Huir para luchar otro día

53 0 0
                                    

Los jadeos se controlaron y un suave suspiro tranquilizo el corazón del castaño.

Hace poco casi era devorado por un par de monstruos y un poco más atrás intentó un ataque sin sentido contra el demonio cíclope, perdiendo en el proceso los diarios que podrían haber tenido una respuesta oculta, muchas otras respuestas a todos sus errores fueron respondidas en ese pequeño tiempo de calma que le concedió este infierno.

El entorno era lúgubre, del techo caían gotas de agua de dudosa procedencia, las paredes, unas más agrietadas que otras, no mostraban signo de resistir mucho, y las ventanas milagrosamente seguían en pie, aunque algunas estaban empañadas se podía ver claramente el desastre incalculable. Tal vez la única cosa con sentido en este lugar era su agotamiento, aún quería descansar más.

Pero mientras más pasaba el tiempo, una solución a este cataclismo se hacía más improbable.

Lo único que tenía, los diarios, fueron destruidos, y ahora que Bill se refugia en su pirámide de la locura es imposible darle un disparó con arma que había escondido, su único consuela era que aún seguía vivo y podía idear algo con esa vida que le quedaba, además, la chica que estaba al lado suyo tampoco parece haberse rendido, algo muy típico en ella, eso todavía mantenía su espíritu a flote.

¿Qué es lo que haré ahora? la mayor interrogante que tenía presente.

Si volvía a enfrentar a Bill Cipher en su estado actual, el resultado era inevitable; y para colmo, perdió su única fuerza de contraataque, el conocimiento oculto en los diarios, si tan solo no se hubiera lanzado arrogantemente frente al mayor demonio que jamás a existido en Gravity Falls, probablemente aún tendría cartas para jugar, pero ya no tiene sentido. Lo único que le queda, es el vago recuerdo de su tío diciéndole que la clave esta en los diarios.

Este era el Raromagedón, desastre autoproclamado por Bill Cipher, su aparente objetivo era la conquista de esta dimensión y la destrucción de todo sentido común.

Vacilante dejó de pensar en formas de como acabar con la amenaza, su único deseo ahora era encontrar a su hermana y volver a la cabaña para idear un mejor plan que el desastroso de hace unos momentos; sin embargo, esas ideas se disipaban de su mente y la idea de tener a su lado a la chica que hasta hace poco era otro misterio sin resolver llenaban de incertidumbre su cuerpo.

¿Qué hacía aquí?, de entre todas las personas, el castaño estaba casi seguro que por lo menos ella su familia estarían a salvo de la catástrofe; ¿qué clase de sucesos la llevaron a salvar su vida?

La miraba con recelo, le molestaba tener que desconfiar de una buena "amiga" como ella, generalmente, ella velaría por su seguridad. Enfrentarse a lo desconocido por nada más que salvarlo, hacía que su corazón se sintiera confundido y se estremeciera solo con verla. Estar aquí y compartir el mismo refugio, una vez más, traía recuerdos, no buenos ni malos, recuerdos de su segunda aventura juntos, aunque no tan peligrosa como la última.

Estar sentado a su lado y compartir calor, brindándose una falsa sensación de seguridad, solo ponía más inquieto al castaño. Ella se acurrucaba en su hombro cada minuto que pasaba, su corazón de adolescente no se calmaba, si no estuvieran en esta situación, probablemente, la habría movido y comenzaría una discusión un poco ociosa, pero ahora, compartiendo refugio en el "infierno", la empatía de alguna sintió hace mucho por ella volvió a nacer y cargado con sentimientos extras que eran muy difíciles de expresar en este momento.

El tiempo pasó, Dipper, acompañó a la rubia en su descanso por un momento más, tal vez un descanso sería lo más adecuado.

En el momento que él también había acomodado su cabeza sobre la de ella, después de unos minutos, Pacífica abrió los ojos con lentitud, como si hubiera despertado de una siesta trató de tallarse los ojos, pero se encontró con la sorpresa de estar casi usando a Dipper como una cama, estaba echada casi encima de él, su cuerpo se estremeció y su rostro se ruborizó, no había hecho esto nunca con ninguna persona, ni siquiera con sus padres, o incluso aún, con su primo Arthur, esto era sumamente inquietante.

El misterio de tu amor (Gravity Falls)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora