「mi hogar」 「joerick」 「terminada」

Parte 24

Este capítulo se lo quiero dedicar a @EstefaniaCastro429 (no me deja etiquetarla :c) quien fue la única persona que hizo cierrrrto comentario que esperaba que muchxs notaran jaja (que me imagino que muchxs lo hicieron pero no dijeron nada)

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Esa misma noche, cuando había entrado uno de los enfermeros a hacerle la revisión nocturna a Erick, Joel le había pedido al chico que si le podría mostrar la tablilla en la que apuntaba todos el progreso del menor y Erick lo miró confundido.

"¿Para qué quieres ver eso? No vas a entender nada." murmuró Erick mientras lo observaba mirar la tablilla y Joel soltó una carcajada.

"¿Porqué no entendería nada? Soy escritor, debo saber sobre muchas cosas para poder escribir." respondió el mayor sin separar sus ojos de la tablilla.

"Bien entonces, ¿entendiste algo?" preguntó Erick cuando Joel la devolvió al enfermero.

"No." respondió Joel y el menor rió fuerte, provocando una sonrisa boba en la boca de Joel. Amaba escucharlo reír. "Deja de reír y préstame atención, necesito decirte algo."

La risa de Erick murió inmediatamente al escuchar las palabras del mayor y lo miró directo a los ojos.

"No es nada malo, bonito." comentó apresurado Joel al ver el cambio en Erick y lo vio relajarse un poco con sus palabras. "Es solo que creo que esta noche dormiré en casa, ¿te molestaría si te dejo solo esta noche?"

"Oh..." suspiró Erick bajando la mirada y sintió su estómago oprimirse. No quería que Joel se fuera, pero no lo admitiría en voz alta y menos a Joel. "Está bien, no tienes que pedirme permiso. Además debes estar muriendo por darte un ducha. Ya apestas."

Joel no rió por el chiste, solo lo observó como jugaba con sus dedos nervioso sobre la sábana que le cubría las piernas.

No quería dejarlo solo, pero era necesario.

"Volveré mañana, ¿sí?" murmuró Joel y con un dedo en su barbilla alzó la cara de Erick, provocando que se miraran a los ojos.

Erick lo observó unos instantes y luego asintió. Quería rogarle que se quedara a su lado esa noche, justo esa noche, pero se contuvo.

Joel le dio una pequeña sonrisa y se acercó para darle un suave beso sobre los labios.

Erick suspiró fuerte al sentir aquellos labios sobre los suyos y se aferró con las manos a la camisa del mayor.

Lo vería en la mañana, así que no sería tan malo.

Joel se despidió con una caricia en la mejilla y Erick lo vio salir por la puerta, sintiendo un vacío en el estómago.

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La mañana siguiente Erick despertó por la cantidad de brillo que iluminaba la habitación. Como las paredes eran blancas, los rayos de sol reflejaban en la habitación un brillo aturdidor.

Después de frotarse los ojos y adaptarse a la luz, Erick miró la habitación y sintió un hueco en el pecho al verla tan vacía y monótona como los días anteriores.

Sabía que Joel no tenía manera de saber que hoy era su cumpleaños, pero igual le hubiera gustado al menos tenerlo allí.

Estirando su mano, apretó el botón al lado de la cama que avisaba a los enfermeros que ya había despertado y el mismo chico de siempre entró con una sonrisa en los labios, empezando a hacer los chequeos en las máquinas alrededor de Erick.