El chico de mis sueños°

#7 Miradas fijas

Cerré la puerta detrás  de mí, pensando todo lo ocurrido, tanto hoy como ayer.

En todo el día no le di ni una ojeada a mi teléfono. Me alarme de inmediato al olvidar ese pequeño detalle. Busqué los bolsillos de mis vaqueros, y efectivamente... Lo había olvidado.

Joder.

Y no vayan a pensar que me importa más el teléfono que mi posibilidad de mi "Adiós a mi virginidad". NO, claro que no. Sólo me preocupo al saber si mi mama ya se entero que estuve afuera sin su permiso; por lo menos me fuera enterado por las cientos llamadas de mi madre. Pero veo que el ambiente de mi casa esta poco iluminada  y de aire triste. Mi madre no se ha a parado.  

Bueno creo que el mundo  se apiadó de mí con su suerte. No es normal tener tanta suerte en tan largo tiempo.

- Me iré a dormir un poco - dije con una entonación moderada. Pero al dar el primer paso, se escucho un crujido en toda la casa. Demasiado ruidoso. - MIERDA. - dije ya susurrando. No me voy a arriesgar a que mi madre me escuche.

Mi madre cuando se despierta por algún ruido puede ser muy, muy, pero muy obstinante por lo que ella si quiere puede regañarte todo el horrible día solo por dejar un tenedor sucio en el lavaplatos. Y creemen que no estoy de humor para sus reclamos.

Camine lo más silencioso posible, para evitar hacer algún tipo de ruido.

¡¡ JODER !! , ME SIENTO COMO SÍ ESTUVIERA EN UNA PELÍCULA DE ACCIÓN !!

Me siento muy PODEROSA, pero como siempre el mundo arruinándolo siempre. Con mi estúpida mano golpee un vaso provocando que se cayera.

 ¡¡Estúpido vaso de metal!!. (también de mierda)

De pronto escuché como si una cama se crujiera debido por los movimientos que causa encima de ella. Mi mama lo escucho.

Adiós mundo cruel. Dios, gracia por todos estos años de vida.

Pero no escuche como si mi mama se levantara de su trono (cama), pues no la ví bajar de las escaleras. Por lo menos mi suerte sigue en pie.

Y yo ya despidiéndome del mundo. Que alivio.

Esta vez si tuve precaución. Subí las escaleras y me dirigí hacia mi preciado cuarto.

Al cerrar la puerta a mis espaldas, ya pude relajar mis hombros y expulsar todo el aire que contenían mis pulmones. Otra razón para decir que los milagros existen.

Ahora para relajarme y despejar mi mente necesito una buena música y por supuesto mi hermosa y querida cama. Me acosté con mis auriculares puesto y puse en marcha la reproducción de todas mis músicas.

Y todo un cliché, me quede dormida. De todas maneras voy a dormir un poco.

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Estoy en un cuarto oscuro y rejas me separan hacia la luz del sol. Hacia los rayos del Sol.

Mi vestido ahora no es blanco. Ahora es sangre. Mi sangre. 

No puedo ver nada, ni los rayos de Sol que dejaron de brillar para mi. Me abandonaron. Siempre me abandonan.

Ya no puedo estar aquí, es imposible. Ya no puedo con tanta oscuridad, odio, maltrato. 

Cadenas envuelven mis muñecas y tobillos, expulsando todo su odio a través de llamas. Sangre sale, envolviéndose con las llamas del odio.

Se que nadie me va a salvar. 

Por esa razón estoy en una celda. Alejada del maltrato. Alejada de la luz. Mi luz. Mi salvación.