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-Yoongi-

Regresé a casa después de un largo día, estaba agotado, sólo podía pensar en poner mi cabeza en esa suave almohada de plumas. Cuando crucé la puerta de la entrada Hoseok me recibió con una gran sonrisa, se había pasado la tarde paseando y me había contado de su visita al zoológico. Sacó de una bolsa un gran sombrero en forma de elefante con una trompa enorme y me lo puso. No puedo si quiera pensar en la cara que tenía para que Hoseok se hubiera partido de la risa y sacara su celular para hacerme mil fotografías.

Una vez que me quité el sombrero y me senté en el sillón, mi amigo pudo ver que mi amargura era más evidente de lo normal.

-¿Qué pasa, amigo? ¿No aprobaron tu película?- me dijo sentándose a su lado y ofreciéndome una cerveza- Te dije que era una idea estúpida-.

-La aprobaron, con eso no hubo problema- lo miré ceñudo- Y no es una idea estúpida-.

-Bien, bien, lo siento- dijo con una sonrisa- Entonces, ¿qué te pasa?-.

-Bien... conocí a alguien y...-

-Yoongi, conoces los límites, sabes que no es bueno relacionarse con los humanos- me interrumpió.

-Ya lo sé, pero no me dejaste terminar- dije molesto.

-Oh, lo siento...continua-.

-Es una buena persona, Hoseok, la más pura que he conocido. Y le he cambiado la vida-.

-Sé más modesto, por favor- me dijo riéndose.

-No de esa forma, ¿recuerdas el crucero que hundimos en las Filipinas hace tiempo?-.

-Ammm- dijo recordando- Sí, ya, lo recuerdo ¿qué con eso?-.

-Los padres de este chico estaban ahí, eran buenas personas y nosotros nos los llevamos. Le quité sus padres a Jimin y convertí su vida en un infierno desde entonces solo porque yo estaba "aburrido"-.

-Oh...- por primera vez Hoseok se puso serio de verdad- dio un largo trago a su cerveza y me miró- Siento mucho todo esto Yoongi, pero es nuestro trabajo, no podemos arrepentirnos de llevarnos a alguien; siempre serán padres, hermanos, amigos, bla, bla, bla, de alguien más. Es lo que hacemos, no dejes que te afecte tanto- me dio una palmada en el hombro y me dejó solo en la sala.

Lo que me dijo Hoseok era totalmente cierto y aún así no me había dado ningún consuelo. Estaba acostado en mi cama mirando hacia el bonito espejo que había pegado en el techo y no podía hacer otra cosa que pensar en Jimin.

Aún no comprendía si era porque sentía lástima por él, verlo llorar así por la muerte de sus padres, la vida de esos seres que yo, sin meditarlo, me llevé. Había pasado mi existencia queriendo creer que me llevaba más crueles que justos y en este momento me sentía el ser más despreciable que pudiera haber. Pero tampoco podía negar que pensaba en él, en sus manos cálidas, en su sonrisa, en sus pequeños ojos que se volvían una línea cuando se reía. Su suave piel y su olor a perfume de vainilla. Sonreí solo de recordarlo con los labios llenos de betún del pastelito; y se me borró la sonrisa al recordarlo con los ojos rojos de tanto llorar. En silencio me hice una promesa: por el tiempo que estuviera en la Tierra de los vivos, iba a cuidar de Jimin, ya le había hecho demasiado daño antes. Al menos que mi presencia aquí le sirviera de algo. Y entonces, supe perfectamente por dónde iba a comenzar...

When Death Loved Me (Yoonmin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora