32.

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Me recargué en el respaldo del sillón en el que me encontraba, y deslicé mi mano derecha sobre la gamuza de color verde. Aquel verde no era un verde brillante, era más como un verde quemado. Triste y sombrío.

Mientras contemplaba su color, un recuerdo vino a mí, uno donde estaba con Tae. Recostados sobre el pasto, en aquel amargo manicomio, contemplando el cielo azul; aquel día, el pasto era de un verde brillante, deslumbraba, y casi podía opacar la belleza del cielo. El manicomio era un lugar aburrido y agrio, sin embargo, la naturaleza del lugar era lo que nos mantenía cuerdos. El pasto era adornado de bellos tulipanes, y pequeñas flores, que se extendían por todo el lugar. Evoqué su recuerdo.

Tenía una pequeña flor blanca por arriba de su oreja, mientras jugaba con un tulipán. Sonreí. Taehyung se fusionaba con todo el panorama del lugar, su cabello, de un café otoñal, sus labios, teñidos de un rosa primaveral, y sus ojos, centrados en mí. Él también me sonreía. Dejándome apreciar su dulce e inocente sonrisa.

Abrí los ojos. Regresando a mi realidad y miré el sofá. Era un verde quemado.

Me sequé las lágrimas que, sin darme cuenta, habían hecho aparición. Me levanté del sillón y me aproximé a la ventana. Era un día soleado.

— Buenos días, Seol. -Me giré sobre mis talones. Era Jimin.- ¿Cómo amaneciste el día de hoy?

— Igual que siempre, con dolor de espalda. Deberían considerar poner camas más cómodas.

— Se lo comentaré a mi jefe. -Sonrió.

Me senté sobre la cama, era hora de mi chequeo diario.

— ¿Crees que... pueda salir a caminar un rato?

— Abre la boca. -Hice la acción que Jimin pidió e introdujo uno de esos palitos de madera a mi boca.- Puedes hacerlo, claro, bajo mi supervisión. -Rodé los ojos.- Sigue la luz. -De nuevo hice lo que él pidió, y Jimin movió su pequeña lamparita de derecha a izquierda y viceversa.- ¿Sabes? Mi compañía no es tan mala como tú piensas.

— Sí, lo es. -Fruncí el ceño.

Se descolgó el estetoscopio del cuello y se lo puso en sus oídos, para luego pasar a escuchar mi corazón.

— Está todo en orden. -Sonrió.- ¿Te parece si damos una vuelta? -Se volvió a colgar el estetoscopio en el cuello.

Lo miré. Siendo honesta, no me agradaba del todo dar un paseo con él. 
Habían pasado demasiados años desde nuestra amistad, y ya no lo podía ver como a un amigo. Sin embargo, quería salir a contemplar el cielo, aunque fuera por unos minutos.

— Está bien. -Acepté luego de unos instantes.

Él sonrió.

Me puse en pie de la cama y salí detrás de Jimin.

— Vas recuperándote muy bien, creo que ver a tu hermano seguido te ha ayudado.

— Así parece.

— Ya no eres la misma de chica de hace años, Seol.

— Tú tampoco pareces serlo.

— Tienes razón, ambos hemos cambiado.

— ¿Sabes? Taehyung hablaba de ti todo el tiempo, aunque él no lo admitiera, tú eras un tema sensible para él. Siempre se preguntó por qué dejaste de visitarlo. En ocasiones, se sentía solo, incluso cuando yo estaba con él. Jamás soltaba a pay de queso, era algo muy importante para él. 

Jimin sonrió nostálgico.

— Jamás me perdonaré por haberlo abandonado en aquel lugar, me gustaría poder volver el tiempo atrás y visitarlo. Me concentré demasiado en mí y en ayudar a mis pacientes, que olvidé que Taehyung era más importante. Me arrepiento de las decisiones que tomé, pude haberlo visitado, pero con el trabajo, y mi ex novia robando mi tiempo, olvidé que quien me impulsó a cumplir mis sueños fue él.

Miré hacia el piso y suspiré, Jimin también lo extrañaba.

— Sé que a Tae le hubiera agradado escuchar eso.

— Me hubiera gustado abrazarlo una vez más, y agradecerle por todo.

— No eres el único.

Nos encontrábamos fuera del hospital.

Una ligera brisa revolvió mi cabello y cerré los ojos.
Habían pasado tres meses.

Ya estaba casi recuperada, tanto físicamente como mentalmente.
Aparte de Jimin, tenía otro doctor que seguía básicamente el mismo protocolo que en el manicomio; charlas, medicamentos, diagnósticos y más medicamentos. 

Luego de perder a Tae, decidí que quería mejorar, y que dejaría de negarme a los tratamientos que podía disfrutar.

Le había hecho una promesa Tae, y pensaba cumplirla.

Su partida todavía me dolía demasiado, añoraba ver una vez más a Tae, poder tomar su mano y no dejarlo ir. Pero ya era muy tarde, y lo único que me quedaba era aceptarlo y mejorar.

— Tal vez en unos dos meses más tengas el alta. - Habló Jimin luego de un rato.

Abrí los ojos y lo miré, él también me miraba.

— ¿Eso crees?

— Tu cuerpo aceptó perfectamente el corazón, ya tienes fuerza en las piernas y tu otro doctor me ha comentado que los medicamentos te mantienen tranquila, y controlada. Si seguimos a este ritmo, dentro de dos meses podrás estar caminando en un centro comercial.

— Nada me gustaría más que poder caminar fuera de hospitales y con ropa normal. - Sonreí.

Jimin me devolvió la sonrisa.

— Deberíamos volver, está comenzando a anochecer.

Asentí y ambos nos dimos la vuelta para entrar de nuevo al hospital.

Psychiatric. ➳ Kim Taehyung.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora