Parte 20

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"Encontramos a Erick."

Al escuchar las palabras, Joel se levantó de golpe de su cama y sobresaltó a Pequeñín, quien dormía a su lado.

"¿Qué—? ¿Dónde—? Nora—" balbuceó Joel sin sentido, moviéndose en su cuarto sin dirección alguna. Pequeñín lo observaba confundido desde la cama.

"Te enviaré la dirección pero debes venir ya, Joel, es urgente." Nora dijo y Joel se congeló en el lugar. "O no sé si adelantarnos nosotros y llevárnoslo pero estoy segura de que no estarás tranquilo si no eres tu quien lo lleva y—"

"Nora, ¿Erick está bien?" preguntó Joel con un nudo en la garganta.

"Lo encontramos debajo de un puente y... está mal, Joel, muy mal."

"No se muevan de allí."


~


El auto negro de Joel se movía con velocidad por la carretera y el ojinegro no podría estar más angustiado. Llevaba mucho tiempo de no sacar su auto dado que el tráfico de la ciudad era siempre excesivo, así que prefería caminar.

Por lo tanto, su angustia se daba a que cada cien metros se atoraba en una pequeña presa de autos.

Pequeñín iba en el asiento de copiloto e iba extrañamente tranquilo, como si sintiera la urgencia de la situación.

Aun con la intermitencia del viaje, en quince minutos llegó a su destino.

Tan pronto estacionó el auto, alzó a Pequeñín y corrió con el cachorro en sus brazos hacia el puente que se encontraba en medio del parque que se ubicaba al borde de la ciudad.

Estaba corriendo tan rápido que sentía que iba a escupir los pulmones en cualquier momento. El sonido de sus pisadas contra el piso y el de su agitada respiración era lo único que podía escuchar, retumbando en sus oídos de manera aturdidora.

Hasta que pudo ver a lo lejos el puente y al lado tres figuras humanas, una de pie y dos en el piso. Joel sintió que iba a vomitar justo en ese momento.

Corrió aun más rápido y cuando llegó al puente, casi que lanzó al pobre cachorro a los brazos de Brendon, quien estaba de pie, y se lanzó al suelo, al lado de Nora, quien tenía abrazado al ojiverde, cubriéndolo con una gruesa cobija.

Joel sintió que se moriría allí mismo al ver a su bonito con el cuerpo estremeciendo en temblores, con las mejillas hundidas, la piel pálida y los labios secos y rotos. Tenía los ojos cerrados e inhalaba con dificultad por la boca entreabierta.

Sin articular palabra, Joel tomó al joven chico en sus brazos y lo apretujó hacia su pecho. Sentía como su corazón se estrujaba al sentir la respiración pesada del menor y su cuerpo empezó a temblar.

Estaba jodidamente asustado.

Sabía que debían llevar al ojiverde al médico inmediatamente, pero no podía evitar pegarlo a su cuerpo. Parecía como si se quisiera adherir a él y hacer de los dos, uno solo.

"Cariño..." murmuró Nora y Joel sintió como la rubia le pasó en dedo por la mejilla. No se había percatado que estaba llorando. "Debemos llevarlo ya a un médico."

Joel solamente asintió y se levantó aun con el ojiverde en sus brazos. Un sollozo escapó de sus labios al sentir lo liviano que estaba el chico; era como alzar un niño, no pesaba nada.

Caminó apresurado hasta su auto y Nora sacó sus llaves del bolsillo. Con ayuda de Brendon, Joel acostó a Erick en el asiento trasero.

Escuchó como Nora le dijo una dirección de un hospital privado al que podrían llevar pero Joel no podía quitar sus ojos de encima del chico acostado en su auto.

"Okay." dijo Nora con un suspiro al ver el estado en que estaba Joel. Se volteó hacia su esposo y lo miró. "Yo llevaré este auto, tu lleva el nuestro y síguenos."

Con un beso, Brendon se despidió de Nora y con Pequeñín en sus brazos caminó al auto. Nora empujó con suavidad a Joel para que se sentara junto al ojiverde.

Como en un trance, Joel se sentó al lado de Erick y lo alzó por las costillas hasta dejarlo sentado y lo acurrucó a su costado, dejando la cara del menor recostada en su hombro.

Acercó su rostro y plantó un beso en la frente del ojiverde.

En ese momento Erick abrió los ojos y Joel sintió una ola de emociones golpearlo de pronto.

Volver a ver aquellos ojos verdes rellenó un agujero que se había formado en su pecho.

Sintió como la vida volvía a su cuerpo, después de haberlo abandonado junto a Erick hacía una semana atrás.

Sintió como su pecho se expandió y pudo respirar sin sentir que moría con cada exhalación.

"J-Joel—" empezó a susurrar Erick con dificultad y Joel sintió como sus manos temblaron al escuchar su voz una vez más.

"Shhh, no gastes energías bonito." murmuró Joel y plantó un suave beso sobre los labios resquebrajados del ojiverde. "Vas a estar bien."

Erick asintió a como pudo y con dificultad pegó su cara al cuello del ojinegro.

Y así, con el chico moribundo entre sus brazos, fue como Joel se dio cuenta de que Erick era su verdadero hogar.

「mi hogar」 「joerick」 「terminada」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora