Parte 17

4.1K 553 65
                                    

3/3

°°°°°°°°°

Cuando Erick despertó, lo primero que hizo fue sonreír. El recuerdo de la noche anterior estaba completamente fresco en su memoria y, a pesar de sentir la incomodidad en su ropa interior, podría afirmar que era uno de sus recuerdos favoritos de toda la vida.

Se volteó en la cama buscando a Joel y se sorprendió al no verlo allí o en la habitación del todo.

Se quedó quieto un instante y pudo escuchar el eco de murmullos dentro del apartamento.

Dudó unos segundos en si salir de la habitación o no, pero suponía que Nora había llegado al apartamento y que los murmullos que escuchaba eran Joel y ella conversando.

Se levantó y recordó que tenía semen seco en su ropa, así que caminó hacia el armario de Joel y sacó unos pantalones de dormir. Suponía que a Joel no le molestaría y sonrió al darse cuenta de que a Joel más bien lo pondría feliz verlo usando su ropa.

Cuando se cambió, abrió la puerta y se dio cuenta de que los murmullos eran de Joel hablando por teléfono. Iba a salir pero se quedó congelado escuchar las palabras que salieron de la boca de Joel.

"Sé que no es un niño pero... Nora, el chico ni siquiera sabe quién soy en realidad. No sabe que soy el Joel Pimentel que tiene su maldito nombre impreso en letras gigantes por toda la ciudad anunciando su nuevo libro y temo que si se da cuenta, huya."

¿Qué?... Joel, su Joel, ¿era el Joel reconocido por ser un famoso escritor?

Erick sintió ganas de patearse a sí mismo por no haberse dado cuenta antes. Joel tenía mucho dinero, cualquiera que entrara a su apartamento podría notarlo. Y la noche anterior le había dicho que era escritor.

Claro, Joel había dicho que tenía un par de historias... pero Erick sabía que con "un par de historias" se refería a tres libros que habían sido todo un éxito a nivel mundial. Sus libros eran traducidos a cuanto idioma existiera y tenía fans por doquier.

'Por supuesto que no lo ibas a reconocer, Joel siempre hace sus entrevistas con gafas oscuras y ni siquiera sus fans, los que lo han seguido desde el inicio, lo reconocen en la calle.' pensó Erick y sintió ganas de llorar.

Eso lo cambiaba todo.

Por supuesto que Erick huiría; no podría estar con un famoso escritor mientras él mismo fuera una persona de la calle.

Si la gente se daba cuenta de solo el hecho de que Joel estaba relacionándose con alguien como él, el escritor perdería toda su fama. Las personas lo empezarían a juzgar y dejarían de comprar sus libros y Erick no quería eso para Joel.

Joel no merecía pasar por algo así.

Y Erick no se merecía a alguien como Joel.

Una lágrima cayó por su mejilla y se sobresaltó al escuchar que Joel se despedía.

Rápidamente, se acostó de nuevo y pretendió estar dormido, luchando contra las lágrimas que querían escapar de sus ojos.

Sus nervios se dispararon cuando escuchó a Joel entrar a la habitación y sintió como su estómago se estrujó al sentirlo acurrucarse a su espalda.

Después de unos minutos, la respiración de Joel se hizo lenta y profunda y Erick se dio cuenta de que se había dormido.

Muy despacio, salió del agarre de Joel y en silencio salió en dirección a la sala.

Tomó su mochila y su guitarra y guindó ambos sobre su espalda.

Un pequeño ladrido retumbó por la sala y Erick no pudo contener más las lágrimas. Giró en dirección a donde lo escuchó y vio a Pequeñin asomando la cabeza por la baranda que lo mantenía encerrado en una de las habitaciones. Erick había olvidado que la tarde anterior lo habían metido ahí porque Nora era alérgica a los perros.

Sin poder resistirse, Erick caminó hacia la baranda y se agachó para alzar al cachorro. Pequeñín empezó a lamer las lágrimas de sus mejillas y Erick soltó una risa amarga.

"Debes prometerme que lo vas a cuidar mucho." murmuró el ojiverde y dejó un beso sobre la cabeza del cachorro. "Te extrañaré Pequeñín. Dale mucho amor a tu papá de mi parte, ¿sí?"

Erick dejó otro beso sobre su cabeza y lo volvió a dejar del otro lado de la baranda.

Cuando caminaba hacia la puerta, un estante que estaba en la sala llamó su atención y caminó hacia él.

Lo había visto antes, pero no había tenido razones para prestarle atención. Ahora sí tenía las razones.

Muy despacio, sacó uno de los libros y lo abrió, encontrándose con la foto de un sonriente Joel impresa en la primera página.


Joel Pimentel, escritor #1 por cuatro semanas consecutivas en la lista del New York Times.


Erick alzó su mirada y vio un vaso con una serie de bolígrafos. Tomó uno y buscó un trozo de papel en alguna parte del estante y escribió una pequeña nota.

Luego caminó hacia el centro de la sala y dejó el libro y la nota sobre la mesa que estaba frente al sofá.

Caminó hacia la puerta y sin mirar atrás, salió por ella.

「mi hogar」 「joerick」 「terminada」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora