El señor Ouji se encontraba en su despacho hablando por teléfono con su ahijado.
¿Si no note algo raro?, decía Diecisiete sin comprender a través de la línea telefónica
Si, mira mejor ven a la casa quiero que delante de mí abras todas las grabaciones que se grabaron desde que compramos esas cámaras y aquí te explico mejor, decía el señor Ouji.
Esta bien padrino al medio día estoy por tu casa, decía Diecisiete.
Está bien, dijo el señor Ouji dando por concluida la llamada mientras pensaba: Alguna de esas malditas cámaras ha tenido que haber grabado el rostro del infeliz que se atrevió a meterse con ella, aunque Milk dice que fue un ex novio de su pueblo yo no lo creo, ella no sabía ni besar cuando la conocí, estoy seguro que yo le robe su primer beso, ella por ambición me lo dio y estaba dispuesta a ser una verdadera esposa para mí pero apareció un infeliz que puso los ojos en ella y por lo visto no le importo que sea mi esposa para seducirla. Tengo que encontrar al desgraciado ese, tal vez sea bueno llamar a la señora Murakami para que me diga los nombres y edades de los trabajadores de la casa, ella los conoce a todos, no será difícil dar con el infeliz tiene que ser algún trabajador joven de la casa lo que no comprendo es como a ella se le ocurrió dejarse enredar por un pobretón y arriesgarse a perderlo todo.
El señor Ouji tomo el teléfono nuevamente y marco uno de los anexos de su casa.
Venga a mi despacho, dijo el señor Ouji antes de cortar la llamada.
Habitación de los esposos Ouji:
Milk se encontraba limpiando la misma mientras pensaba: Hoy por suerte no viene tú papito, de igual modo tengo que encontrar la manera de hablar con él, de decirle que no vuelva más a la casa, que se aleje de mí, que me olvide, me dolerá mucho pero es lo mejor, no quiero que lo lastime, eso no.
La pelinegra tomo con una de sus manos la medallita que colgaba en la cadena que el joven de cabello alborotado le había dado y miro la inicial que estaba escrita dentro de una insignia.
"S" de Son, aunque él alguna vez me dijo que esta "S" no es precisamente de Son sino de su verdadero apellido, pero que él nunca lo llevaría por decisión propia y de su padre que renunció a su verdadero apellido por amor, siendo así yo tendré también que renunciar al apellido que te corresponde mi bebé para que tú padre nunca se de cuenta que eres su hijo, pensaba la pelinegra mientras unas lágrimas rodaban por sus bellas mejillas.
Despacho:
Señor me mando llamar, decía la señora Murakami.
Si, cierre la puerta, dijo el señor Ouji.
La señora Murakami hizo lo que su patrón dijo y lo quedo viendo a los ojos.
Quiero conocer a todos los trabajadores varones de la casa, dijo el señor Ouji.
¿Qué?, dijo la señora Murakami intrigada.
No escucho quiero conocer a todos los trabajadores varones de la casa, eso incluye a los guardias, dijo el señor Ouji.
¿Para qué?; usted ya los conoce, dijo la señora Ouji intrigada.
Si es cierto pero no a todos, contrataste nuevo personal estos últimos meses ¿no?, pues quiero conocerlos, dijo con firmeza el señor Ouji.
Está bien señor voy por ellos, dijo la mujer intrigada yendo por las personas que había contratado los últimos meses.
1 hora después:
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"Amantes de luna llena"
De TodoElla se caso por ambición con la persona equivocada creyendo que así ella podría tener todo lo que ella merecía y que la vida le negó tener pero un día conoce al verdadero amor y a pesar de todo el esfuerzo que hizo para no caer en el termino hacié...