Psychiatric. ➳ Kim Taehyung.

m i s s i n g

Dormía, hasta que las luces de mi habitación se encendieron a mitad de la noche.
Me levanté de la cama y salí de mi habitación un poco desorientada.

Guardias y enfermeras pasaban de habitación a habitación encendiendo las luces. ¿Qué ocurría?

— ¿Qué pasa? -Le pregunté a un guardia.

— Un paciente ha desaparecido.

— Residentes del hospital psiquiátrico Kang, les pedimos amablemente que salgan de sus habitaciones hacia la sala. Es una emergencia. -Se escuchó por los altavoces.

Caminé, como todos los demás, hacia la sala.
Aquella sala era una gran sala en la cual se hacían la mayoría las visitas. O en donde los pacientes pasaban el mayor tiempo del día. Menos Taehyung y yo que, literalmente, vivíamos en el patio del manicomio.

Buscaba con la mirada a Taehyung para preguntarle qué sucedía, pero no lo vi. Supuse que estaría en otro lugar.

— El paciente de la habitación 217 ha desaparecido esta noche. -Se escuchó en los altavoces de la sala.

Sentí cómo el corazón se me detuvo. 217. La habitación de Taehyung.

— El nombre del paciente es Kim Taehyung. Si alguien sabe el paradero de Kim Taehyung, por favor, infórmenle a cualquier enfermera o guardia.

Caminé hacia una enfermera que había ahí y la miré.

— ¿Te puedo ayudar en algo, cielo? -Preguntó la enfermera.

— ¿El paciente que desapareció es Kim Taehyung?

— Sí. -Asintió.

— ¿Podría llevarme a su habitación?

— No creo que eso sea posible.

— Por favor...

Suspiró.

— De acuerdo. Sígueme.

Ambas comenzamos a caminar a la habitación de Taehyung y en cuanto llegamos ella me detuvo antes de poder abrir la puerta.

— No podré darte mucho tiempo así que no tardes.

Asentí y entré a la habitación de Tae cerrando la puerta detrás de mí.
Miré la habitación de Tae y me acerqué a pay de queso que estaba sobre su cama; lo tomé y metí mi dedo índice en una de las bolsitas del chaleco de mezclilla que tenía y encontré un pequeño papel.
Lo saqué y dejé al peluche sobre la cama.
Entonces, comencé a desdoblar el papel y tenía algo escrito en él. "Encuéntrame en la dirección a la que las estrellas nos llevan."

Fruncí el ceño. ¿A qué se refería?

Salí de la habitación de Tae y la enfermera ya no estaba ahí. Comencé a caminar hacia mi habitación aún pensando en lo que Taehyung había escrito y recordé la cafetería.

En la noche, cuando íbamos Tae y yo a robar helado en la cafetería, nos sentábamos unos segundos a mirar las estrellas.

Tae siempre decía que bajaría una estrella del oscuro cielo nocturno y que me la daría de regalo de cumpleaños.
Yo siempre reía y le decía que era una estupidez. Y él respondía que lo estúpido era no poder dejar a la luna tocar al lobo.
Y después de eso, me besaba la nariz y tomaba mi mano. Eso significaba que debíamos volver.
Corrí hacia la cafetería e intenté buscar a Taehyung en la oscuridad de la noche.                        
Entré en la nevera en donde guardaban el helado y demás y encontré a Tae sentado en el rincón jugando con el suelo. Cuando se percató que estaba ahí, levantó la vista y me sonrió.

— Sabía que vendrías.

Me acerqué a él y me agaché hasta quedar a su altura. Coloqué mi mano sobre su mejilla y él la tomó entre sus grandes manos. Estaba helado.

—Te estás congelando aquí, Taehyung. Vámonos. Te están buscando.

— Lo sé. Lo escuché por los altavoces. -Rió.

— Estás loco. -Reí también.

— Lo sé. -Sonrió.

— ¿Por qué aquí? Pudiste haberme esperado afuera de la nevera, tonto.

— Es que aquí me siento más seguro que ahí afuera. Ahí afuera siento que alguien nos observa.

Fruncí el ceño.

— ¿Quién te observa? -Pregunté confundida.

Tae entreabrió los labios pero varias enfermeras entraron en la nevera.

—  ¡El paciente de la 217 está aquí! -Gritó una de ellas.

Los guardias entraron también y me separaron de Tae.                                                                                      
Él sabía que no valía la pena forzarse o pelear, así que simplemente dejó que le aplicaran los tranquilizantes y lo llevaran a su habitación.
En cuanto a mí, las enfermeras me llevaron a mi habitación y se quedaron en mi puerta para que no pudiera salir.
Me tiré sobre la cama y recordé lo que había pasado antes de que llegaran los guardias y enfermeras, un segundo antes, Tae entreabrió sus labios y susurró algo que en ese momento no pude entender, pero ahora sí.

"Protégeme, Seol".                                                                                                                  

Fruncí el ceño.

¿De qué quería que lo protegiera?