When Death Loved Me (Yoonmin)

21

-Jimin-

Abrí los ojos, no recordaba nada aparte de un miedo inexplicable. Mis ojos se encontraron con los de Yoongi, él también se veía asustado.

-Escuchen bien, ustedes –dijo señalándonos a mí y a Taehyung- se irán con Hoseok, subirán al auto y él los llevará a un lugar seguro-.

Mi cerebro no alcanzaba a comprender lo que estaba pasando pero esa frase en particular me hizo entender que tendría que separarme de Yoongi.

-¿Qué está pasando?- pregunté.

-Escucha, Jimin, no tenemos tiempo. Te lo explicaré todo después ¿de acuerdo? Lo que necesito ahora es que estés a salvo- su mirada era suplicante – Por favor-.

-E-está bien- miré a Taehyung, él ya estaba de pie, pegado a Hoseok quien lo abrazaba fuertemente y sentí una punzada de celos; él iría con Hoseok y mi Yoongi se quedaría a salvarnos de lo que sea que estuviera pasando- Vamos-.

Yoongi dio un paso hacia mí y me atrajo con fuerza a sus brazos, lo rodeé con mis manos y lo estrujé lo suficiente como para sacarle un poco el aire del cuerpo. Me miró un momento y me besó, fue un beso corto pero significó más que nada en el mundo para mí.

Hoseok y Yoongi se miraron y se despidieron con una inclinación de cabeza. Pude ver a Yoongi avanzar hacia donde el tal "Namjoon" había desaparecido. Hoseok no perdió tiempo y nos arrastró hacia la siguiente sala. Corrió hasta una ventana y con nuestra ayuda pudimos abrirla. La ventana no estaba a gran altura por lo que pudimos brincar fácilmente hasta la calle. Hoseok nos llevaba a ambos de la mano y noté que su piel era igual de fría que la de Yoongi. Nos hizo escondernos varias veces detrás de unos arbustos. Finalmente, llegamos a donde se encontraba el auto de Yoongi, Hoseok nos pidió que nos sentáramos en la parte de atrás y nos mantuviéramos bajos para evitar ser vistos. Él manejaba muy rápido y constantemente miraba por el retrovisor como si alguien viniera siguiéndonos.

-Hoseok, ¿Qué pasará con Yoongi?- pregunté presa del miedo.

-...

-¡HOSEOK!- le grité.

Hoseok frenó en seco. Se giró hacia mí y me dijo con una mirada muy seria.

-No le pasará nada mientras estemos aquí-.

-¿Aquí? ¿Aquí dónde?- no entendía nada y necesitaba respuestas.

-Aquí en su mundo-.

-¿De qué carajos estás hablando?- le dije.

-Jimin...-Tae jaló la manga de mi suéter.

-No, Tae. Tenemos derecho a saber qué rayos está pasando- le dije molesto.

-Pero Jiminie, yo..-

-¡Qué te calles Taehyung!- le grité.

Pude ver como sus ojos se llenaron de lágrimas y Hoseok me miró molesto.

-De acuerdo. Es justamente por lo que esto no era una buena idea, yo se lo dije a Ela...Yoongi- se corrogió.

-Bien, te escucho- me crucé de brazos.

-Yoongi y yo no somos precisamente como ustedes dos. Y Namjoon vino a llevarnos de regreso a donde pertenecemos pero digamos que no será de una forma muy agradable y ustedes, al estar involucrados con nosotros, están en grave peligro-.

-Sigo sin entender, ¿a qué te refieres a que no son como nosotros?-.

-Nosotros venimos aquí para trabajar, a llevarnos personas que ya no deberían estar aquí-.

-¿Llevar a dónde?-.

-...

-Hoseok...-

-Venimos por sus almas y las llevamos al inframundo-.

-...

-...

-¿Me crees imbécil? ¿Qué clase de estupidez es esa?- estaba muy molesto, no era el momento para que este tarado quisiera jugarme una broma.

-Cree lo que quieras- me respondió y encendió el motor y de nuevo arrancó el auto.

Comencé a sentir miedo, ¿quién carajos era Hoseok? ¿Llevarse las almas al inframundo? Este sujeto estaba totalmente chiflado. Mientras ideaba un plan para sacarnos de ahí, decidí seguirle la corriente.

-De acuerdo, entonces ustedes son como ángeles que vienen por los desahuciados y ancianos para llevarlos al paraíso...- mi tono sonaba a burla aunque traté de disimularlo.

-Jimin...-

-Shht, Tae- le dije - ¿Eso son?-.

-...

Justo cuando iba a volver a cuestionarlo, Hoseok miró por el retrovisor y pude ver que se detuvo en seco, me di en la cara contra el asiento de enfrente. Él salió del auto y corrió hasta una figura muy familiar, era Yoongi.

Antes de que pudiera moverme, Taehyung me susurró al oído:

-Jimin, ellos son dioses de la muerte-.