Capítulo 31

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Ángel

Tapo me cara con mis dos manos. Estuve como una media hora en mi cuarto encerrado, pensando en mi pasado doloroso, el cual intenté enterrar para siempre. Salgo de mi cuarto muy tenso para llevar a Skyler a la tienda. Ya se me había olvidado que iba a llevarla a comprar dulces. Skyler no estaba en la cocina así que fui a buscarla en su cuarto. Toqué la pueta y ella no tarda en abrir.

-¿Vamos a ir compra dulces? – hago una pequeña sonrisa y ella asiente. Salimos y empezamos a caminar hacia la tienda. Caminamos uno al lado de otro. Sentía todos mis músculos tensados. Mis manos en mis bolsillos estaban cerradas en puño

-Ángel ¿estás seguro de que estas bien? – me mira yo asiento y le sonrió, ella me agarra el brazo casi abrazándolo. Al hacer eso la miro rápidamente, frunce el ceño y me mira, pero seguimos caminando.

Al llegar a la tienda le digo que escoja lo que quiera y ella asiente. Agarra muchos dulces los cuales pago y nos vamos. Mi cara es seria, mi mandíbula estaba tan tensa que ya me estaban doliendo los dientes. Tuvimos una caminata larga y silenciosa caminata. Hubo unas veces que Skyler me miraba algo preocupada. Llegamos a casa y Skyler se ofreció a hacer brownies y no me negué. Me senté en el sofá y me puse a pensar. Mi celular suena, me tensé más de lo que estaba. No quería sacarlo, pero lo hice. Suspiro de alivio porque no era ella, era César, pidiéndome que le explicara.

La única persona que sabe lo que me pasó es César. No he tenido el valor de decirle a alguien, siento que me van a agarrar asco o me van a tener miedo. Por eso César es mi mejor amigo y lo quiero mucho. Él ha estado conmigo en las buenas y en las malas. Le explico todo lo de ella. Sé que es está enojado. Me dice que va a venir para ac, pero le digo que no, que se tenía que quedar ahí con su prima. Él me insiste, pero le contesto que no. Me dijo que mañana quería que fuera a su casa para que pudiera hablar con él. Dejo mi celular alado de mí.

El olor a brownies llega a mis fosas nasales. Me siento en la mesa y entrelazo mis dedos, los pongo debajo de mis labios y empiezo a pensar Me profundizo en mis pensamientos. Más bien en los recuerdos del pasado. Ya no estaba tan tenso como antes. Ya estaba un poco mas calmado. El olor a los brownies, por alguna extraña razón me había calmado. Además, tenía ganas de dulces.

No podía dejar de pensar en ella, la que me hizo sufrir, la que me hizo perder la confianza, la que me hizo perder la fe en el amor, la que me hizo tanto daño y les hizo mucho más a otros, personas que no merecían lo que le pasó, la que…

-¡Ángel! – Skyler interrumpe mis pensamientos, la miro – Te he llamado más de 5 veces.

-Perdón, estaba pensando en algo. – paso mis manos sobre mi cara

-¿Qué te pasa? Cuéntame, sabes que puedes contar conmigo y que siempre voy a estar aquí para escucharte. – agarra una silla y se sienta al lado me mí y me agarra las manos, iba a decir algo, pero ella me interrumpe y no logré decir nada – No vengas a decir que nada porque cuando íbamos a la tienda estabas exageradamente tenso y tú nunca estas así, además casi no has hablado, así que por favor dime – me suplica

-No puedo. – cierro los ojos

-¿Por qué no puedes? ¿Te amenazaron? ¿Te hicieron algo? – muevo la cabeza un poco para el lado con los ojos cerrados. - ¡Ángel!

-No quiero que me dejes de hablar o que me agarres asco o algo así. Nuestra amistad es muy importante para mí

-Ángel… - suspira- Yo jamás, pero jamás te voy a dejar de hablar. No importa que cosa hagas, no podría dejarte de hablar, así que por favor dime. – tenía miedo, pero tenía que decirle la verdad, igual que ella me la dijo a mi la vez que ella me contó lo que pasó.

-Estás bien. Todo empezó cuando llegue por primera vez a la escuela en sexto grado. No conocía a nadie. Era el famoso chico nuevo. Todos se conocían. Todos me miraban raro. Estuve solo unos cuantos meces hasta que una chica llamada – trago saliva y suspiro. Odiaba decir su nombre -Bárbara me habló. Éramos del mismo grado. Ella era la chica mala que trataba las personas mal, la popular. Yo no sabia eso. Me enteré muy tarde, pero bueno ella y yo nos hicimos muy buenos amigos, eso creía yo. Yo era como su perro el cual solo usaba y con mi inocencia no lo notaba. Poco a poco me iba enamorando de ella cada vez más y más. Mientras mas me enamoraba mas perro fiel me volvía hacia ella. Ella era una persona muy mala, le hacia bullying a todos, no importa si era hombre o mujer, mayor o menor. Con el pasar del tiempo todo fue empeorando. Ya no era en la escuela nada mas era en todos los lados que ella quisiera. Éramos perros rabiosos los cuales nos controlaba una sola persona. Golpeábamos a las personas porque le decían algo o le faltaban el respeto. Ella era la reina. Gracias al amor que sentía por ella no podía ver lo mal que estábamos. Yo era su favorito. Un año pasó y seguimos haciendo lo mismo. Estaba tan, pero tan enamorado de ella que le pedí ser mi novia y ella aceptó. Ella era mi reina y yo su juguete. Todo había empeorado. Habían llegado unas cuantas chicas nuevas. A ella le encantaba tener la gente debajo de su manga, pero 2 de las chicas no se dejaron intimidar por ella y ella se enojó. Empezó a hacerle bullying contante a ellas. Las 2 chicas se volvieron mejores amigas. Le hacia muchas cosas malas. Lo peor de todo era que yo le hice la mayoría de las cosas. Ella me mandaba a echarle sangre de cerdo en sus bultos a quemarles los libros, en el baño les echaban basura del basurero, les lanzaban animales muertos, la hacían sentir muy mal, le decían unas cosas horribles dentro y fuera de la escuela, hasta en su casa. Me acuerdo de que una vez estaba atrás de la escuela y veo a una de las chicas cortándose los brazos, y no hice nada al contrario se lo dije a ella. Las dos amigas estaban haciendo lo mismo. Ella estaba apoyando sus emisiones unas a otras, eran inseparables. Un día vimos que una de ella dejó de venir. Después de unos días nos dijeron que ella se había suicidado. – un nudo en la garganta se me había formado – Ella recibió la noticia y solo dijo “Yo quería molestarla más” y solo se rió, ahí me di cuenta de que algo estaba mal. Quería decirle algo, quería pararla porque ella seguía molestando a la otra amiga, pero tenia tanto control de mi que no pude. Sabia como manipularme. Ella era un monstro, pero por el amor que sentía por ella no quería admitirlo. Ella a mi me tenia un sobre nombre que era Anchel. Desde la primera vez que nos vimos y me preguntó mi nombre me había dicho así. Ella seguía y seguía molestando a la otra amiga con mi ayuda, hasta que hizo lo mismo. Las 2 amigas se suicidaron por mi culpa y a ella no le importó. Después de unas semanas de eso ella se cambió de escuela sin decirme nada, ni me envió un mensaje, ni me llamó, nada. Ahí fue cuando abrí los ojos. Estaba muy triste, pero lo más que me afectó fue la muerte de aquellas 2 chicas. Después de un buen tiempo ya se había olvidado todo. En ese tiempo conocí a César y le conté todo el solo me apoyó y no le importó. Decidí enterrar esos recuerdos juntos con mis sentimientos y ganas de enamorarme o hablarle a alguna chica. Me volví frio y distante con las chicas de mi edad. Cada vez que le hablaba a una veía las caras de las 2 amigas. Después de mucho tiempo logré olvidar todo. Hasta hoy que la amiga de ella me llamó y me la puso. Ella me habló y me dijo que iba a volver y por eso es que he estado así. Todavía las muertes de esas chicas me persiguen. – suspiro esperando la respuesta de Skyler.

Foto de Barbara

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