La vizcondesa estaba que no cabía de la dicha: en la mañana antes de finalizar la misa el padre Charles había anunciado con tono solemne la próxima boda de Su Excelencia el archiduque van der Grimm con Aleksa Lohgerbers, esa era la prueba que necesitaba para comprobar que todo había salido como lo planeó, la mugrosa estaba fuera del juego, Thillbert estaba solo y despechado y así ella podría aparecer como el único refugio que le quedaba en el mundo ¡por fin sus deseos se harían realidad! Salió de misa henchida de felicidad, tuvo ganas de ir directamente a su hacienda y hablar con él, pero sabía que debía darle algo de tiempo para tranquilizarse ya que de seguro el abandono de la campesina no le había hecho ni cinco de gracia.
Tres días después no pudo seguir resistiendo la tentación y se arregló primorosamente, se subió al coche y ordenó que la llevaran a la hacienda de von Steinmeier; al llegar entró como si fuera la dueña, sin anunciarse o pedir permiso. Encontró a Thillbert sentado en un cómodo sillón y leyendo un grueso libro, este levantó la mirada y una expresión de profundo desagrado que no se molestó en ocultar se dibujó en su rostro. La joven lo miraba con displicencia, casi como si sintiera lástima por él, se sentó en una silla que estaba cerca y con tono zalamero le dijo:
- Ya me enteré que la campesina se va a casar con el señor van der Grimm, parece que resultó ser nada más que una interesada. Es que era obvio que tarde o temprano terminaría vendiendo su conciencia y quien sabe que más, aunque para ser honestos el archiduque es guapo y encantador, él también debió hacer su parte, ¿no crees?
Thillbert la miró con odio, el cual se exacerbaba al imaginar que muy probablemente tenía razón, abrió la boca y con rabia le preguntó:
- ¿A qué habéis venido? No creo que estéis aquí para mostrar piedad o empatía conmigo. ¿Qué demonios queréis de mí?
La vizcondesa se sintió algo intimidada por su tono, pero lo disimuló muy bien, se levantó y caminó unos pasos y sin más rodeos le respondió:
- Bueno mi querido, yo te hice una generosa propuesta de la cual aún no recibo respuesta, el compromiso del archiduque está anunciado; ya no hay nada que puedas hacer para recuperar a tu querida niña, quien por lo visto prefirió la bolsa real que la pobreza eterna. Así que ya no tienes excusa: lo mejor para ti es pedir mi mano lo más pronto posible.
El rostro del hombre permanecía inexpresivo mientras ella hablaba, no podía creer que tanto egoísmo, indolencia y frialdad habitaran en un mismo cuerpo; una vez más luchó con la urgencia de echarla a patadas de su hogar, pero ante todo era un caballero y se contuvo. Pero eso no le impidió decirle lo que en ese momento pensaba:
- ¿Sabéis algo? Si queréis dejarme en la calle, hacedlo, no me interesa, lo que menos necesito en estos momentos es a una esposa como vos. Es más, desde este momento no necesito nada de nadie, ¡me da igual si tengo o no con que comer!
Sonia Thurn lo escuchó con los ojos desmesuradamente abiertos ¡le costaba creer que aun con la certeza de que se quedaría sin nada se negaba a estar con ella! Pero ella no abandonaba tan fácil una pelea y decidió intentarlo una vez más:
- Piensa en tu familia, ¿acaso ellos merecen pasar por eso? Si nos casamos me aseguraré que jamás nada ni nadie amenace su tranquilidad.- decía en tono casi suplicante
- Nuestra tranquilidad fue amenazada por vos en primer lugar- dijo enérgico- oídme bien: ¡jamás me voy a casar con una mujer como vos, prefiero pedir limosna en las calles del pueblo!
La vizcondesa empezaba a llenarse de furia, pero trató de sonar todo dulzura cuando le dijo:
- Yo podría hacerte el hombre más feliz del mundo, solo dame la oportunidad, seré un excelente sustituto para la campesina en tu corazón, yo...
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LIRIO SALVAJE
Historical FictionUn amor cálido, vital e inverosímil nacido entre dos seres aparentemente distintos, pero con las mismas ganas de ser amados, los mismos sueños y la misma fuerza para luchar por lo que saben que merecen... Este es mi primer intento por escribir una...