La Oscuridad de la Luz. >HARRINGROVE<

PARTE IV: LUNA LLENA

ADVERTENCIA: CONTENIDO EXPLÍCITO.

Joyce entró a la habitación de Jonathan encontrándose con su hijo llorando en un rincón de su cuarto con sus manos cubriendo sus ojos.

Joyce sintió su corazón romperse. Se acercó hacia su hijo y le tomó la cara.

-¿Qué sucede, bebé?-preguntó Joyce.

-S-Steve, mamá, Steve me dejo, me dejo por otro.- dijo Jonathan, llorando.- yo lo amo mamá, no puedo dejarlo ir. Tengo que recuperarlo, no puedo, no podré vivir sin él.

Joyce lo miro tristemente y lo abrazó más a él.

-Hay que prepararle una sorpresa, bebé, yo te ayudare y se la llevaras a su casa mañana por la mañana. No te preocupes más, ahora mismo tenemos que estar concentrados en Will.

Jonathan se limpió la cara y miró a su mamá, para después abrazarla.

-Te tengo una sorpresa.- le dijo Mike a Will.- vuelvo en un segundo.- dicho eso salió por la puerta.

Se adentró en la sala de los Byers y vio a Dustin sentando con un ramo de flores, mirando la televisión y riendo eufóricamente.

-Las trajiste.- dijo Mike, sorprendido.

-Pues claro imbécil, me debes una cita con la chica del cine.- le entregó el ramo a Mike y siguió riéndose sin prestar mucha atención.

-¿Te quedarás aquí?.- preguntó Mike.

-Claro, la señora Byers a dicho que sí.

Mike no respondió y se dirigió al cuarto de Will. Abrió la puerta y le mostró el ramo de flores a Will.

-¡Están preciosas!-chilló Will, mirando anonadado.-¿qué hice para merecer a un príncipe como tú?

-No, yo soy el afortunado.- dijo Mike y se volvió a recostar con su no novio.

Billy jaló a Steve suavemente antes de que desapareciera al entrar a su casa.
Lo cargó mientras Steve pataleaba y lo arrojó al agua junto a él.

Steve salió rápidamente del agua, quedando mitad de su cuerpo adentro y la otra mitad fuera, al igual que Billy.
Ambos se limpiaron la cara con las manos para después comenzar a reírse.

-¡Eres un idiota!-gritó Steve, riendo y arrojando agua con sus manos hacia Billy.

Billy también reía, Steve pensó que no podía estar más enamorado.

Billy se acercó hacia él y lo tomó de la cintura para después elevarlo en el aire.

El lugar se vio inundado por las risas alegres de ambos.

Billy bajó a Steve y lo llevó hasta la orilla de la piscina.

-Cásate conmigo.- dijo Billy, mirando a Steve con ojos de enamorado.

Steve sintió una presión en su pecho; felicidad.
Hace mucho que no lograba sentirse así, pero su corazón supo que Billy era el indicado.
Billy le hizo sentir en pocos días cosas inimaginables que Jonathan no pudo en meses.

-Claro que quiero casarme contigo.-dijo Steve, con ojos llorosos de la emoción.

Billy sacó de su pantalón una caja pequeña la cual ya estaba un poco mojada. La abrió y adentro contenía dos anillos brillantes, con reflejos morados, finos y delicados.

Steve se tapó la boca con su mano; las lágrimas no tardaron en salir.

Billy colocó la caja sobre el borde de la piscina y tomó los anillos, dándole uno a Steve y el quedándose con uno.