Capítulo 44

228 24 2
                                    

Narra James :

Sentía todo pasar muy lento frente a mi,mi corazón latiendo a mil por hora sólo por querer saber sobre aquel chico. Tengo un presentimiento de que es Carlos.

Una enfermera hizo que me pusiera el típico traje azúl que consistía en una bata,un "gorro' y un cubreboca. Cuando termine de alistarme la misma enfermera me indicó donde estaba la habitación 247,que es donde tienen al que quiero creer es mi adorado Carlos.

El olor a cloro me pica la nariz, nunca me han gustado los hospitales y es por eso que no soportó el olor.
Llegue a aquella habitación,dándome cuenta de que no era una habitación normal, esta tenia una ventana de cristal por la cual se podía ver el otro lado. Camine hasta la puerta abriéndola con lentitud, y otra vez sentí mis manos ponerse frías.

— Mi amor. ¿Pero que te han hecho?
Todo mundo se vino abajo, es él;mi Carlos. Se me formo un nudo en la garganta al ver su estado, su delicado cuerpo esta conectado a varios aparatos de los cuales desconozco su nombre. Su cabeza esta vendada y su rostro lleno de golpes. ¿Quien fue el animal que le ha hecho esto? Como es que alguien tuvo el suficiente valor para dañarlo y dejarlo en este estado.

— Cariño... Soy yo James. — dije sentadome junto a él y sujetando su pequeña mano entre la mías.

— Se que me oyes, aunque estés inconsciente quiero decirte que en todo este tiempo me hiciste mucha falta. ¿Sabes? Cada día,hora, minuto y segundo estuviste en mi mente. Nunca deje de pensar en ti. Pero también sufrí mucho, no sabes cuanto mi amor. Y verte así me duele, me hace sentir el ser más miserable del mundo, no te pude proteger, es por mi culpa que estas así. No pude cumplir la promesa que le hice a tu padre. ¡Perdón, perdón, perdón! — sin darme cuenta, mis lágrimas salieron de mis ojos. No podía evitarlo, no puedo dejar de sentir que fui un completo imbécil. Que en vez de estar haciendo algo de provecho para encontrar a Carlos. Me hundí en el alcohol queriendo olvidar y desahogar mi dolor, no pensé en que él la pudo estar pasando peor.

— Carlos... Mi amor... Por favor despierta... Te necesito,juro que moriría sin tu a amor. — seguí llorando, mis sollozo se oían en toda esa habitación, quería gritar, tirar cosas, pero no podía. El sentimiento de impotencia me hacia ahogar mis gritos, todo lo que siento dentro lo estoy dejando salir por medio de mis lágrimas.

— Carlos te amo. — me tire sobre él, tratando de no lastimarlo. Rodeando su cuerpo con mis brazos, quiero que sienta que estoy aquí,a su lado.

Mi cabeza quedo en su pecho, puedo oír los débiles latidos de su corazón. Él no realiza ningún movimiento, lo único que oigo son mis sollozos,todo parece desaparecer a mi alrededor.

— Perdón Carlos... Lo siento tanto... — pase mi mano por su mejilla acariciándola,a pesar de todos esos golpes,aun conserva su piel suave. Sus labios están secos pero aun así lucen tan apetecibles que quiero besarlo,quiero sentir de nuevo esos labios sobre los mios,tan suaves y torpes a la hora de besar. Necesito de nuevo ver sus ojos y su sonrisa. Y ahora es cuando me doy cuenta que no podre vivir sin él, es lo mas importante que tengo.

— Joven... Ya es hora de que se retire... Necesitamos hacerle algunos análisis a el paciente — una enfermera entró. No se veía mala, al contrario tenia una sonrisa muy linda.

— Sólo... Me despido de él — mire a la enfermera y ella asintió, mientras revisaba los aparatos. — Mi amor... Me tengo que ir, pero no te preocupes volveré más tarde. Recuerda que no puedes dejarme solo, así que has todo lo posible por despertar. Te amo pequeño. — deposite un beso casto en sus labios. La enfermera me miro con ternura y yo sólo le dedique un sonrisa.

Nuestra Salvación/kogan Y Jarlos/Donde viven las historias. Descúbrelo ahora