15 Deseos

Capítulo 3: Una conexión especial

Durante unos cuántos segundos me quedé sin hacer absolutamente nada sólo estaba recargada en la puerta con una gran sonrisa,aunque no soportaba a Pablo me gustaba mucho su sentido del humor y la gran confianza que se tenía,cuándo salí de mi nube fui hasta la cama dónde tenía mi ropa y me cambié; me puse un vestido azul que me llegaba por los muslos y por la parte de arriba tenía los tirantes cruzados por la espalda después me puse unas hermosas zapatillas y salí de la habitación apresuradamente hasta llegar a la mía.

-Hola ¿Cómo va todo? —pregunté deseando que todo estuviera bien.

-Lamentablemente no se puede hacer mucho le ofrecemos una disculpa por que tendremos que cambiarla de habitación.

Suspire enormemente y asentí con la cabeza,el hombre que me había ayudado salió completamente apenado de la habitación y yo me puse a empacar las pocas cosas que habíamos sacado ya que cómo acabábamos de llegar no habíamos tenido tiempo de desempacar.

Cuándo terminé de guardar las cosas me maquille y me arregle el cabello,me estaba terminando de poner los aretes cuándo llegó Octavio y me dió un beso en los labios.

-Te ves hermosa mi amor—susurró Octavio suavemente en mi oído.

-¿En serio?

-Por supuesto,eres la mujer más hermosa de la isla—respondió Octavio con una gran sonrisa.

Comenzamos a besarnos durante unos cuántos segundos y enseguida nos fuimos a cenar a un restaurante que era muy popular en la isla,eran las 7:40pm y la reservación estaba hecha a las 8:30pm así que íbamos justo a tiempo.

-Hola buenas noches ¿A nombre de quién está la reservación?

-Octavio Esquivel.

-Bienvenidos si gustan acompañarme los llevaré hasta su mesa.

Nos llevaron a nuestra mesa y nos sentamos,estando ahí pedimos comida y en cuánto la trajeron comenzamos a cenar. Tuvimos una hermosa velada dónde cenamos y platicamos sobre miles de cosas además bebimos vino sin control,después de unas horas regresamos al hotel y nos informaron que nuestras cosas ya estaban instaladas en la nueva habitación así que nos entregaron las nuevas llaves,subimos hasta la nueva habitación y nos dimos cuenta que nuestra nueva habitación quedaba justo en frente de la de Pablo y Romina,sin prestar tanta atención entramos a nuestra habitación y al cerrar la puerta me lancé a Octavio y comencé a besarlo sin control caminamos hasta la cama sin separar nuestros labios y nos acostamos en la cama yo me quite el vestido y apresuradamente empecé a desabrochar la camisa de Octavio.

-Espera Laura...

-¿Qué pasa Octavio? —pregunté con voz acelerada.

-¿Qué haces?

-Quiero hacerlo contigo no tienes idea de las ganas que tengo,hace mucho que no hacemos el amor —dije mientras me sentaba en mis pantorrillas.

-Si lo se amor pero estoy muy cansado y lo único que quiero es dormir—respondió Octavio bostezando.

No dije absolutamente nada y me fui al baño a despintarme y ha agarrame el cabello,al terminar volví a la habitación y Octavio ya estaba dormido así que sólo me puse la pijama y me dormí.

Al día siguiente me despertó el ruido de la puerta ya que alguien estaba tocando,me levante de la cama y fui a abrir la puerta.

-Hola buenos días ¿Y Octavio dónde está? Vine para invitarlo a desayunar--dijo Romina sonriendo.

-Ahorita paso a buscarte Romina sólo me doy una ducha rápida —grito Octavio desde la recámara.

-Bueno me voy espero que tengas un bonito día Laura.

Romina se despidió de mi y se fue yo caminé hasta la recámara y me acosté a ver televisión en lo que salía Octavio de ducharse,cuándo salió comenzó a vestirse.

-¿Saldrás nuevamente con ella?—pregunte en un tono serio.

-Si amor sólo será para desayunar y cuándo vuelva haremos lo que tu quieras.

No dije absolutamente nada y me metí a duchar,al salir Octavio todavía estaba ahí en la habitación.

-No estás molesta,¿Cierto?

-Si lo estoy Octavio,todas las cosas que haces con ella deberías hacerlas conmigo tu y yo venimos juntos por lo cuál tienes que estar conmigo y ella con su novio ya que por algo vinieron.

-Se me está haciendo tardísimo mejor hablamos cuándo regrese,te amo —dijo Octavio y me dió un beso en los labios.

Empecé a vestirme y a maquillarme cómo me suponía que esto iba a suceder el día anterior había comprado un boleto para poder andar en bicicleta por algunas montañas así que me puse ropa de acuerdo a la ocasión también me hice un maquillaje ligero y cuándo estaba lista salí algo molesta de la habitación,al abrir la puerta Pablo también estaba saliendo de la habitación.

-Buenos días Laura —dijo Pablo amablemente.

-¿Qué tienen de buenos? —dije algo sería y comencé a caminar apresuradamente.

Al llegar a las montañas tome una bicicleta y comencé a recorrer el lugar,estaba tan molesta que estaba conduciendo a toda velocidad,iba pensando en todo lo que estaba pasando en mi relación me perdí tanto en los pensamientos que no me fije que en el camino había una enorme roca así que al chocar con la roca salí disparada de la bicicleta,me di un fuerte golpe en la cabeza que provoco que perdiera el conocimiento y me desmayara.

Comencé a despertar poco a poco y escuchaba voces que no alcanzaba a diferenciar de lo que hablaban,cuándo desperte completamente lo primero que vi fue a una anciana que me miraba con gran preocupación.

-¿Te encuentras bien? —me preguntó la anciana.

Yo no podía responder absolutamente nada,me sentía bastante mareada y me dolía la cabeza por el golpe.

-¿Te encuentras bien? —volvió a insistir la anciana.

-Si estoy bien sólo estoy un poco mareada,¿Que hago aquí? —pregunté confundida.

-Tuviste un accidente y el joven te encontro.

-¿Que joven? —pregunté extrañada.

-El —dijo la anciana apuntando a mi espalda.

Me giré y vi a Pablo sentado en una silla sonriendo levemente yo sólo lo miré y también sonreí levemente.

-¿Ustedes se conocen? —preguntó la anciana mirándonos.

-¿Por que su pregunta? —preguntó Pablo.

-Es que a ustedes los une algo muy fuerte.

-¿De que habla? —pregunté confundida.

-Entre ustedes hay una conexión especial es por eso que me voy a atrever a pedirles algo que es muy importante para mi y lo más probable es que cambié sus vidas para siempre —dijo la anciana en un tono serio.