No sé cuánto tiempo voy a estar tratando de superar todo esto, pero quiero que ya se acabe. Quiero no pensar todos días en él, ya no quiero revivir los momentos que pasamos juntos.
Solo quiero que alguien me ame de verdad, así como amo yo. Y en lo posible tratar de que esa persona sea la que amo.
Pero ese es el problema. Es que QUIERO, pero no puedo hacerlo.
-Ya no sé qué hacer. – Le digo a Ale.
-Sigue con tu vida, no lo esperes.
-Es que no puedo hacer lo que él quiere si no me lo dice.
-Tienes diecisiete años, no tienes que sentirte atada a él.
-No entiendo porqué estoy pendiente de lo que él quiere; en vez de estar pendiente de lo que yo quiero.
-Porque lo amas. Así de simple. – Suspira y sigue. – Cuando amas a alguien piensas siempre en esa persona, aunque el sentimiento no sea mutuo; pero tú lo haces igual.
-Quiero disfrutar, quiero reir Ale.
-Desgraciadamente no soy yo el que pueda darte esa felicidad que buscas con tanto desespero. Todo depende de ti; solo tú sabes hasta dónde llegar. – Me dice despacio. – En mi opinión, no creo que esté bien priorizar los pensamientos de los demás antes que los tuyos.
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El final es el comienzo
Teen FictionDos personas completamente distintas. Una historia que los entrelaza. Un sentimiento no tan mutuo. Amistades que resultan no serlo. Adolescencia y madurez juntas. ¿Destino o casualidad?