O5.

26.1K 960 297
                                    

  — Pídelo... Pídeme que te folle — Ordené, Marinette gimió en cuanto introduje uno de mis dedos dentro de su estrecho y húmedo coño, esa lencería que llevaba puesta sin duda era tremenda mente provocativa,  no quería dejar de ver su hermosa silueta apenas cubierta por ella, esta vez, degustaría mi dulce con una hermosa envoltura de encaje negro.

— Follame... Por favor —    Suplicó contra mis labios, decidí que ya era suficiente tortura para ella y definitivamente, para mi también. Moví hacia un lado su pantaleta lo suficiente para que mi miembro se abriera paso y una vez dentro de ella, sentí como su coño se aferró a mi erección, apretándola y juraría que casi succionándola, no pude evitar soltar un jadeo de total satisfacción, sin duda, entrar en Marinette era una mezcla entre el cielo y el jodido infierno. 

  — Maldita sea... —  Susurré, la deliciosa sensación que recorrió mi cuerpo me hizo estremecer y aferrar mis manos a los glúteos de mi novia, sensación que se hizo aún más intensa en cuanto ella comenzó a menear sus caderas sobre mi, dibujando semi círculos a la vez que subía y se dejaba caer con algo de fuerza, provocando que mi endurecido miembro se clavara en el fondo de su interior. 

  — ¿Lo sientes? ¿Sientes lo dentro que estás? — Preguntó mi pervertida chica quien se sostenía de mis hombros mientras continuaba meneándose sobre mi, yo empujé la cadera hacia arriba, embistiéndola con fuerza, los bruscos movimientos entre ambos hacían que sus pechos rebotaran frente a mi rostro, cosa que que me desquició. 

  — Que ricas tetas tienes... Joder, quiero follarlas —  Ella suspiró y las apegó aún más a mi, sus endurecidos pezones se apretaban contra el encaje de la prenda, quise ayudar un poco y llevé mis manos a su sostén tirando con fuerza hacia abajo para liberar sus hermosos pechos los cuales quedaron completamente a mi merced, rápidamente pasé mi lengua por sus pezones los cuales brillaron con la humedad que mi saliva dejó en ellos, imagen perfecta para una sucia fotografía. Continué embiestiéndola con fuerza mientras apretaba y masajeaba sus pechos con mis manos, ella gemía tan fuerte que podría apostar que algún vecino la escucharía, inmediatamente la tomé del rostro y la atraje hacia mi para besarla y así ahogar sus dulces gemidos.

  — Tu querías hacer sonar un cascabel en mí y mira, yo estoy haciendo sonar el tuyo... — Susurró contra mis labios para después sonreír como la niña traviesa que era, no pude evitar reír ante sus palabras, sin duda sabía como entrar en mi juego.

— Lo que quiero hacer sonar ahora, es tu boca, con mi pene — Murmuré, ella sonrió y pasó su lengua sobre mis labios para finalmente atrapar el inferior y mordisquearlo suavemente. 

— ¿Cómo se dice? 

— Chúpamela. 

— Esa no es la palabra mágica.   

— Para mi lo es —  Me encogí de hombros, ella por su parte soltó una risita y se levantó para después arrodillarse frente a mi, justo entre mis piernas.

  — Quédate quieta... — Noté cierta confusión en su mirada, pero terminó obedeciendo, yo tomé mi miembro y pasé la punta de este justo sobre uno de sus rosados pezones, ella suspiró y bajó la mirada hacia mi atrevida acción, la humedad que emanaba de mi glande cubrió la zona por completo, noté como Marinette se mordía el labio inferior sin apartar la mirada de su pecho.

— ¿Te gusta?... — Pregunté, ella asintió y soltó un suave gemido en cuanto cambie a su otro pezón con el cual repetí el mismo procedimiento, mi miembro latía ante cada roce, yo era un pervertido, no me avergonzaba admitirlo y sabía muy bien que a Marinette le encantaba ese lado tan lascivo de mi. Ella tomó sus pechos entre sus manos y los juntó entre si para hacerlos lucir aún más tentadores, ahora que era toda una mujer, estos tenían un tamaño considerable y perfecto para mi.

𝓑𝓲𝓽𝓽𝓮𝓻𝓼𝔀𝓮𝓮𝓽  / 𝐀𝐝𝐫𝐢𝐧𝐞𝐭𝐭𝐞 (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora