Parte 21

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12 horas.

Llevaba 12 malditas horas sentado en las sillas de espera del hospital privado al que los había conducido Nora.

Cuando habían llegado, había llevado alzado a un dormido Erick hasta la sala de emergencias. Al ver el estado de Erick, y por estado refiérase a "una evidente persona de la calle", los enfermeros habían dudado en atenderlos, pero cuando Joel sacó su tarjeta de crédito y prácticamente se la tiró a la de la recepción con las palabras "todo gasto corre a esta tarjeta", los enfermeros corrieron para acostar a Erick en una camilla y llevarlo a los consultorios del hospital.

Por esa misma razón Nora sugirió el hospital privado; en uno público los hubieran echado del lugar al enterarse que el chico no tenía un seguro de salud hospitalaria.

Joel había tratado de entrar con ellos, pero claramente no se lo habían permitido. Nora le había tomado el brazo y lo había guiado hacia las sillas de espera que estaban a un costado.

Cerca de las ocho de la noche, Nora se había ido junto con su esposo y prometió a Joel cuidar de Pequeñín hasta que se solucionara todo.

Ahora eran las seis de la mañana y Joel no había dormido ni comido un bocado. Nora había intentado hacerlo comer antes de irse la noche anterior, pero había sido en vano. Joel no tenía apetito ni para un vaso de agua.

Se sentía tan cansado y tan angustiado. En las doce horas que llevaba ahí, no le habían dado noticias sobre el ojiverde. Cada enfermero que salía, le respondía lo mismo que todos: "Por ahora no podemos dar información sobre el paciente."

Y ahora Joel, sentado en una de las incómodas sillas, sentía que en cualquier momento empezaría a golpearse la cabeza contra la pared.

Deseaba que todo fuera un sueño y despertar con Erick dormido a su lado y con Pequeñín acurrucado entre ambos. Deseaba poder verlo en su cama y depertarlo con besos y caricias. Deseaba que todo fuera un vil pesadilla creada por todos sus temores.

Pero el frío del hospital y el constante hueco en su estómago le recordaban que era real.

Una hora más tarde, Joel se encontraba con la cabeza recostada a la pared y con los ojos cerrados cuando sintió una mano posarse sobre su brazo.

Al abrir los ojos, se encontró a Nora sentada a su lado con un vaso de cartón en su mano libre y con una bolsa de papel sobre su regazo. Estaba tan ido en sus pensamientos que no se percató de cuando llegó la rubia o cuando se sentó a su lado.

"¿Alguna noticia?" preguntó la ojiazul y Joel negó con su cabeza, cerrando de nuevo sus ojos. "¿Has dormido o comido algo?"

"Sabes que no." respondió Joel de manera seca. "He evitado al máximo levantarme de acá porque temo que salgan a decir algo de Erick y yo no esté."

"Pues que bien que traje este café caliente y este sándwich." dijo Nora y le puso en las manos a Joel el vaso de cartón y la bolsa de papel.

"Nora—" empezó a decir Joel pero su amiga lo interrumpió.

"No me importa Joel. Debes comer algo o te vas a desmayar y no podrás estar para Erick cuando te dejen verlo."

Joel la miró directo a los ojos y sintió ganas de llorar. La chica, a pesar de llevarle solo un par de años de edad, era como una madre para él. Y supo decir exactamente lo que Joel necesitaba escuchar para convencerse de comer algo.

Y así, sin palabra alguna, Joel empezó a comer y cuando terminó, sintió como sus párpados caían del sueño.

"Duérmete, prometo despertarte si alguien viene." Joel escuchó a Nora decir las palabras, pero ya estaba más dormido que despierto cuando la chica lo dijo.

~

Un fuerte sacudir en sus hombros fue lo que despertó a Joel y el ojinegro se levantó sobresaltado, casi cayendo directo al piso por el nudo que se hizo con sus propias piernas. Para su suerte, Nora estaba preparada y lo ayudó a recuperar el equilibrio.

Aun desorientado, Joel miró a su agente y luego se percató de que un doctor estaba de pie frente a ambos.

El doctor prosiguió a darles un serie de explicaciones científicas sobre el estado de Erick, de las cuales el cerebro alarmado y desorientado de Joel solo comprendió "inyección de vitaminas y minerales", "lo encontraron antes de que desarrollara una neumonía", y la más importante de todas:

"El paciente se encuentra estable. Pronto podrán entrar a verlo."

Joel sintió como sus rodillas se debilitaron por el alivio y pronto Nora lo tenía entre sus brazos, frotando su espalda para ayudarle a calmar los tremores de sus sollozos.

Nunca en su puta vida se había sentido tan asustado, ni siquiera cuando se fue de su casa a empezar una vida por sí solo en una gran ciudad. Así que ya sabía que iba a llorar en algún momento por todo el temor acumulado, pero se sentía infinitamente agradecido de que sus lágrimas se debieran a un alivio al corazón y no a una pérdida.

No sabía cuánto tiempo había estado llorando en los brazos de su amiga, pero mucho antes de sentirse preparado, escuchó al mismo doctor llegar a avisarles que ya podía pasar uno de ellos a ver a Erick. Solo una mirada con Nora fue suficiente para hacerle saber que él era quién debía ir a verlo.

Con temblorosas manos, Joel limpió su rostro con torpeza y caminó siguiendo al doctor.

Se sintió a desmayar cuando el doctor le abrió la puerta de la habitación de hospital y vio a Erick dormido sobre la blanca cama hospitalaria.

Ingresó despacio y se sentó en la silla que estaba al lado de la cama. Con delicadeza, tomó la mano de Erick y se estremeció al sentir lo delgada y fría que estaba.

Despacio, la llevó a su boca para soplar aire caliente sobre ella y darle un poco de calor. Sin poder evitarlo, bañó la mano en besos y observó la cara adormilada de Erick.

A pesar de estar dormido en una camilla, Joel pudo ver la vida que desbordaba del poco de color que habían ganado las mejillas de Erick al haber salido del terrible lugar en el que lo encontraron. Vio la vida en el subir y bajar del pecho de Erick con cada respiración del menor. Y vio la vida en el calor que fue recuperando la mano de Erick entre las suyas.

"Esta vez haré bien las cosas." susurró Joel y deseó que Erick fuera capaz de escucharlo. "Y esta vez no permitiré que huyas, bonito. No cuando ya te robaste mi corazón."

「mi hogar」 「joerick」 「terminada」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora