Huésped? – arqueo una ceja

- Si, se llama Skyler. Daniela me pidió que la cuidara unas semanas.

- Ok

Termino mi comida lo más rápido que pude. Agarré el plato y fui para el cuarto de huéspedes. Toque la puerta tres veces. Una hermosa niña de cabello negro, le llegaba poco más abajo del hombro, ojos azules claro y piel blanca me abre la puerta. Noto que me sonrojo. Le entrego la comida y me voy. Jamás había visto una chica tan hermosa. Me voy a mi habitación. Me acuesto en la cama, cierro los ojos, lo único que veo es la cara de la chica. No me puedo sacar su cara de mi mente. Ya quiero que sea mañana para hablarle. Pero ¿Qué hace una chica tan hermosa en mi casa? Ma me tiene que dar una explicación. Me duermo sin darme cuenta. Cuando me levanto eran las siete. ¿Por qué me levanto tan temprano? Salgo de mi habitación, llego a la cocina. Mamá está haciendo el desayuno.

- ¿Puedes sacar a Skyler para que vea la casa?

- Sonrío ante la idea. – Claro que si

- Ok amor

Voy dando brincos hasta la habitación de Skyler. Estoy parado enfrente de la puerta sonriendo como un estúpido. Toco la puerta tres veces. Los nervios se apoderan de mí. Abre la puerta y admiro lo bella que es, es como un ángel. Noto que me sonrojo. Le digo que, si quiere ver la casa, ella no contesta solo sale y cierra la puerta. Creo que eso es un sí. Siento mariposas en el estómago. Fuimos por toda la casa. Ella no dijo ni una palabra. Cuando llegamos al patio, ella se sentó en la mesa que había en el patio. Se limito a ver la flor que estaba en el medio de la mesa.

- Lo extrañas ¿Verdad?

Una lagrima le recorre por la mejilla. Le seco la lagrima. Pongo mi mano debajo de su mandíbula obligándola a mirarme. – Él va a mejorar. – le digo. Sus ojos azules me miran suplicantes. Tengo ganas de abrazarla, pero me contengo. Me voy de su lado. Busco una flor, y se la doy. Sonríe sin ganas. Me da las gracias. Me vuelvo a sonrojar. La miro, es simplemente hermosa. Estuvimos horas en el patio hasta que anocheció. La dejé enfrente de la puerta de su habitación y me fui a la mía. Me bañé y me acosté, me dormí a los pocos minutos. Me levante emocionado. El corazón se me quería salir del pecho. Desayune rápido para llevarle la comida a Skyler. Le toque la puerta tres veces para que supiera que era yo. Me abrió y agarro la comida. Antes que cerrara la puerta le pongo el pie. Vuelve a abrir la puerta.

- Ella asiente. – Cuando termines de desayunar vamos ¿Ok? – ella vuelve a asentir

Cuando termino, salimos primero a caminar. Estaba un poco pálida pero no le di importancia. Caminamos alrededor de treinta minutos. Le tape los ojos con una bufanda que tenía. La lleve al bosque. Cuando le destape los ojos quedo paralizada. Creo que estaba sorprendida

- ¿Te gusta? – sonrío

- Vámonos de aquí. – empieza a llorar

- ¿Estás bien? – estaba preocupado

- Vámonos por favor, no quiero estar aquí. – me mira con esos ojos suplicantes y no me negué

Cuando llegamos a dentro noto que se sostiene en la pared. Le pregunto si está bien y me dice que sí. Después de unos segundos empieza a perder el equilibrio. La logre agarrar a tiempo antes de que callera al piso. Estábamos solos en casa. La lleve rápidamente a su cuarto. No despertaba. No tarde en llamar a mi madre. Después de al menos unos quince minutos ella llega con Daniela.

- ¿Qué paso? – pregunta mi madre

- No- no sé. – estaba nervioso

Daniela sale de la habitación. Hablo con mi madre, no pude escuchar nada.

- Ma ¿Ella va a estar bien? – pregunto ya las lágrimas estaban saliendo

- Si ella va a estar bien. – me abraza y lloro en sus brazos

- Ma, todo fue mi culpa. La lleve al bosque a una casa del árbol que Ángel tenía. Ella me suplico que nos fuéramos. No entendí por qué, pero nos fuimos. Entramos y parece que se empezó a sentir mareada y a los pocos segundos se desmayó. Logre agarrarla antes de callera. La lleve al cuarto de ella. No se levantó, así que te llame.

- Mi amor, no fue tu culpa. Si no la hubieses sacado talvez hubiese pasado eso mismo en su cuarto y no nos hubiéramos dado cuenta. – me mira a los ojos

- Es verdad. – digo entre sollozos. – Gracias Ma. – la abrazo más fuerte

SkylerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora