Parte 10

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Después de haberse tomado las pastillas, Erick se había quedado dormido y Joel aprovechó para hacer el té y los paños calientes.

Cuando terminó de preparar ambas cosas y salió a la sala, sintió como su corazón se derretía al ver la imagen que tenía ante sus ojos.

Erick estaba aun dormido con la cara recostada al respaldar del sillón y Pequeñín estaba acurrucado en su regazo.

Cuando Joel se acercó, Pequeñín levantó la cabeza y movió la cola al verlo. Joel sonrió y acarició su pequeña cabeza.

"No permitiremos que nada le pase, ¿de acuerdo?" susurró Joel mientras alzaba al cachorrito y lo colocaba en el piso.

Poco a poco fue colocando el pañito tibio sobre la frente de Erick. Cada vez que el paño enfriaba, Joel lo volvía a sumergir en el agua tibia y lo escurría para luego volverlo a colocar.

En uno de esos momentos en los que se había volteado para mojar el pañito, Erick despertó y cuando Joel se volteó para colocar el pañito, se sobresaltó al ver esos ojos verdes abiertos y mirándolo intensamente.

"¡Oh! Despertaste, ¿cómo te sientes?" preguntó Joel sonriendo y colocando el pañito sobre la frente de Erick.

"Mejor." contestó Erick y carraspeó, su voz se escuchaba ronca.

"Me alegro. Ahora siéntate, bonito, te preparé un té." contestó Joel aliviado al ver que Erick se pudo sentar por sí mismo y le entregó el té caliente, sonriendo al verlo tomar un sorbo y cerrar sus ojos. El pañito cayó de la frente de Erick y Joel lo tomó en sus manos. "No soy el mejor preparando tés, pero espero que te ayude un poco."

Erick abrió sus ojos de nuevo y clavó su mirada en Joel. El ojinegro se removió un poco, intimidado por la intensa mirada verde. Se relajó un poco al ver la pequeña sonrisa que apareció en los labios de Erick.

"Gracias Joel, de verdad." respondió Erick y tomó otro sorbo de té. "No sé cómo voy a pagarte por lo que estás haciendo, pero—"

"No." interrumpió Joel y Erick lo miró sobresaltado. "No tienes que pagarme nada de vuelta, yo hago esto con mucho gusto."

"¿Porqué lo haces?" Erick preguntó sin poder resistirse más. "Es decir, ¿porqué me ayudas?"

"¿Por qué razón no te ayudaría?" respondió Joel inmediatamente, tomando por sorpresa al ojiverde.

"Porque soy solo un mendigo." respondió Erick agachando la cabeza y Joel puso un dedo sobre su barbilla, haciéndolo levantar la cara y mirarlo a los ojos.

"Pues para mí eres un chico bonito con ojos brillantes y un talento musical increíble." contestó Joel y sonrió al ver el sonrojo en las mejillas del ojiverde.

Joel aprovechó que tenía la mano en la barbilla de Erick y la subió a su frente, respirando aliviado al sentir que la fiebre había bajado.

"Grac—" empezó a decir Erick pero su estómago gruñó con fuerza. Un sonrojo aún mas fuerte se elevó hacia sus orejas y llevó una mano a su rostro, tapándolo.

Joel nunca había visto algo más adorable.

"¿Tienes hambre?" preguntó Joel sonriendo pero su sonrisa se desvaneció al imaginarse porqué el chico tendría tanta hambre. "Erick, ¿cuando fue la ultima vez que comiste?"

Erick destapó un poco su cara y observó a Joel, dudando en si responder o no.

"Ayer, con el dinero que—" empezó a decir Erick pero se interrumpió, se rehusaba a admitir que su última comida había sido gracias al dinero que le había entregado Joel el primer día que se vieron. Tampoco iba a admitir que hoy no había comido porque había gastado el último dinero en el jarabe para la tos.

Joel iba a responder, pero empezaron a sonar las fuertes explosiones de los fuegos artificiales y miró hacia el ventanal, viendo los colores brillar en la oscura noche.

"Feliz navidad, Erick." susurró Joel mirando de nuevo a Erick y sonriendo.

"Feliz navidad, Joel." contestó Erick sonriendo avergonzado.

Joel no había conseguido su cheesecake para la noche buena, pero había conseguido algo mejor.

「mi hogar」 「joerick」 「terminada」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora