Ese mayordomo, sale conmigo.

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Estaba a punto de comenzar a dormir y sentí unos golpecitos delicados en mi puerta. Me pare cansada a abrir y pude observar a un Sebastian distinto, quiero decir un Sebastian con una mirada que no sé como describirla.

-¿Sebastian?~ pregunté algo dormida.

-(tn) Necesito hablar con usted.. bueno si es que lo desea~ preguntó. Solo asentí.

-Bueno Sebastian, dime rápido lo que quieres~ aún no había olvidado lo que me había hecho.

-Se que no fui la mejor persona ayer y hoy, pero quisiera saber sí accedería salir conmigo mañana.. para dejar la tensión atrás y comenzar de nuevo~ preguntó.

-Claro Sebastian, ahora puedes retirarte tengo sueño~ me despedí con una sonrisa.

Cuando se retiró de mi habitación, me quede pensado, ¿Qué pretenderá Sebastian con haberme invitado a esa "cita"? ¿Será qué le agrado? Creo que me estoy pasando muchos rollos.

Me quede profundamente dormida, y me desperté a la hora de siempre, me duché y saque de mi closet el uniforme y me lo puse, me maquille un poco y fui a la planta baja.

Observe a Mey-Rin y otros dos más ¿Serán otros sirvientes? No lo sé.. me acerqué para deshacerme de mi duda.

-Hey! Hola chicos.. ~ mire a Mey-Rin~ creo que no nos has presentado~ dije agradable.

-Ay (t-n) lo s-siento tanto... el de ahí es Bard~ señalo a un chico rubio con un traje de cocinero~ y este es el fortachón Finny~ es un chico muy tierno y delgado. 

-Hola señorita~ dijo Bard coqueto.

- H-hola (tn)~ dijo Finny nervioso.

Pero para variar fuimos interrumpidos por Sebastian.

-Buenos días ~ Dijo.

-Ay! Sebastian... ~ dijo Mey-Rin nerviosa que provocó que se le cayeran los lentes.

-Bard y Finny ayúdenla, necesito hablar con (tn)~ me miró y me indico que fuera hacía la otra habitación.

Estando ahí, no sabía que pensar ¿tal vez me regañaría? ¿Tal vez me despedirá? No lo sé, no sé que esperar de el. La verdad es que espero de todo.

- ¿Hice algo mal?~ pregunté asustada, ya que me estaba viendo fijamente.

- N-No nada..~ dijo moviendo su cabeza~ Necesito saber sí va a acceder a salir conmigo esta tarde.

-Pero Sebastian si ayer te dije que por supuesto iría contigo~ dije con naturalidad para que no notara mis nervios.

-Por cierto, usted hoy se encargará de los trajes del amo~ dijo como siempre, Idiota.

-Adiós Sebastian, nos vemos~ dije retirándome.

Lavé, planche y organice los trajes del conde Phantomhive , luego fui a mi habitación a prepararme para la supuesta "cita" que ni siquiera sé que nombre ponerle.

Me puse un vestido corto, un poco más arriba de la rodilla color vino, me puse unos tacones no muy alto, ya que no quiero caerme y parecer ridícula. Me maquillé y me bañe en perfume.

Luego baje hasta el salón principal y vi a Sebastian más elegante de lo que acostumbra estar, ahora que lo veo más detalladamente es perfecto, si no fuera por su personalidad detonada, cualquier mujer a su lado sería bastante afortunada.

-Hola (tn) Te ves bien~ me sonrió, ay ¿y esté? ¿le costará tanto decirme qué me veo linda?

-Hola Sebastian, tú no te quedas atrás~ reímos ambos.

-¿Me permite?~ acercó su brazo a mi cintura y nos dirigimos hacía las afueras de la mansión.

Se encontraba en el patio una mesa con unas velas. Estaba todo tan bien decorado, se esforzó mucho.

-¿(tn)? ¿En qué piensa tanto?~ dijo mirándome a los ojos.

-Nada.. bueno, cuéntame algo de ti.~ dije interesada.

-Mi vida no es muy interesante, solo sirvo a mi amo y nada más~ dijo.

- Sebastian, me refiero ¿A qué te dedicabas antes de servir a Ciel?~ me interrumpió tomándome una mano.

-Insisto, mi vida no interesa, cuénteme de usted mejor~ interrumpí a Sebastian. Se siente bien interrumpirlo alguna vez.

-Por favor, no me trates de usted~ dije algo incomoda.

-Lo siento pero como el mayordomo de los Phantomhive estoy a acostumbrado a tratar a toda la gente con educación~ dijo orgulloso.

-Al parecer Ciel, ¿ Es todo en tú vida?~ dije algo nerviosa de como se lo puede tomar.

-El señorito es lo único que mi importa y es lo único que tengo~ no lo sé pero su respuesta me desilusionó.

-Bueno, yo ya no tengo nada que perder, mi madre murió cuando tenía 16 años y mi padre cayó en depresión, el no pudo aceptar la muerte de mi madre, que fue hospitalizado en una clínica psiquiátrica, cosa que me fui a vivir con mis abuelos, mis abuelos no tenían suficiente dinero para pagarme los estudios y por eso estos últimos meses he estado buscando empleo, hasta que tú me encontraste, bueno tú y ciel~ dije sonrojada.- Muchas gracias Sebastian.

-No debe nada que agradecer pero ¿Nadie la quería contratar?~ preguntó.

-No.. al parecer necesitaban gente dispuesta a todo y yo no soy así, creo que ya sabes a que me refiero~ lo miré a sus ojos carmesís.

-Bueno ellos se lo pierden.. por lo que he visto, haz sido un gran aporte en esta mansión, siempre he sido yo el que hace todo pero confío en usted porque la creo que es capaz de hacer todo lo que se proponga y más~ me erizó la piel lo que dijo.

- Yo nunca he tenido amigos y ahora lo pienso, eres el primero.~ lo abracé.

Nadie me había dicho que era útil hasta ahora.
Las palabras de Sebastian me hicieron confiar en el. El vio cosas en mí que nunca nadie ni mis padres me habían dicho. Me siento muy agradecida y contenta. Debería de dejar de pelear con Sebastian. Me agrada estar con él, me siento bien cerca de él.

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Sí, tenemos sentimientos. (Sebastian y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora