Parte 18

4.3K 559 77
                                    


A pesar de que algo en su corazón le decía que Erick se había ido, se levantó con la esperanza de verlo en la sala o en la cocina o con Pequeñín o donde fuera. Solo quería encontrarlo dentro de su apartamento.

Cuando puso un pie en la sala, Pequeñín empezó a ladrar y saltar como loco. Joel caminó hacia él y lo alzó. Empezó a acariciarlo, pero el cachorrito se removió entre sus brazos, así que Joel lo dejó en el piso.

Pequeñín corrió hacia la entrada del apartamento y empezó a ladrar y a rasguñar la puerta.

Eso fue suficiente para confirmar lo que su corazón le decía.

Inmediatamente, Joel sintió como sus ojos se aguaron y tragó grueso.

"Ven, Pequeñín." dijo Joel con la voz quebrada, y el cachorro corrió hacia él. Lo alzó de nuevo y caminó hacia el sofá. "Tienes que ayudarme a no llorar—"

Joel se interrumpió al ver en la mesa uno de sus libros con una nota junto a la botella de jarabe para la tos. Bajó al cachorro y lo dejó sobre el sofá.

Con manos temblorosas tomó la nota sintió como un par de lágrimas escapaban al leer.


Gracias por salvarme la vida y por darme los mejores días de mi vida.

Te deseo muchos éxitos con tus libros, señor Joel Pimentel.

Pd: no me busques, no te merezco.


Joel sintió una mezcla entre enojo, tristeza y angustia y estuvo apunto de hacer un puño la nota y botarla, pero su corazón no se lo permitía.

Sentía como su cuerpo ardía de enojo hacia Erick, por decir que no se merecía a Joel.

Sentía enojo hacia la vida, por su maldita necesidad de provocar que Joel se consuma en soledad.

Sentía enojo hacia sí mismo, por no haberle dicho antes a Erick de su trabajo.

Sentía enojo hacia Nora, por haberlo impulsado a ilusionarse.

Se levantó apresurado del sofá y caminó hacia su habitación, Pequeñín corriendo detrás de él.

Tomó su celular y marcó el número de su llamada más reciente.

"Hol—"

"¡Te lo dije!" exclamó Joel interrumpiendo a Nora. "¡Te dije que huiría! ¡Maldición Nora, te lo dije!"

"¡Joel!" exclamó Nora preocupada al escuchar la respiración agitada del ojinegro. "¿A qué te refieres?"

"A Erick, Nora, ¡¿a qué más?!" exclamó Joel y se dio cuenta de lo grosero que estaba siendo. "Mierda, lo siento, no es mi intención hablarte así pero, ¡el muy idiota se fue! ¡Ni siquiera me dejó explicarle! Se fue y ahora está en la calle y... ¡¡Mierda Nora, está en la calle solo y enfermo y no se llevó el maldito jarabe y—!!"

"¡¡Joel!!" exclamó Nora casi gritando para que el chico le prestara atención. "¿A qué te refieres con que está en la calle?"

"Erick vive en la calle." dijo Joel sin tapujos, ya no importaba que Nora se diera cuenta.

Un tajante silencio invadió la llamada y Joel creyó que se había cortado la llamada.

"Estaré ahí en cinco minutos." dijo Nora y cortó la llamada.


~


Justo como lo esperaba, el timbre sonó cinco minutos después y cuando abrió la puerta, Nora entró sin esperar invitación.

Caminó detrás de ella y se sentó a su lado en el sofá.

"Empieza a explicar." dijo Nora y Joel empezó a contarle absolutamente todo con lujo de detalles.

Nora había llegado preparada para darle la reprimenda más grande de la vida por haber confiado con tanta facilidad en un desconocido, pero fue cambiando cada vez más de opinión al escucharlo hablar del ojiverde con la voz quebrada y los ojos brillantes por las lágrimas contenidas.

"Y se dio cuenta antes de que yo le pudiera decir y se largó, Nora. Se fue y sigue enfermo y ni siquiera se llevó la maldita botella de jarabe."

"Debemos salir a buscarlo y encontrarlo." dijo Nora cuando Joel terminó de hablar y el ojinegro la miró sorprendido.

"Creí que me ibas a regañar por ser un descuidado."

"Yo también creía que lo iba a hacer, pero no tiene sentido." respondió Nora con una pequeña sonrisa. "Solo lo conocí por unas horas, pero fue suficiente para saber que es un niño bueno. Y lo quieres, eso es más que suficiente."

"Mira esto." dijo Joel y le enseñó la nota que había dejado Erick. "No quiere que lo busque."

"¿Y le vas a hacer caso?" dijo Nora con una ceja alzada y Joel no respondió. "Exacto, no le vas a hacer caso. Así que alístate y saldremos a buscarlo. Llamaré a Brendon para que nos ayude. Si tu chico se fue hace poco entonces no habrá podido ir muy lejos."

"No, no, estoy seguro de que Brendon tiene cosas importantes qué hacer, no lo llames—" empezó a decir Joel cuando escuchó a Nora decir que llamaría a su esposo, pero la rubia lo interrumpió.

"Cállate y alístate." dijo Nora muy seria y Joel sonrió.

La llegada de Erick a su vida había venido acompañada de un dulce cachorrito y la amistad de una grandiosa chica.

No lo dejaría escapar tan fácilmente.

「mi hogar」 「joerick」 「terminada」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora