Capítulo 11

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Ángel

Me levanto un poco aturdido. Intento volver a dormir, pero no puedo. Eran como las tres de la mañana. Estoy dando vueltas en la cama intentando dormir, pero es imposible. Me siento en la cama. Me paro para ir a la cocina por agua. Tengo sed. Cuando llego a la cocina, Skyler está sentada mirando hacia afuera por la ventana. No se da cuenta de mi presencia. Tengo unas ganas horribles de asustarla, pero me contengo.

- Hola. – digo. Ella da un brinco, parece que la asuste. - ¿Te asuste? – me contengo la risa. Ella asiente.

Me voy a la nevera por un vaso de agua. Tiene los ojos rojos e irritados. Estaba llorando, lo sé. Su mirada está perdida en el vaso. Lo más probable está pensando en su pasado. Me acerco a ella, dejo el vaso de agua en la mesa y la abrazo. En solo unos pocos segundos ella empieza a llorar. Me abraza y esta vez con fuerza, casi me deja sin aire, pero no me importo.

- ¿No puedes dormir? – pregunta más estúpida, es obvio que no puede dormir. Que inteligencia Ángel. Te mereces un aplauso. Ella niega. Tengo el presentimiento que hay una razón por la cual no puede dormir. - ¿Tienes pesadillas? – deduzco. Ella me abraza más fuerte. Yo sabía, algo me lo decía dentro de mí. Casi no puedo respirar, ella lo nota y me suelta.

- Perdón. – ella se disculpa.

- le seco las lágrimas. – No importa. – le sonrío y ella me devuelve la sonrisa. – Ven. – la garro por el brazo con cuidado para no lastimarla. Salimos de la casa y la lleve al techo. Ella estaba confundida. Me senté y ella hizo lo mismo. – Acuéstate. – ella me obedece. – Mira las estrellas. – le digo y ella lo hace. – Las estrellas te van a ayudar a calmarte. – la miro. Esta preciosa, su pelo negro y sus ojos azules. Es la combinación perfecta. Angel pero que estas pensando. Creo que salio algo cursi de mi. Yo no soy así.

Ella se calma. Esta relajada. Bosteza. Ya tiene sueño y creo que yo también. Le digo que vamos a bajar. La ayudo. La dejo en la puerta de su cuarto. Antes de entrar me abraza y yo le respondo el abrazo. Me voy a mi habitación, con una sonrisa de oreja a oreja. No se de donde salio la sonrisa. Entro a mi cuarto y me acuesto en la cama. No sé cómo, pero me dormí. Cuando me levante, eran casi las once de la mañana. Abrí los ojos como platos. Ángel estas hecho un dormilón, me digo a mí mismo.

- Buenos días. – busco a Skyler con la mirada, pero no la encuentro.

- Buenos días. – dice mamá sin mirarme. – ¿Vas a desayunar? – me pregunta

- No tengo hambre. – digo mientras sigo buscando a Skyler con la mirada

- ¿Estás seguro? – me mira

- Si. Ma ¿Dónde está Skyler? – pregunto

- Salió. Me dijo que iba a ir al parquecito

- ¿Parquecito? – digo en voy baja. Después de varios segundos capto. – Ma, voy a ir a acompañarla.

- Ok mi amor.

Voy a mi cuarto me cambio y voy rápidamente hacia la casa del árbol. Se que está ahí. Llego rápido. Subo, está sentada con la mirada perdida en la amapola.

- Buenos días. – le digo

- Buenos días. – me sonríe

- ¿Qué haces aquí? – me acerco

- No sé. – se limitó a decir

- ¿Estás bien? – le pregunto. Ella asiente. Yo sé que no. Puedo ver la tristeza sus ojos.

- No te eh visto con nadie más excepto tu papa y yo. – se a lo que se refiere

- Mi mejor amigo está de vacaciones. Viene en estos días. Se fue a disfrutar el verano con la familia. Tengo amigos, pero todos viven lejos de mi casa. El único que vive cerca se fue. – sonrío sin ganas. – Pero llegaste tú y pues ahora tengo compañía. – Skyler baja la mirada

- Y cuando llegue tu mejor amigo, ¿Me vas a dejar sola? – sus ojos azules me miran con tristeza

- sentí como mi alma se partió en mil pedazos. – Claro que no Skyler, jamás te voy a cambiar, ni dejarte sola. Que mi mejor amigo venga, no significa que te vaya a dejar sola. Al contrario, quiero que lo conozcas. – me acerco y la abrazo, pero no responde a mi abrazo. - ¿Cómo puedes pensar eso de mí?

- Perdóname, no sé qué me pasa. – responde mi abrazo.

- Tranquila, te entiendo. – ella me mira. – Se lo que sientes. – le acaricio el pelo.

- Gracias. – susurra.

- No me tienes que agradecer. Te dije que podías contar conmigo para lo que sea.

Estuvimos en la casa del árbol varias horas. Empiece a sentir hambre. Se me había olvidado que no desayuné. Le digo a Skyler que bajemos, ella asiente. Dejo que baje primero. Cuando ya está por la mitad empiezo a bajar yo. Ya ella estaba abajo y yo casi llegando, pero una de las ramas se rompió, caí al suelo y todo se volvió negro.

SkylerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora