-Oh hola~ di una reverencia- ¿Conde phantomhive?~ pregunté.
-Ella es (tn)~ contestó Sebastian.
-Oh, mucho gusto (tn)~ contestó Ciel.
-Le mostraré su habitación y le daré las instrucciones, con su permiso Botchan~ dijo educadamente y me tomo de la mano.
Mientras íbamos a dirección a lo que sería mi nueva habitación, observé a Sebastian más detalladamente.
El era un hombre muy alto al parecer un metro con ochenta centímetros, ojos color carmesí, pálido y un cabello negro.
Llegamos a la habitación, era bastante espaciosa, honestamente era demasiado enorme, cosa que igual me incomoda ya que no soy de tener "muchas cosas" pero en todo caso lo valoraba.
Me sacaron de mis pensamientos.
-Aquí esta su habitación, arregle sus cosas y luego bajé para indicarle que hacer~ dijo con esa sonrisa peculiar.
-Esta bien..~ oí cerrarse la puerta y comencé a arreglar mis cosas.
Salí de la habitación, la verdad es que termine muy rápido no soy mucho de organizar y arreglar mis cosas. Solo los hice un muñón y los tire en el ropero. Llegué hasta la planta baja y me encontré con Sebastian quien me llevo a la cocina.
- Necesitaré mucho de tú ayuda, los compañeros tuyos no saben hacer nada, he estado intentando enseñarles en hacer las cosas bien pero al parecer no pueden hacer nada bien~ dijo.
- Deberías ser más paciente, cada persona tiene algo en lo que es bueno, tal vez tú no te has dado cuenta.
-(tn) Intentaría pensar los mismo pero ... ya te darás cuenta~ dijo seco.
-¿ Y qué tengo que hacer?~ pregunté, ya me estaba incomodando la situación.
-Ayúdame a cocinar y luego iremos a comprarte un vestido~ bue.. al menos me gusta comprar, solo hay que ver el lado bueno.
-Esta bien~ mencioné.
Narra Sebastian:
Vaya que Chica, tan inocente y ingenua. Como se le ocurre ver la parte útil de esos sirvientes buenos para nada. Pero me basta con ellos así puedo hacer tranquilo mi trabajo sin que nadie me estorbe.- ¿Y qué vamos a cocinar?~ dijo (tn) dulce.
-Haremos canapés para la fiesta~ mencioné sin más.
-Tengo una receta que te gustara, sólo necesito harina, huevos, mantequilla y tocino~ wow, no pensé que supiera cocinar, pensé que era una chica bastante inútil como lo demás humanos.
Mientras la veía cocinar, ella tenía un cabello muy hermoso, era una chica atractiva, como muchas otras con las que me había acostado para satisfacer a mi amo. Ella es una más del montón.
No sé demoro nada en terminar y se veía deliciosos sus canapés. Mande a que se preparara para ir a comprar su traje que usaría en la fiesta.
Fui a ver si mi amo me necesitaba y solo me dió una mirada tajante.
Llegué a la habitación de (tn) iba a tocar su puerta pero ella la abrió muy fuerte, provocando que me golpeara.
-L-lo siento ¿Estás bien?~ dijo preocupada y me toco la mejilla.
No sé que fue lo que sentí, me erizó la piel, realmente su tacto se sintió tan bien.
-No pasó nada, tranquila~ retiré su suave mano con la mía delicadamente. -¿Vamos?
-Eh sí~ dijo nerviosa.
Narra (Tn):
¿Qué fue lo que sentí? Mm.. no sé bueno tampoco me interesa saberlo. Estábamos en camino a una tienda donde compraríamos el vestido. Cada cierto tiempo con Sebastian nos tirábamos unas miradas.-Llegamos~ dijo.
Bajamos y nos adentramos a la tienda había una gran variedad de vestidos, cosas que no podía pagar..
-Sebastian.. no tengo dinero para pagar estás cosas~ dije avergonzada.
-Esto queda a cargo de mi amo~ dijo obvio.
-Es que ya acepte que me dieran trabajo y con eso me basta...~ me interrumpió.
-Solo elige, no te preocupes~ exclamo, solo asentí y comencé a buscar vestidos de mis gustos.
Me encontré con un vestido color negro ceñido al cuerpo realmente me vería demasiado guapa en este vestido, así que lo agarre y me lo puse.
Salí del vestidor y le enseñe el vestido a Sebastian.
-Te queda ese color~ dijo apenas mirándome.
Desgraciado pensé.-Mm.. me llevare este~dije algo ¿desilusionada?
El no es nada mío ¿por qué quería su aprobación? Solo lo olvide y llegamos a la mansión, ni una sola palabra, solo unas escasas
miradas de repente.
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Sí, tenemos sentimientos. (Sebastian y tú)
Fanfiction(Tn) Una chica muy esforzada estaba en busca de trabajo, hasta que chocó con el destino, un hombre con traje y unos finos guantes blancos, que hicieron que su vida cambiara en un instante.