Sarah, la gran sacerdotisa

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Como lo había ordenado la mayor autoridad de la ciudad, el gigantes escuálido sería llevado al santuario de la madre naturaleza, hogar de la sacerdotisa. El camino para llegar a ese lugar usaba el mismo recorrido para llegar a la academia, hasta cierto punto. De esa forma no pudo evitar toparse con la joven Northwest, quien e encontraba en las mismas condiciones; ambos se encontraban una al lado del otro pero ninguno soltaba una sola palabra, tal vez sea por vergüenza o por miedo a ser azotados por las guardias, en todo caso el joven Pines no soportó más la inquietud.

-Hola Pa... ¡Ay!- el chico recibió un latigazo por parte de una guardiana. Todo el contingente paró por el escándalo.

-¡Cierra la boca, gigante enclenque!- gritó la guardiana que ejecutó el ataque. El castaño se disculpaba pero por volver a hablar recibió otro latigazo más fuerte que el anterior.- ¡He dicho que guardes silen...!-

-BASTA- la sacerdotisa se acercó hasta la guardiana y le proporcionó una cachetada.- tú no eres nadie para tener el derecho de lastimar a estos dos... intentos fallidos de gigantes, ¡y eso va para todas ustedes!; si quieren hablar que hablen pero ninguna de nosotras les devolverá la palabra-

-Sí, su excelencia- todas las hadas hablaron al unísono con mucho respeto, incluso la que fue reprendida por la autoridad mayor.

El contingente siguió su camino, el castaño esperó a que toda la tensión se pasará para no sentirse presionado.

-Pacífica, ¿cómo has estado?- intentó parecer relajado.

-Jijijiji... ay Dipper, enserio vas a intentar sonar cool después de tu ridícula escena- fijó su mirada en él para esperar una respuesta.

-"Ridícula", esa hada me azotó dos veces...-

-Chico, deja de quejarte mucho que te haces más pesado- las guardianas que se encargaban de llevarlo apoyaron a la que había sugerido una mejor postura para el castaño.

-Lo siento-

-Jajajaja... Dipper dejemos de lado tu ridícula escena, ahora porque no me dices como llegaste hasta aquí- el castaño le contó todo lo que había pasado hasta ahora, incluso menciono el encuentro que tuvo con Diana.- vaya, parece que no tuvimos la misma suerte-

-¿A qué te refieres?- interrogó con un tono muy curioso.

-Verás, por equivocación rompí una especie de monolito, creo; eso puso furiosas a esas hadas, y ahora me llevaran a una tal "academia" para encarcelarme- dio unas pequeñas carcajadas.- y todo esto porque quería conseguir un poco de polvillo de hadas-

-Espera, ¿dijiste polvillo de hadas?- el castaño estaba muy sorprendido por la revelación.

-Sí, eso dije-

-Entonces vinimos por lo mismo, hay que salir de aquí y buscar el polvillo de hadas como a de lugar- sus palabras lo regocijaban a sí mismo.

-Tonto, estoy presa y tú reducido; no es de tus mejores ideas, genio-

-¡¿Entonces qué hacemos?!, tu serás encarcelada y yo, torturado hasta morir- lo último que dijo desconcertó a la rubia.

-¡Nunca dijiste nada sobre tu castigo!; en mi caso puedo escapar pero en el tuyo...- los gestos de la joven Northwest expresaban mucha preocupación, su amigo sería acabado y ella no podría hacer nada, esto le dejó un mal sabor de boca.- ¡No puedo permitirlo!- la chica comenzó a sacudir la jaula, intentar romper las barras, gritar por su liberación y la de su amigo. El joven Pines intento calmarla.

-¡Pacífica, tranquilízate!, tú misma lo dijiste "puedo escapar", a mi solo me queda resistir, confío en que me ayudarás- la rubia tomó aire para aplacarse, y asintió.

El misterio de tu amor (Gravity Falls)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora