Átmosferas.

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Logan.

Desperté agitado, asustado. Sentía el corazón latir fuerte, y el sonido retumbaba en mis oídos haciendo que me sintiera fuera de mí, aturdido. Intenté serenarme, recordarme que todo estaba bien y que no había peligro alguno. Pero mi cabeza se negaba a aceptarlo.

Me levanté de la cama, con la finalidad de llevar mis pensamientos a otra parte, algo que resulto sumamente díficil, hasta que recordé las cosas que solían calmarme. En un intento rápido por serenarme, tomé las cosas que creí necesarias y emprendí el camino a pie, hasta el parque.

Caminé en silencio las diez cuadras y una vez que llegué, me sente en un banco de por allí, intentando centrarme en el sonido de los pájaros, en el sonido de las hojas de los árboles al moverse, y en todas las cosas de la naturaleza que me rodeaban. Insipire profundamente y el viento comenzó a soplar de manera fuerte. Todavía podía sentir los golpes de mi corazón acelerado, en parte por la caminata y en otra por como me sentía. Sin embargo al cerrar mis ojos, la imagen de Emma que se me hizo en la mente, pudo aliviar una parte del dolor y de todo lo malo. Sonreí para mis adentros, sintiéndome ligeramente mas liviano y mejor.

Sin pensarlo tome mi celular, y marque su número. Una extraña necesidad de escuchar su voz se había instalado en mi interior y no tenía ganas de luchar contra ella.

-¡Logan!- Saludó de forma entusiasta.-¿está todo bien?

-Hola, si, todo está bien. Yo solo... pensé en tí y quería saber como estabas.

-¿Estabas pensando en mí? Eso si que es sorprendente, y si todo está bien por aquí, de hecho estaba por llamarte para hacer algo, de verdad estoy aburrida y mis amigas están ocupadas, lo que significa que eres mi única opción.

-Esta bien, ¿qué quieres hacer?

-Tomar algo.

-Está bien, ¿paso a buscarte?

-No, ya estoy llegando, date la vuelta.-ordenó.

Obedecí y volteé. La ví allí parada con un vestido bordo que dejaba leer sus curvas, llevaba medias negras, y botas con un taco bajo. Su cabello rizado caía de forma perfecta y una sonrisa se formo en su rostro al instante en que la mire, automáticamente el corazón comenzó a latirme fuerte, y no pude evitar sonreir, para luego llegar a ella y envolverla en un abrazo.

-¿Donde quieres ir?-pregunte cuando nos separamos para llenar el silencio que nos envolvia.

-Cualquier lugar, pero uno donde haya comida. Muero de hambre.- dijo mientras actuaba como si se estuviera desmayando.

-Esta bien, yo se que te mueres por mí, pero no es necesario que te desmayes.-comenté sarcastico.

-Wow debemos admitir que tienes un autoestima muy alto.-dijo empújandome.

-Que puedo decir, es un don.-dije dejando caer mi mano a un costado y rozando sin querer la suya.- Estás helada.

-Olvide mi campera, salí apurada.

-Esta bien, ten la mía.

-No, morirás de frío.

-Me basta con que tu no te resfríes.-dije mirandola a los ojos.

-La aceptaré con una condición.

-¿Cuál?

-Marc nos invito a una fiesta de disfraces, si aceptas venir me pondre la campera.

-Trato.-dije sin pensarlo, y maldiciendo para mis adentros unos segundos después. Había caído en la trampa, tendría que ir a la fiesta.

-Está bien, aceptaré la campera.-dijo con una sonrisa triunfadora.

Caminamos un tiempo más en silencio pisando las hojas secas del camino, que me hacían recordar mi niñez.

-Siempre me gustó el otoño, es simbolicamente la época en donde todo se "duerme" para volver a nacer luego.-Comenté perdido en mis pensamientos y recuerdos.

-Yo prefiero la primavera, las flores nacen luego del frio invernal, el sol es no tan fuerte como en verano, y el viento siempre esta presente...- Sé quedo callada sin decir nada más, dejando las palabras en la nada misma.

-¿En qué piensas?

-Somos tan diferentes.- dijo parándose en seco.- tan opuestos, y sin embargo... me siento segura al lado tuyo, es como si no importara nada, ni nadie. Y no sé si eso esta bien o mal, solo sé que no puedo dejar de sentirlo.- dijo sonriendo.- Me siento bien al lado tuyo.

-Yo tambien, Em. Me haces bien. Y gracias por ayudarme a salir adelante.

-No tienes que agradecerme.- dijo tomando mi mano y apretándola suavemente.

Me quedé allí observandola, tan bien, tan feliz, tan sencilla, tan ella. Sus ojos perdidos en el horizonte mirando algo que no estaba ahí, su mandibula relajada, sus hermosos rulos en movimiento por el viento y su cuerpo tan cerca del mío. Sentía su respiración, si corazón y su calor. Quería seguir contemplandola más, quería tenerla mas cerca aún, quería besarla y decirle que a mi lado todo iba a estar bien. Pero no eran mas que puras mentiras, después de todo yo solo era Logan, el chico que casi se suicida. No se merecía alguien así. Yo no era suficiente ni nunca lo sería. Debería mantenerme lejos de mis impulsos, o de verdad arruinaria todo, y no soportaría la idea de perder a la única persona que en realidad amo.

Solté su mano y me aleje lentamente, hice señas para seguir caminando hasta la cafetería.

Al llegar nos sentamos en una mesa apartada del resto, pedimos nuestros cafés y dejamos que la conversación fluyera, sin embargo algo en el ambiente había cambiado, no era lo mismo había una tensión diferente, algo inexplicable. Una conexión, lo suficiente fuerte para no romperse, pero lo suficiente débil para quebrarse.






Sálvame De Mis Demonios.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora