Capítulo 38

15 6 0
                                    

Skyler


Escucho a alguien salir era Ángel. Ayúdame por favor... Quería pedir ayuda, pero no podía. La lágrimas no dejaban de salir.

— Hey ¿estas bien? — no podía decirle nada. Se sentó en el suelo y agarro mi cuerpo desmayado en sus brazos — Tranquila, respira. Estas hiperventilando. Vas a estar bien. — me dice con una voz calmante, pero  sus palabras no lograban calmarme, no podía respirar, no podía

— Ángel no puedo... respirar. — logro decir

— Yo se, estás teniendo un ataque de ansiedad, necesito que calmes tu respiración, te vas a desmayar si no lo haces. — me dice muy serio

—No puedo respirar. — repetí — ¿Me voy a morir?— las lágrimas me estaban nublando la vista

— No te vas a morir, son solos tus pensamientos. Te prometo que no te va a pasar nada, solo tienes que respirar, no queremos que esto se vuelva más grave. – dice con su suave tono de voz mientras seca esas lágrimas que estaban escapando de mis ojos

— No puedo... no puedo respirar. — vuelvo a decir

— Mierda. – Ángel mira a todos lado para después ponerse de pie y cargarme hasta adentro de la casa, me coloca con cuidado en el sofá. Ya no sentía mis extremidades y mi vista se estaba nublando mucho más de lo que estaba — Te voy a presionar el pecho hacia abajo, voy a contar y vas a respirar cada vez que yo cuente. Vas a estar bien te lo prometo. — pone sus dos mano en el medio de mi pecho y presiona evitando que respire con rapidez — Uno — intentó respirar — dos, — lo vuelvo a intentar pero es inútil

— No puedo Ángel, no puedo, perdóname. — digo moviendo mi cabeza

— No te tienes que disculpar lo estás haciendo bien,  vamos a intentarlo otra vez ¿sí? — asiento —Bueno pues empiezo otra vez. Uno – vuelvo a respirar – dos – respiró – tres – vuelvo a respirar – cuatro, lo estas haciendo bien vamos. Solamente tienes que seguir repitiendo lo que estás haciendo.  – respiró – cinco – siento como mi respiración volvía a la normalidad y Ángel dejó de presionarme tanto el pecho – Lo estás haciendo bien, seis – volví a respirar y el saco sus manos de mi pecho. – siete, - estaba respirando al mismo ritmo que antes – ocho, nueve y diez. – da un suspiro de alivio.

Mi vista estaba volviendo a la normalidad. La movilidad de mi cuerpo también, así que decido sentarme, lo cual Ángel me ayuda. Estaba confundida ¿Por qué me dio un ataque de ansiedad? Ángel lo tomo con tanta calma y serenidad. No lo podía creer. Estuvo muy tranquilo, es como si ya supiera hacer eso. ¿Le habrá pasado a él?  Bueno pensándolo bien su madre es doctora. Me imagino que ella le habrá enseñado. Estábamos en silencio. No se que Ángel esperaba. ¿Tenia que decir algo? ¿Hice algo malo? ¿Por qué siempre me tiene que pasar estas cosas a mi?

— Hey, no vayas ahí, no queremos que vuelvas a tener otro ataque. – me agarra la mejilla y me da una cálida sonrisa

— ¿Cómo...? – lo miro confundida

— Conozco esa mirada.  Acuérdate que acabas de tener un ataque y todavía tienes esos pensamientos negativos. Y si te da otro ataque de ansiedad, no se si lo puedas controlar. ¿Cómo te sientes? – me mira fijamente

— Me siento bien, un poco agitada, pero bien. No entiendo ¿Qué me paso?

— Solo sé que yo salí de mi habitación y vi que no estabas en tu habitación. Te busque y cuando te encontré estabas tirada en el suelo teniendo un ataque de ansiedad. No sé qué lo provocó ¿Alguna vez te ha pasado eso? – niego, él dice algo entre diente lo cual no entiendo — ¿Me puedes contar que estabas haciendo o pensando antes del ataque? ¿Viste algo? ¿Te asustaron? ¿Te caiste? — eran muchas preguntas no sabía cual contestar primero – Perdón, no quiero agobiarte con preguntas debes descansar un poco, después hablamos y me cuentas todo con más calma. Voy a llamar a César para cancelar lo de hoy. No quiero que te pase algo. – se levanta

— ¡No! – lo agarro por el brazo – No lo hagas, eso es muy importante para ti, no quiero que pierdas esa oportunidad por mí. Es tu sueño, además yo te lo prometí y no voy a romper esa promesa – se vuelve a sentar

— Skyler, acabas de tener un ataque de ansiedad, tienes que descansar para evitar otro, lo mío no importa, se puede intentar el otro año, tu salud es primero

— No, no me lo perdonaría, estoy bien créeme, no quiero que canceles nada, no me va a pasar nada te lo prometo, además vas a estar ahí. – le hago una media sonrisa

— Bueno está bien, pero voy a estar muy pendiente y si sientes algo raro, me avisas, no importa lo que sea ¿esta bien? – asiento

Después de eso me quede en el sofá ahí en silencio; pensando. Después de una hora Cesar y los demás llegan. Veo que Reyna estaba con Cesar. Hablaron un rato de cosa de música, en verdad no le presté atención, estaba algo distraída. Ángel no me quitaba el ojo de encima. Sé que está preocupado por mí, pero no me gusta, odio ser la persona la cual siempre tienen que vigilar o proteger. Odio ser la víctima. Después de unos minutos de diálogo, en el cual no dije ni una sola palabra, nos fuimos al sótano a practicar. Al llegar Ángel saca un baúl viejo y lo coloca en el medio del sótano. Me hizo señas de que me sentara ahí, así que lo hice. Reyna estaba en una esquina  apoyando a su novio. Ya todos estábamos acomodados así que decidimos comenzar. Tú puedes, yo se que sí. Me digo a mi misma. Cuando empieza la música me concentro y comienzo a cantar. No lo podía creer. Estaba cantando, lo logré. El ritmo era perfecto, la música perfecta, todo iba bien. Estaba tan feliz. Al terminar la canción Reyna nos aplaude.

— Eso fue impresionante. No puedo creer que a la primera práctica lograran hacer toda la canción sin confundirse. Skyler. – me mira y yo la miro a ella – Esa voz tuya  es impresionante es como escuchar a ángeles cantando. – me sonrojo

— Bueno practicamos unas veces más y descansamos para mañana. – dice César y todos asentimos

SkylerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora