a n s w e r s

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Abrí mis ojos de golpe. Como si alguien me obligara a hacerlo.

— Buenos días, linda.

Mi corazón comenzó a palpitar desenfrenadamente, y entonces recordé. La sombra.
Estaba en un viejo sillón, sucio y roto.
Miré a mi alrededor y, claramente no estaba en casa. Las paredes ni siquiera tenían color, y en algunas partes estaban manchadas de un color rojo intenso.

— ¿Quieres desayunar?

Y reconocí aquella voz.

— ¿Ji Hoo? -Fruncí el ceño.

— ¿Dormiste bien, Seolhyun?

— ¿En d-dónde estoy?

— Eso no importa.

Se dio la vuelta y noté que estaba en ropa interior y sin camisa.
Me incorporé sobre el sillón.

— T-tengo que volver a casa. -Hablé con la voz temblorosa.

Rió.

— Eso no pasará.

Se giró hacia mí y tenía una aguja con algo dentro de ella.

— ¿Q-qué es e-eso?

Se acercó a mí y tomó mi brazo con fuerza.

— M-me lastimas... suéltame.

Me clavó la aguja e inyectó aquel líquido cristalino en mi piel.

— Calma, lo haré rápido.

Sentí cómo me debilitaba, Ji Hoo comenzó a quitarse la única prenda que llevaba y luego comenzó a quitarme la ropa.
Trataba de moverme para detenerlo pero era como si mi cuerpo ya no fuera mío, no podía moverme ni gritar.

Se acercó y a horcajadas se colocó encima de mí.

Y comencé a llorar con las poquísimas fuerzas que me quedaban.

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Habían pasado días o quizá semanas, o tal vez incluso meses. Había llegado al punto de que no sabía si era de día o de noche o de cuánto tiempo llevaba en aquel lugar.
Ji Hoo había abusado varias veces de mí y luego simplemente desaparecía.
Él sólo me daba un poco de agua y una mínima porción de comida. Aunque, a veces, cuando desaparecía, pasaban incluso días y no comía nada. Ni bebía nada.

Ni si quiera sabía en dónde estaba.

Me levanté de aquél sucio y roto sillón y comencé a caminar intentando encontrar algo con lo que atacar a Ji Hoo en cuanto volviera, busqué en cada rincón pero no había nada más que suciedad.
Escuché unas pisadas y supe que Ji Hoo estaba de vuelta.
Por instinto, me quedé en un rincón sintiendo temor incluso solo de verlo.

— ¿Dónde estás, pequeña zorra? Te tengo un regalo.

Mi respiración era inestable y mis manos temblaban tanto que ni siquiera podía controlarlas.
Sólo quería irme de ahí, estar en casa con Yoongi, viendo películas.

— ¡He dicho que dónde estás! -Gritó.

Comencé a llorar y Ji Hoo me escuchó, caminó hacia mí y me sonrió cínicamente.

Psychiatric. ➳ Kim Taehyung.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora