Epílogo

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 Dos años despues.

El destino opera de formas misteriosas. Muchas veces creemos que hacemos lo correcto, cuando no es así, o incluso recuperamos cosas que habiamos perdido. Los días pasaron y la perspectiva cambió. 

Aparecia constantemente y no podia creer que se tratara de un simple sueño, se sentía tan real. Podia tocarla, sentirla, y ese ambiente calido siempre se convertia en el frío de mi habiatacion cuando abría los ojos. Una vez más mi inconsciente gastandome bromas de recuerdos viejos. El gran dia habia llegado. Me graduaria del colegio e iría a la universidad. Las cosas estaban empacadas en cajas de carton que mi madre habia distribuido sábia y ordenadamente. Abrí los ojos, respiré y salí de la cama. Recorri con la mirada aquella habitación que ya no parecia la misma de antes. Estaba vacia a exceptuar por la cama y las sabanas. Sonreí de lado sin pensarlo. Podia darme el lujo de estar un poco feliz. Melancólico me puse a pensar en mi padre y como hablaba de mi futuro, lo recordé como se recuerda a un viejo amigo que no ves hace tiempo. Sabia que me acompañaría a cualquier parte.

Mi madre estaba feliz de mi cambió y del suyo, juntos habiamos salido adelante, y pudo recuperarse, casi recae cuando me dieron aquella paliza que se sentia lejana despues de tanto tiempo. Pero en vez de eso,  se involucro en la policia para hacer la investigación y le iba tan bien que la contrataron luego de preparar el examen. Es curioso como un solo evento en la vida puede darnos el poder de avanzar o parar. Curioso como nosotros tomamos el timón y decidimos.

Metí el resto de ropa en la maleta y el ruido del cierre hizo que mi madre se parara en el umbral de la puerta.

-¿Ya te despediste de Marc?

-Si, ayer. Lamento haber hecho tanto desastre a la mañana. Insistió en tomar mucho alcohol. 

-Esta bien-dijo quitandole importancia.-No puedo creer que viviré sola y solo te veré algún fin de semana.

-Vendré todas las veces que pueda. Y te llamaré a diario, lo prometo.

-Estoy orgullosa de ti.-dijo acercándose para abrazarme.-eres una gran persona, vamos se hace tarde para tomar el avión. 

Cargamos las maletas y nos subimos al coche. Una parte de mi quería ver el paisaje y la otra disfrutar el tiempo con mi madre, así que  me limite a hacer ambas, cruzamos el puente en donde casi habia acabado con mi vida y otra vez recuerdos de Emma llegaron a mi mente. No habia podido olvidarla. Cambie el rumbo de mis pensamientos y comence a hablar con mi mamá sobre el clima o a jugar el juegi de armar palabras con las patentes para distraerme. 

Finalmente llegamos al aereopuerto, gente entraba y salia con maletas dos veces mas grandes que ellos. La pantalla enorme en la puerta indicaba que el vuelo saldria en una hora exacta. Llevé mi valija para que la despacharan y con el boleto en mano, nos quedamos esperando y mirando por el gran ventanal a los aviones. Solo podia pensar en lo chicos que eramos frente a semejantes bestias que volaban en los cielos. La campana sonó dando a entender que era momento de subir. Abracé a mi madre y le di un sobre con una carta donde expreaba cuanto la extrañaria. Nunca fui muy bueno con las despedidas. Ella sonrió y mientras me alejaba sacudia su mano. 

Subi al avión con la mezcla de excitacion y ansiedad. Era uno de los ultimos en arribar, y la puerta se cerró detras de mi. Busque mi numeración y puse mi mochila en el maletero, estaba por sentarme cuando gire mi cabeza al notar que me miraban, vi unos ojos inquietos y chispiantes, y recibí una sonrisa ante mi eventual desconcierto. Era una sonrisa que jamás olvidaría.

Sálvame De Mis Demonios.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora