Parte 7

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Pequeñín iba emocionado caminando por la acera entre las personas, algunas de ellas incluso se detenían para acariciar al peludo cachorrito.

Joel estaba agradecido de que toda la atención estaba en el perrito; costaba mucho que alguien lo reconociera en la calle pero prefería evitarlo, por eso siempre salía con algún tipo de sombrero y lentes oscuros.

Cuando llegaron al semáforo que daba a la tienda, Joel miró a la calle de al lado y por puro impulso, decidió dar la vuelta a la cuadra, a pesar de tener la tienda justo al frente.

No podrían culparlo, el refugio de animales quedaba al otro lado de la cuadra y refugio de animales podría ser sinónimo de encontrarse a Erick cantando.

Joel no lo podía evitar.

Justo como Joel lo esperaba, el ojiverde estaba al lado del refugio con su guitarra en sus manos y el estuche de esta abierto a sus pies. Un par de personas estaban cerca escuchándolo cantar.

Joel se acercó despacio y se quedó al lado, mirándolo mientras tocaba la guitarra con delicadeza.

Erick esa mañana estaba cantando muy bajito y su voz se escuchaba muy grave y ronca. Joel frunció su ceño al notarlo.

Pronto Erick terminó la canción que estaba tocando y recibió algunos aplausos y unas cuantas monedas lanzadas a su estuche.

Cuando las personas se dispersaron, Joel aprovechó y se acercó.

"Hola, Erick." saludó Joel con una sonrisa y el ojiverde lo miró sobresaltado.

"¡Hola!" respondió Erick sonriendo y carraspeó un poco mientras se agachaba para acariciar al cachorro. "Hola pequeñín."

"Nunca había escuchado esa canción, es muy bonita." dijo Joel con sus ojos sellados en aquel chico. Su sonrisa se ensanchó al ver el sonrojo subir por las mejillas de Erick.

"Gracias..." empezó a decir Erick pero empezó a tener un fuerte ataque de tos.

Joel se acercó y le dio suaves palmaditas en la espalda al ojiverde. Hasta ese momento que lo tuvo tan cerca fue capaz de percatarse de que sus ojos estaban más irritados y llorosos que el día anterior. Además ahora tenía unas ligeras ojeras bajo sus ojos. Joel no se había dado cuenta antes de lo cansado que se veía el chico.

"¿Estás bien?" preguntó Joel tan pronto Erick se recuperó y tomó bocanadas de aire para recuperarse. "¿Necesitas algo? Te puedo traer un té, cerca hay una cafetería y—"

"No, no, no tengo—" empezó a decir Erick pero se interrumpió, no quería que Joel se diera cuenta que no tenía dinero ni para un té. "No hace falta—"

"Claro que hace falta." lo interrumpió Joel y puso la correa de Pequeñín en su mano. "Cuida a Pequeñín mientras voy, no me tardo."

"¿Pequeñín?" preguntó Erick antes de que Joel se fuera y no pudo evitar sonreir al ver el sonrojo en las mejillas del ojinegro.

"Eh, sí." respondió Joel con una mano en la nuca, rascando como gesto nervioso. "Así se llama. Ya vuelvo."

Sin mirar atrás, Joel corrió hacia la cafetería más cercana. Por suerte solo había una persona ordenando, así que pronto Joel estaba pidiendo el té de gengibre extra grande y rápido lo tenía en sus manos.

Trató de caminar lo más rápido posible con el té en sus manos y cuando vio a Erick sentado en el suelo jugando con Pequeñín, aceleró aun más el paso.

"Aquí tienes." dijo Joel agitado cuando llegó al lado de Erick. El ojiverde se levantó apresurado y con temblorosas manos agarró el vaso de cartón.

Sus dedos rozaron y ambos sintieron una corriente eléctrica correrles por todo el cuerpo.

"Gracias, Joel, no debiste..." dijo Erick mirando al piso y tomando un pequeño sorbo del té.

Al sentir el caliente y un poco picante líquido pasar por su garganta, Erick no pudo evitar cerrar sus ojos y soltar un pequeño murmuro satisfecho.

Joel sintió como si su pecho se expandiera de felicidad al ver que pudo darle un alivio al maravilloso chico.

"Fue todo un gusto." respondió y sonrió cuando Erick abrió sus ojos y lo miró. "Debo irme, ¿nos vemos luego?"

"Nos vemos Joel." respondió Erick. "Y feliz navidad."

"Oh, feliz navidad para tí también."

「mi hogar」 「joerick」 「terminada」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora