Psychiatric. ➳ Kim Taehyung.

d a t e

Terminé de ponerme el vestido y como supuse, me quedó por encima de la rodilla.

Volví a mirar el reloj y eran las 7 en punto cuando escuché a alguien golpear mi puerta.

Respiré hondo, me acomodé el vestido, giré la manija de la puerta y la abrí.
Taehyung lucía guapísimo, vestía una camiseta blanca de manga larga tal vez una talla más grande, con una corbata negra algo suelta, un pantalón de mezclilla al que parecía que se le estaba quitando el color, ya que estaba más blanco que azul, y unos tenis blancos.

Nota: El outfit de Tae es el mismo que en DNA, al final les dejaré una imagen por si no recuerdan.

— H-hola. -Habló.

— Hola. -Respondí intentando no parecer nerviosa.

— Te traje algo.

Me tendió un ramo de bonitas flores, eran tulipanes.

— Gracias, son lindas.

Le sonreí y las tomé.

— ¿Te podrías poner esto? Quiero que sea sorpresa. -Sonrió y me mostró una tela, supongo que para cubrirme los ojos.

Tomé la tela y la amarré a mi cabeza.

— ¿Lista?

— Lista.

Taehyung tomó una de mis manos y comenzamos a movernos.

— ¿A dónde me llevas, Tae? -Reí.

— Es un lugar que ya conoces. Bueno, que conocemos.

— ¿Ah, sí?

— Sí. Pero hoy es más especial que ayer.

Después de caminar un poco, Tae se detuvo. Se colocó detrás de mí y comenzó a desamarrar la tela que me impedía ver.

Me acostumbré a la luz y pude ver lo que había frente a mí.
Estábamos en la cafetería, pero no lucía como ella.
En cada mesa había una vela, acompañada de un tulipán amarillo al lado derecho, en el centro de la cafetería, había una mesa con dos tulipanes también amarillos solo que éstos estaban a ambos lados y la mesa estaba cubierta de un mantel rojo.

— ¿Te gusta? Hice lo mejor que pude. -Sonrió nervioso.

Me acerqué y lo abracé por el cuello.

— Gracias, Tae.

Me correspondió el abrazo y pasó su brazo por mi cintura.

Nos separamos y caminamos hacia la mesa del centro, Tae arrimó la silla y me senté en ella. Como agradecimiento, le sonreí.

— Espera aquí, iré por la comida. No tardo.

— Te espero.

Unos minutos después, Tae volvió.

— Espero te guste el sushi.

Para su buena suerte, el sushi me encantaba.

— Me encanta el sushi.

— Me alegro, tuve que pasar por mucho para conseguir esto. -Rió.

— Desde hace rato me he preguntado de dónde has sacado tu atuendo. Luces guapísimo.

Noté cómo se sonrojó.

— T-tú también luces m-muy bonita, no, estás h-hermosa. -Sonrió tímido.

— Gracias. -Le sonreí.

— Tenemos una llamada por mes, entonces la utilicé para llamar a un viejo amigo y él me trajo la ropa y el sushi. Aunque claro, hacer todo esto no fue fácil, pero lo conseguí.