Hago una mueca al pasar cerca de la habitación de Catalina, la puerta está cerrada y no se escucha nada, puede que esté dormida y eso sería lo raro, son las cuatro de la tarde y no ha salido de su cuarto ni para comer.
Después de lo ocurrido en el hospital, ella tuvo que quedarse unas horas más en una habitación diferente a la de Sienna. La enfermera le hizo una serie de preguntas muy absurdas, algo bobas y realmente confusas, creo que por eso Cata dio respuestas igual de disparatadas. En lo único que parecía estar muy segura es que había tenido un mal sueño, uno realmente malo.
Al llegar a casa sólo saludó a Nataly y se fue a su habitación sin decir más, desde las nueve que está ahí.
— ¿Catalina? – golpeteo la puerta. – ¿Estás despierta? ¿Puedo pasar?
Nada, no hay respuesta. Suelto un suspiro, niego con la cabeza con pesadez y sigo mi camino, llegando a la cocina para poder preparar la cena, pero realmente con todo lo sucedido en el día no tengo mucha hambre. Además de que no puedo dejar de pensar en Carter, es como un tumor o un cáncer, pero la única diferencia es que esto no me puede matar.
¿O sí?
¿Qué idioteces pienso? El amor no es malo, no mata... Claro que hay gente que mato por amor, pero eso es muy distinto.
Voy a pedir una pizza: fácil, rica y llenadora, además de que tengo mucha flojera para cocinar algo. Cuando llego a la cocina, busco entre papeles de un cajón el número para marcar y pedir la comida, pero son tantos...
— ¿Qué tanto buscas? – me pregunta Sienna, entrando a la cocina. – ¿Alguna receta?
— Sí y no.
— ¿Cómo es eso? – volteo a verla y sonrío.
— Busco el número para pedir unas pizzas.
— Hmm, creo que lo tengo apuntado en mi celular. – dice, pero no saca su celular o hace por ayudar. Pongo los ojos de blanco, antes de ponerme de nuevo con la búsqueda. – ¿Catalina te dejo entrar?
— Ni siquiera hablo.
— Debemos sacarla, si no come no va a mejorar, al menos eso dijo la enfermera.
— Sí, también dijo que lo que le había pasado era por culpa de algo que comió y resulto ser algo totalmente diferente.
— Tal vez no. Comer mucho antes de dormir causa pesadillas. – Sienna suelta un resoplido. – Intentare sacarla, pero no prometo lograrlo.
— Adelante.
Hago una mueca, no puedo creer que estemos peleadas por nada en especial. Ella cree algo; yo, otra cosa, eso es normal, pero aun así puedo sentir la distancia que hemos puesto o, en todo caso, he puesto yo.
Al buscar tras una caja de galletas, encuentro el papel donde está marcado el número de la pizzería. Marco desde mi celular, mientras apoyo mi espalda contra la nevera esperando a que respondan al otro lado de la línea. Carter solía hacer esto.
Cuando él no quería hacer de cenar y yo tampoco, ordenábamos una pizza de salami con anchoas y champiñones. En el tiempo que el repartidor se tardaba en entregarla, Carter se ponía a preparar un té negro de limón y mi tarea en ese momento era acomodar una manta en el sofá y buscar una buena película. Todo lo hacía con una tonta sonrisa en mis labios.
Al llegar la pizza, nos sentábamos en el sofá, nos cubríamos con la manta y disfrutábamos de la comida viendo la película. Fuimos una pareja perfecta, ¿por qué si quiera lo dude?
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Saga Seducción: Mental
General FictionSolo está en su cabeza, sólo en sus sueños toma más control y verlo en cada rincón ya es normal, pero el pasado vuelve con fuerza y está asustada, parece ser que eso le gusta a él. Angela Barend vive junto a sus tres amigas en un departamento cer...