El señor Ouji le cancelaba sus honorarios al médico mientras una pelinegra se ponía de pie y caminaba con temor hacia un lado de la habitación.
¡Gracias¡ y felicitaciones nuevamente, dijo el médico antes de salir de la habitación.
El señor Ouji tras cerrar la puerta giro su rostro y miro con rabia a la pelinegra mientras se acercaba a ella lentamente.
¿Qué piensa hacer?, pensaba la pelinegra mientras su cuerpo empezaba a temblar y colocaba sus manos a la altura de su vientre para protegerlo.
Eres una cualquiera, dime maldita zorra desgraciada con quien me traicionaste en mi propia casa, dijo el señor Ouji colocando sus manos sobre el cuello de la pelinegra.
Suéltame me haces daño, decía Milk como podía.
No lo haré hasta que no me digas el nombre del infeliz desgraciado que se burlaba de mi a mis espaldas mientras seducía a mi esposa, dijo el señor Ouji apretando más sus manos en el cuello de la pelinegra.
¡Por favor suéltame¡ me estás lastimando, decía Milk mientras unas lágrimas salían de sus bellos ojos negros.
Ahora súplicas compasión zorra, debería matarte con mis propias manos por incumplir la promesa de lealtad que me juraste, pero no lo haré a mi lado conocerás lo que es el infierno ese será tu castigo por haberme traicionado, ya no tendré piedad de ti, dijo el señor Ouji soltándola de su agarre para darle un par de bofetadas en cada mejilla, haciéndola caer al piso.
La pelinegra empezó a sollozar en el piso mientras el señor Ouji la miraba con rabia.
Me das asco, mi hijo tuvo razón solo eras una zorra arribista, conmigo pudiste tenerlo todo y acabas de perder esa oportunidad por tu traición ahora comprendo porque te negabas a estar conmigo, ¿dime quien es el infeliz que se atrevió a poner los ojos en la mujer de su patrón?, ¿dime quién es para matarlo con mis propias manos?, dijo el señor Ouji furioso mientras la miraba con odio.
La pelinegra solo bajo la mirada y empezó a sollozar mientras cubría su boca con sus manos para acallar su llanto.
Dímelo maldita sea, dijo el señor Ouji acercándose a ella para tomarla de sus cabellos y hacerla que se ponga de pie.
Me lastimas, dijo Milk con voz entrecortada.
Más me has lastimado tú con tú traición, dijo el señor Ouji soltando los cabellos de la pelinegra para tomarla de los hombros y empezar a zarandearla.
Perdóname, dijo Milk con voz entrecortada mientras caía de rodillas al piso.
Perdonarte, que fácil, ¿no?, dijo el señor Ouji.
Sé que no merecías mi traición pero me enamore, no puede evitarlo, dijo Milk sollozando.
¿Enamorarte?, dijo con rabia el señor Ouji.
Sí, dijo Milk.
Que descarada eres y me lo dices así de fresca, dijo el señor Ouji mientras apretaba con fuerza los brazos de la pelinegra.
Tú sabes porque me case contigo, yo nunca te mentí, yo nunca pensé que algo así pasaría pero fue más fuerte que yo, no pude evitarlo, no pude, decía Milk sollozando.
¿Dime su nombre?, dijo con rabia el señor Ouji.
No puedo, dijo Milk.
Dímelo o te juro que mato con mis propias manos a todos los empleados varones de la casa, dijo el señor Ouji dejando consternada a la pelinegra.
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"Amantes de luna llena"
AlteleElla se caso por ambición con la persona equivocada creyendo que así ella podría tener todo lo que ella merecía y que la vida le negó tener pero un día conoce al verdadero amor y a pesar de todo el esfuerzo que hizo para no caer en el termino hacié...