Una bella pelinegra hablaba por celular con su amiga en la parte trasera de la mansión aprovechando que su esposo estaba entretenido en la fiesta platicando con unos socios.
¡Gracias Cirys¡ decía Milk.
Amiga, ¿qué te pasa te noto triste?, y no es la primera vez que noto ello, desde que empezamos a hablar por celular siento que algo te esta pasando, decía Cirys a través de la línea telefónica.
No me pasa nada Cirys, estoy bien, decía Milk sin saber que un joven de cabello negro lacio escuchaba su platica tras un árbol.
Milk a mi no puedes mentirme, dime que te tiene así, tal vez pueda ayudarte, decía Cirys.
Me gustaría que estuvieras aquí conmigo, no sabes cuanta falta me haces, dijo Milk.
Milk yo intente ir, pero ya sabes que tú esposo me prohibió la entrada a tu casa es más a la señora Sho hasta dinero le dio con tal de que no vuelva a ir por allá y como ella es una ambiciosa lo acepto pues él le dijo que no le daría ni un solo yen más, decía Cirys.
No comprendo porque hace eso, si ya sabe mi origen, decía Milk.
Tal vez se avergüenza de nosotros, contigo es distinto, ya eres su esposa pero en su circulo social se ve mal que personas de su clase se relacionen con personas de clase social baja por eso pues quiere que nosotras estemos en contacto contigo, dijo Cirys.
Si, eso me dijo, decía Milk.
Milk, sé que me estás ocultando algo, amiga cuando necesites platicar con alguien ya sabes que puedes confiar en mí, decía Cirys.
Si, lo sé amiga, pero por ahora no tengo nada que contar, dijo Milk con nostalgia.
Luego de algunos minutos más de plática la pelinegra dio por concluida la llamada y volvió al lugar donde se estaba llevando la fiesta sin notar la presencia de Diecisiete.
Vaya tiene un celular y mi padrinito creyendo que lo tenía malogrado, esto lo tiene que saber él, ¿qué más le estarás ocultando a mi querido padrinito pequeña arribista?, eso tendré que descubrirlo y entonces me vengare de ti por traidora, pensaba Diecisiete.
Mientras tanto:
Fuera de una modesta cabaña sentado sobre una roca un joven de cabello alborotado miraba la noche mientras pensaba: Milk, ¿cómo la estarás pasando?, como quisiera estar contigo en estos momentos y si voy verte, claro puedo ir a verte entrar a esa casa sin que nadie me vea, ahora todos deben estar entretenidos en la fiesta. Si eso haré quiero verte aunque sea de lejos quiero verte.
Gokú se puso de pie y camino presuroso por el bosque.
Mansión Ouji:
Milk bailaba con su esposo con el rostro lleno de nostalgia mientras este la apegaba a él.
Estás hermosa Milk, sin duda el vestido hace el juego perfecto con el collar que te dí, ya me imagino la increíble noche que pasaremos en cuanto la fiesta termine, decía el hombre mientras la pelinegra entristecía.
¿Y ahora qué haré?, no hay forma de que hoy se tome el té, pensaba la pelinegra al tiempo que una idea se cruzo por su cabeza.
Hagamos un brindis, dijo Milk.
¿Un brindis?, dijo el señor Ouji.
Si, un brindis por mis 19 años, dijo Milk sonriendo.
Está bien hagamos un brindis, dijo el señor Ouji.
Mientras tanto:
Fuera de la mansión Ouji un atractivo jovencito de cabello alborotado trataba de encontrar la manera de entrar a la casa sin ser visto.
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"Amantes de luna llena"
De TodoElla se caso por ambición con la persona equivocada creyendo que así ella podría tener todo lo que ella merecía y que la vida le negó tener pero un día conoce al verdadero amor y a pesar de todo el esfuerzo que hizo para no caer en el termino hacié...