Dios, tengo nervios. Dudo mucho que ganemos este modelo, pero hay que ponerle las mejores ganas.
Son las 7.30 y yo ya me estoy vistiendo.
Camisa negra, pantalón de vestir negro, mis botas de tacón negras y el pelo suelto. Ah, y sin una gota de maquillaje.
Voy a desayunar y me encuentro con las caras dormidas de mamá y mi hermanita. Me río y me siento a tomar mi té.
-Buen día. – Les digo.
-Buen día. – Me responden las dos a unísono. Parecen dos zombies.
Me tomo el té rápido, me levanto de la silla y me voy a fijar si tengo todo lo que necesito en la mochila.
-Te olvidas la tortilla de patatas. – Me dice mi mamá desde la cocina.
-Ah, cierto. Por esto te amo. – Le digo agarrando el taper lleno de tortilla que me ha dejado sobre la mesa.
-¿Solo por eso? – Me pregunta haciendo un puchero.
-Por esto y por muchas cosas más. – Le digo dándole un beso en la mejilla.
Guardo el taper en la mochila, la cierro y me pongo un tirante sobre el hombro.
-¡Me voy! Deséenme suerte. – Les digo a las dos.
-¿No te olvidas nada? – Me pregunta mamá.
Repaso la imagen de mi mochila mentalmente y creo que no.
-Creo que no. – Le respondo.
-¿Y mi beso? – Me pregunta.
Ah, era eso. Me río y le doy un beso en la mejilla y un abrazo.
-Suerte. – Me dice mi mamá y salgo de la casa a esperar el autobús.
Creo que Jordan se iba a subir al mismo bus.
Dios, tengo nervios. Van a haber muchos chicos de otros colegios.
Esta vez es un modelo de Naciones externo, así que por eso vienen chicos de otros colegios y con diferentes edades.
No sé si estemos bien preparados, pero información tengo, y ganas de pelear también.
Me subo y él está sentado en unos de los primeros asientos.
-Hola. – Le digo.
-¿Cómo estás? ¿Con nervios? – Me pregunta.
-Algo así. Con muchas ganas de pelear.
-Así me gusta. Espero que no sea tan difícil.
-No creo, aunque siendo España vamos a tener un par de problemitas con Reino Unido en Consejo de Seguridad.
-¿Por qué? – Me pregunta.
-Por la Isla de Gibraltar.
-Oh, es verdad. De igual forma ellos usurparon a Gibraltar, en ese momento, perteneciente a España.
-Sí, pero ellos jamás van a dar el brazo a torcer.
-No quería ponerme corbata, pero mi madre casi me obliga a hacerlo. – Me dice cambiándome el tema de la conversación.
-Pero no te queda mal. – Le respondo.
-Es que a veces no entiendo por qué tiene que ser tan formal.
-Lo mismo digo. No me importa el hecho de que sea formal, pero sí de que toda la ropa que uses tiene que ser de colores neutros. Todo en la gama de los negros o azules oscuros.
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El final es el comienzo
Teen FictionDos personas completamente distintas. Una historia que los entrelaza. Un sentimiento no tan mutuo. Amistades que resultan no serlo. Adolescencia y madurez juntas. ¿Destino o casualidad?