Capítulo 6

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Es difícil decirle adiós a la vida que tenías, pero cuando algo es para tu bien, no está mal. Aveces uno tiene que sacrificar lo que tiene por el bien de uno mismo. Los cambios no son malos, lo importante es que cambies para el bien, no para el mal. La mujer se despidió de mi, le agradecí, y se fue. Me quedé sola en la habitación. Había mucho silencio. Odiaba el silencio, me hacía pensar y cuando pienso, comienzo a recordar. Enciendo la televisión y comienzo a verla. Sentía un nudo en la garganta. Las sentía venir, sentí el dolor acercarse. Sin permiso comienzan a salir. Este dolor que no te dejaba respirar, las gotas caían una detrás de otras como la lluvia, empapando mi rostro, arrasando con cada pizca de felicidad que tenía. Era abrumador, era doloroso, pero lo tenía que dejar salir, para poder cerrar este capítulo de mi vida, lleno de felicidad, dolor, desesperación, tristeza, inseguridad, entre otras cosas. Quería empezar de cero, es lo mejor. Voy a volver a nacer, teniendo el mismo cuerpo que la vida pasada, la misma edad y los mismos recuerdos. Voy a cambiar. Voy a mejorar. Una pizca de fe, eso era lo que tenía, un solo rayo de luz, inalcanzable, pero voy a llegar a él para poder encontrar una salida a este túnel lleno de tristeza y soledad. Quería encontrar una manera de salir de esto. Estoy viva, eso es lo que importa. Las pocas fuerzas que tengo las usaré para poder ponerme de pie y caminar hacia adelante. No me puedo dejar vencer por el dolor y la pérdida. Muy dentro de mí sé que todo tiene un propósito y todavía no sé cuál es, pero muy pronto lo sabré. No me quería ir de aquí y mucho menos a un orfanato. Aquí me sentía segura, no tenía contacto con las personas excepto las enfermeras que solo entraban y salían rápidamente. Ahora va a cambiar, voy a tener que interactuar con las personas, no voy a tener un lugar privado, ni voy a poder evitar a las personas. Va a ser difícil acostumbrarme a un lugar así, pero no hay otra opción. La noche había llegado, sabía que mañana me iba a ir de aquí, y que el comienzo de mi nueva yo lo iba a llevar acabo. Mi antigua yo, antes de esta tragedia, era muy segura de sí misma, no era una persona extrovertida, pero me llevaba bien con todos, era algo tímida, pero si me necesitaban para ser la primera en dar un informe oral, lo hacía sin pensarlo dos veces, reía todo el tiempo y compartía mis ideas, pero esa chica dejará de existir y una nueva persona va a tomar el control. Una chica desconfiada de todos, tímida y introvertida que prefiere que la traten como la persona invisible del grupo, que prefiere que las personas se pregunten "¿Ella está conmigo en el salón?", quiero ser la típica que tienen que obligar a hablar, a la que casi nunca le piden opinión. En eso me quería convertir, quería protegerme de todas esas personas malas en el mundo, que se disfrazan en personas buenas. No quiero pasar por lo mismo otra vez.  Decido acostarme a dormir porque no podía evitar lo inevitable. Al cabo de unos minutos de dar vueltas me duermo. La mañana se hacía notar. Tenía que prepararme, no tenía nada que llevarme. Llegué aquí sin nada y me iré con lo mismo que llegué, con las manos vacías y las mismas cicatrices, pero no me iré siendo la misma, me voy a ir cambiada y renacida. Dany me había comprado una ropa casi de mi talla como regalo de despedida. Ella se veía triste de que yo me fuera, podía ver que quería hacer algo para ayudarme, pero no podía hacer nada. La mujer de ayer había llegado para recogerme. Me despedí de la doctora con un fuerte abrazo, era unos de esos abrazos el cual no quería que me soltara, pero no podía hacer nada, ella me soltó y me fui alejando poco a poco. Dany me decía adiós con la mano, con una sonrisa muy triste, no me quería ir. Me acercaba a la puerta mirando hacia atrás, veo a Dany decirme "Se fuerte" sin hacer sonido, asiento y me volteo. Me detengo en en borde de la salida, sabía que si salía de este hospital, no iba a ser la misma, sabía que la antigua Skyler no iba a volver. Pude ver todos esos recuerdos pasar rápidamente por mi cabeza. Podía ver la sonrisa de mi madre que me llenaba cada vez que la veía, esas carcajadas que eran melodías para mis oídos, daría todo lo que tengo para escucharla otra vez. Sé que mi madre tuvo una vida feliz conmigo al igual que yo la tuve con ella. Recordaba todas las veces que cocinábamos juntas y competíamos por cual era la mejor, siempre ganaba ella, pero fingía que la mía era la mejor. Todas esas veces que me ponía como prioridad y me presentaba a todos sus amigos como si yo fuera una piedra preciosa. Ella siempre estuvo muy orgullosa de mí, siempre me lo recordaba, como si nunca lo hubiese escuchado. Desde la muerte de mi padre ella se dedicó a darme todo su tiempo, aunque trabajara, siempre sacaba un poco de tiempo para estar conmigo y contarme su día o yo contarle el mío. No me arrepiento de la vida que tuve, fue justo lo que necesitaba y si pudiera volver a vivirla, la viviría una y otra vez. Es muy frustrante, que a mis quince años tenga que olvidarme de todo. No me quiero quedar con mi vida pasada, es una herida muy profunda que no voy a poder sanar con los recuerdos del pasado, en cambio voy a poder sanar mirando hacia adelante y olvidarme de mi vida, pero ya era hora, era hora de dar ese paso que me llevará a la nueva yo que abandona todo su pasado.

SkylerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora