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— Adrien...  Espera... 

Susurré e intenté cerrar las piernas, sin embargo, Adrien no me lo permitió, separándolas con fuerza apoyando sus manos en la parte interna de mis muslos mientras lamía frenéticamente mi intimidad, su lengua se deslizaba de arriba a abajo empapando mi sexo con su cálida saliva, la deliciosa y placentera sensación me hacía querer llevar mis manos a su cabello, sin embargo, descubrí que estaba esposada a la cabecera de la cama.

— ¿Porqué?...  Ahh... 

El no respondió, fijó su intensa mirada en la mía mientras continuaba lamiendo cada rincón de mi intimidad, después me sujetó firmemente de los glúteos para hacerme levantar la cadera, yo apreté los labios intentando contener mis gemidos, temía que alguno de nuestros amigos me escuchara,  sin embargo, en cuanto Adrien comenzó a meter y sacar su lengua rápidamente en mi interior a la vez que dibujaba círculos con ésta…  Un fuerte y sonoro gemido escapó de mis labios haciendome arquear la espalda totalmente consumida por el placer.

— Ahh…  Así… — Susurré, él sonrió maliciosamente justo sobre mi vagina.

— Eres una pervertida…  — Musitó,  yo sonreí y subiendo mis piernas sobre sus hombros, comencé a mecerme de arriba a abajo frotando mi intimidad contra su boca.

— S-si…  Soy la pervertida que amas…

Adrien gruñó contra mis sexo y deslizó nuevamente su lengua entre mis labios íntimos, ante cada movimiento de mis caderas, su lengua rozaba y presionaba mi clítoris de una forma tan placentera que sentía que iba a desfallecer.

— Mierda…  ¿Quien te dio el derecho de ser tan jodidamente deliciosa?...

— Lame… lameme más…

— Como ordenes princesa.

Continuó recorriendo mi vagina lentamente, después volvió a hundir su lengua en mi coño mientras que presionaba y acariciaba mi clítoris con su pulgar para después dibujar círculos sobre éste, yo eché la cabeza hacia atrás, estaba totalmente extasiada ante las deliciosas sensaciones que recorrían todo mi cuerpo... Adrien era tan habilidoso con su lengua...  Con sus manos... 

— Harás que...  Ahh...

— Es lo que quiero...  Quiero que te corras en mi boca...

Y antes de que pudiera protestar, él metió por completo su lengua dentro de mi coño a la vez que movía rápidamente su pulgar sobre mi clítoris, yo comencé a gemir tan fuerte que no me podía contener, tenía las muñecas esposadas y aunque intentara cerrar las piernas, él no me lo permitía, era tanto placer que no sabía cómo controlar las reacciones y sensaciones en mi cuerpo.

— ¡Ahhh!  — Grité para después apretar los labios y morder el inferior con fuerza, mi cuerpo estalló ante el delicioso orgasmo que me envolvió, Adrien continuó lamiendo y estimulando mi clítoris hasta hacer que me corriera frente a él, salpicando sus labios con mis fluidos.

— A esto me refería...  ¿Lo disfrutaste nena?

No respondí, luchaba contra mi propia respiración, contra mis temblorosas piernas, contra la necesidad de sentirlo dentro de mi...

— Ah...  Ahh...  Wow.

— Sabes que aún no termino contigo ¿Verdad?

Susurró a la vez que se acomodaba entre mis piernas, yo cerré mis manos y las apreté hasta clavarme las uñas en las palmas, me sentía nerviosa, ansiosa y tremendamente excitada... Jamás me habría imaginado estar algún día así, atada, completamente vulnerable ante mi futuro marido, aunque tampoco era que aquello me sorprendiera, con Adrien siempre había novedades por descubrir.

𝓑𝓲𝓽𝓽𝓮𝓻𝓼𝔀𝓮𝓮𝓽  / 𝐀𝐝𝐫𝐢𝐧𝐞𝐭𝐭𝐞 (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora