29.

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Los párpados me pesaban. No podía abrir los ojos.
A mi alrededor, escuchaba voces a la lejanía.
No las identificaba ni las entendía.

Me encontraba en un cuarto oscuro, con la ropa del hospital Kang. Completamente de blanco.

Sentí algo rozarme la mano. Alguien me la había tocado.
Sentía el tacto, pero no podía visualizar quién o qué era.

Intenté avanzar por el cuarto oscuro, pero éste estaba completamente de un color negro.
El suelo no lo parecía, lucía como un lago en el que me reflejaba. Un lago oscuro.

— ¿Hola? -Pregunté.

Un eco se formó a mi alrededor.

Seguí caminando, intentando visualizar algo pero era una habitación completamente oscura. ¿Dónde me encontraba?

— ¿Hay alguien ahí?

De nuevo el eco en mi voz se hizo presente.
Miré a mi alrededor.
Estaba sola.

— Seolhyun. -Murmuró una voz grave a mis espaldas, y al instante supe quién era. Me quedé en mi lugar, esperando que continuara.- Tienes que volver. -Susurró.

— ¿Volver adónde? -Pregunté girándome hacia él.- ¿Dónde estamos, Tae?

— No podemos estar juntos, cariño.

— ¿De qué hablas?

Acunó una de mis mejillas entre sus manos.

— Te amo. Nunca lo olvides.
Fuiste, eres y serás lo mejor que he tenido en toda mi vida, Seolhyun. -Hizo una pausa.-
Pero no podemos estar juntos.

— ¿Por qué? -Pregunté con la voz rota y con mis ojos apunto de cristalizarse.

— Pronto lo entenderás. -Sonrió.

— Prometiste no dejarme jamás. -Tomé su mano sobre mi mejilla.

— No te quiero dejar ir, pero no puedes estar conmigo. -Intentó sonreír, pero una pequeña lágrima se deslizó por su mejilla derecha.

— Te amo. Lo sabes, ¿verdad?

Besó mi frente y se quedó unos instantes con sus labios ahí.
Lo abracé por los hombros haciendo puntillas, debido a que él era más alto que yo, y rodeó mi cintura, escondiendo su rostro en el hueco de mi cuello.

— Vas a salir adelante. Y serás feliz. Siempre te cuidaré, no importa dónde esté. Estaré siempre contigo, no lo olvides.

Rompió el abrazo y me sonrió.

Seguidamente, me besó.
Como sólo él sabía hacerlo.
Con delicadeza y dedicación. Con amor y gentileza.

Se separó de mí aún con su bonita sonrisa cuadrada que tanto me encantaba, y sostuvo mis mejillas.
Juntó su frente con la mía.

— No te enojes conmigo cuando despiertes, Seol. Lo hice para salvarte.

— ¿De qué hablas? -Pregunté confusa.

— Debes despertar para entenderlo todo.

— ¿Despertar? ¿Esto es un sueño?

— Es una brecha, bombón. Cuídate, por favor. Y sé feliz.

Soltó mis mejillas y comenzó a alejarse de mí de a poco, él comenzaba a desvanecerse.

— ¡Taehyung, espera! ¡Quédate conmigo! -Grité con la voz rota y las lágrimas descendiendo por mis mejillas, cual cascada.

— Te amo. -Fue lo último que escuché, cuando de la nada, todo se volvió blanco.















































El corazón me latía desbocado, abrí los ojos de golpe y la luz me cegó unos instantes.
Volví a cerrar los ojos.

Intenté cubrirme la vista con mi brazo, pero éste no escuchaba mi orden y permanecía inmóvil.

Me acostumbré a la luz de la habitación y fruncí el ceño. Miré a mi alrededor.
Habían máquinas conectadas a mis brazos y cuerpo, me encontraba en una cama de hospital, había una ventana a mi izquierda y esta apuntaba a que era de día.
Un vago recuerdo vino a mí.
Taehyung.

Intenté incorporarme sobre la cama, pero no podía moverme. Era como si mi cuerpo estuviera ahí, pero yo no podía controlarlo.
Abrí los labios, pero no logré emitir sonido alguno.

Mi respiración se volvió irregular, mi pecho subía y bajaba de una manera brutal. Me estaba asfixiando.

— ¡Necesito un inhalador en la habitación 215! ¡Ahora! -Exclamó una voz dentro de la habitación en la que me encontraba.

Una cabellera rubia apareció en mi campo visual, aquel hombre tenía las facciones muy marcadas. Quijada definida y delgados pómulos, acompañados de un color otoñal en sus ojos y unos labios gruesos.

Mi vista se nubló. Todo se distorsionó a mi alrededor, y mis pulmones no resistían ni un segundo más.

Unas manos tomaron mi cabeza e inmediatamente el aire volvió a mis pulmones y pude tranquilizarme.

Seguía con la vista nublada, por lo que cerré los ojos.

— Te dejo un segundo y ocurre esto. -Dijo aquella voz. Abrí los ojos de nuevo y lo miré. Entreabrí los labios para hablar, pero él negó.- No te esfuerces demasiado. Será difícil hablar o moverte durante un tiempo. Me alegra que estés despierta. -Sonrió.

Tenía miles de preguntas formulándose en mi mente en estos momentos, pero había una que me intranquilizaba más que todas. ¿Dónde estaba Taehyung? Recordaba aquel sueño, donde el suelo lucía como un lago oscuro, donde Taehyung se desvanecía y me dejaba atrás.

Quería saber dónde estaba y si se encontraba bien.

— ¿Quieres que te deje descansar? -Preguntó el doctor de cabellera rubia, levantándose de la silla en la que se encontraba.                                              
Negué rápidamente y con un gran esfuerzo, logré tomar su muñeca derecha, deteniéndolo.- ¿Qué pasa, necesitas algo? -Preguntó volviéndose hacia mí.

— Tae. -Murmuré.

Entreabrió los labios y miró hacia abajo. Fruncí el ceño.

— ¿Dónde? -Pregunté con la voz ronca y apenas audible.

— Debes descansar, Seolhyun.

— Por favor. -Supliqué.

Necesitaba verlo, necesitaba comprobar que estaba bien. Lo necesitaba a él.

Volvió a sentarse sobre la silla en la que estaba minutos atrás y suspiró abatido.

— Se supone que debería dejarte descansar, pero sé que te preocupas por Taehyung y necesitas saber esto.

— ¿Está -Hice una pausa.- bien? 

— ¿Recuerdas el incidente luego de que escaparon del hospital psiquiátrico Kang? -Negué con la cabeza.- ¿La carretera?

Dejé de mirarlo, y recurrí a mis recuerdos pasados.
Era cierto, Taehyung y yo habíamos escapado del hospital. Corríamos, queríamos alejarnos lo más posible de aquella cárcel y construir una nueva vida.
El siguiente recuerdo que tengo es de él conmigo sobre una carretera, donde nuestros rostros eran cegados por una fuerte luz. Me empujó. Me golpeé la cabeza y todo se volvió oscuro.

— E-escapamos. -Balbuceé y él asintió.

— Taehyung está bien.

Se levantó de la silla y me dio la espalda.
Unos segundos después, se dio la vuelta hacia mí. Lo recordaba. Era Jimin. Park Jimin.

Estuvo apunto de hablar otra vez, pero guardó silencio y abandonó la habitación.

Relajé mis músculos.

Taehyung estaba bien.

Psychiatric. ➳ Kim Taehyung.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora