Nuestra Salvación/kogan Y Jarlos/

Capítulo 47

Narra James :

La noche llego y yo no salud del hospital, todo estaba en completo silencio en la sala de espera, el frío del invierno hacia que quisiera tener una manta caliente que me de calor, pero para mi mala suerte solo tenia mi chaqueta.
Los doctores y enfermeras se marcharon y de la misma firma en que se iban, otros llegaban.

— Disculpe enfermera ¿Sabe algo sobre el paciente Carlos?

— El chico de la habitación 247 aun no despierta, pero si gusta puede pasar a verlo. — la enfermera me dedico una sonrisa coqueta y se fue volteando de vez en cuando. Deje salir una risa y me acomode el cabello.

Hoy no pasare a ver a Carlos tengo que ir con el desgraciado que lo dejo en este estado, ya es algo tarde pero no me importa, ahora sólo quiero saber por qué tuvo que hacerle tanto daño a mi pequeño.

Al salir del hospital mirada mi alrededor en busca de un taxi, por la carretera pasaban diferentes tipos de vehículos pero ninguno de ellos era lo que estaba buscando.
Tuve que quedarme esperando por más de 10 minutos hasta que pasó. Subí al auto y le indique mi destino al chofer el camino se empezó a tornar muy silencioso miré por la la ventanilla y las luces de la ciudad hacían  un paisaje bastante llamativo,noté como el chofer me miraba por el espejo retrovisor y él al ver que yo lo miré volvió los ojos a la carretera.

— Disculpe el atrevimiento joven, pero desde que subió se ve muy preocupado ¿se encuentra usted bien?

— estoy bien sólo que mi novio está en el hospital muy grave y eso me tiene muy preocupado,ya lleva mucho tiempo dormido y lo que más me preocupa es que jamás despierte.

Sentí Cómo se me hacía un nudo en la garganta sólo decir que Carlos no podría despertar.

El auto se detuvo, baje de el y le pague al chofer.

Y ahora estoy frente a la puerta que me separa de Liam, sólo ese delgado pedazo de madera me  separa de él, tengo que controlar mis nervios,porque si no lo hago posiblemente esta visita termine mal.

Abrí la puerta y lo vi, sentado con una pose despreocupada y tarareando una canción.

— ¿Qué haces aquí? Ya es tarde y lo único que quiero es dormir. — dijo cuando se dio cuenta de mi presencia. Su mirada estaba cargada de furia, su mandíbula tensa y su ceño fruncido. Es mas que obvio que le molesta mi presencia.

— Tengo que hablar contigo. — me acomode en la silla que estaba frente a él,pose mis brazos sobre la mesa que nos separa y lo mire con seriedad.

— ¿Cómo esta? — pregunto, acomodándose sobre su lugar y relajando sus facciones.

— Mal ¿Cómo quieres que este, después de lo que le hiciste? — le respondí, no hacia falta ser un genio para saber que se refiere a Carlos.

— Lastima.

— ¿Por qué lo hiciste?

— Fue un accidente — dijo volviendo a su pose inicial.
Respire hondo,no me voy a alterar, menos sabiendo que estos en la delegación y hay policías por todos lados. Pero el sólo oírlo decir que fue un accidente me molesta,quisiera levantarme y moler su cara a golpes hasta que deje de respirar.

— ¿Qué es lo que tiene?

— Los médicos han dicho que es posible que tarde en despertar, el golpe que recibió con la caída fue muy grave. No han comentado si tendrá secuelas.

Liam soltó una risa burlona, lo mire a los ojos e igual demostraban diversión.

— ¿Te parece gracioso? — le pregunte entre dientes, si hace unos minutos tenía ganas de matarlo,ahora tengo más.

— No... Y mas vale que te quedes cayado, porque tú no sabes lo que estas diciendo. Piensas que lo que sucedió no fue un accidente, pero todo no estuviste ahí para mirarlo.

— ¡No hace falta estar en el lugar para saber que tú querías matarlo!

— ¡Estas mal! — dio un fuerte golpe en la mesa — lo que menos quería era hacerle daño. ¿Y sabes por qué? ¡Porque yo no sería capaz de lastimar a la persona que amo!

Sus palabras me sorprendieron, ¿Él amar a Carlos? No,esto debe ser una broma.

— ¿Qué? ¿Te sorprende? — mire de nuevo su rostro y aun tenia esa expresión divertida plasmada.

— Callate — articule, sentía la furia querer apoderarse de mi cuerpo y mi mente, y ya casi lo estaba logrando, si este hombre sigue diciendo estupideces no podre resistirme mas.

— No sabes cuantas noches lo hice mio... Él jamás opuso resistencia... Es más aun recuerdo su hermosa voz entrecortada pidiendo por mas y gimiendo mi nombre.

— Eso es mentira.

— Piensa lo que quieras...