capítulo 34: "Epílogo"

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Un par de pelinegros junto a un pequeño niño de rostro dulce de aproximadamente 7 años recolectaban unos frutos en un huerto.

Mira mamá que linda esta está manzana decía el pequeño niño, mostrándole una manzana más rojas que las demás que estaban en un pequeño cesto.

Si está muy linda Gohan, dijo Milk sonriendo.

Creo que esté año tuvimos buena cosecha en el huerto, dijo Gokú sonriendo.

Si, tuvimos suerte de que me pudiera contactar con Cirys y de que Bulma lograra que su esposo le pida a su padre que no le niegue el acceso al pueblo, dijo Milk.

Si tienes razón, Bulma y Vegueta se han portado bien con nosotros, sino fuera por ellos Cirys no hubiera podido entrar al pueblo cada mes para ayudarnos a sacar nuestros productos de aquí y venderlos en el pueblo además ella siempre nos está trayendo lo que necesitamos, dijo Gokú dulcemente.

Si, Cirys es una gran amiga, en todos estos años nos ha apoyado mucho, más de 7 años sin volver a la ciudad, dijo Milk con nostalgia.

¿Eso te entristece, verdad?, dijo Gokú acercándose a abrazarla mientras su pequeño hijo comparaba el tamaño de las manzanas sin prestarle atención a lo que sus padres decían.

Si y no creas que por mí, sino por Gohan, él ya debería estar en la escuela pero no puede hacerlo pues no podemos volver al pueblo, fue la promesa que hicimos para que él nos deje tranquilos aunque no me de el divorcio, dijo Milk con nostalgia.

Si lo sé, pero tú le enseñas princesita bella, se que no es igual pero nuestro Gohan es tan inteligente que cuando podamos ir al pueblo y vivir una vida normal él podrá dar un examen para entrar a la escuela que desee y logrará ser parte de ella, dijo Gokú con una cálida sonrisa.

Si tienes razón, dijo Milk sonriendo al tiempo que levantaba su rostro y al hacerlo se quedo estática cual estatua.

¿Qué pasa princesita bella?, dijo Gokú levantando su rostro y quedando sorprendido al ver frente a ellos a la persona que pensó que nunca más volverían a ver en sus vidas y mucho menos por el lugar donde ellos vivían.

¿Quién es ese señor mami?, dijo Gohan tomando el vestido que llevaba puesto la pelinegra.

Es un conocido Gohan, dijo Milk tomando la manito de su pequeño hijo.

¿Qué hace aquí?, dijo Gokú intrigado.

Necesito hablar con los dos. ¿Él es su hijo?, dijo el hombre mirando al pequeño niño.

Sí, dijeron el par de pelinegros.

No se preocupen no vengo a discutir, solo quiero platicar con ustedes dos, dijo el señor Ouji con calma sorprendiendo a los pelinegros.

Hijo, ve a jugar al lago, dijo Gokú con dulzura.

Si papi, dijo el pequeño niño mientras echaba a correr.

Se parece a ambos, dijo el hombre.

¿A qué se debe su presencia?, dijo Gokú tomando la mano de la pelinegra.

Vengo a decirle a Milk, que la dejare libre, dijo el señor Ouji dejando sorprendida a la pelinegra.

¿Me dará el divorcio?, dijo Milk emocionada.

Si, no tiene sentido seguir atándote a mí, nunca hubo nada entre los dos ni siquiera cariño, todo fue una farsa y yo por estúpido egoísmo me porte muy mal contigo, por ello e decidido dejarte en libertad para que puedas casarte con el hombre que en verdad amas además quiero pedirte perdón Gokú, por todo el daño que le hice a tus padres, se que un perdón no te devolverá a tus padres pero quiero que sepas que estoy arrepentido de las cosas que hice tanto a tus padres como a ti, estaba cegado por el odio y ambición pero ahora me doy cuenta que el dinero no lo es todo en la vida, si gustas puedes denunciarme, ya no ejerzo más poder en este pueblo, ahora todos son libres aquí y pueden actuar como mejor les parezca, dijo el señor Ouji con nostalgia.

"Amantes de luna llena"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora