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Otro suspiro había salido de los labios del castaño.

Taehyung estaba en la cafetería recostado en una mesa, algo triste ya que no había visto a su omega en todo el día, y de hecho ya lo extrañaba.

No había tenido tiempo de verlo esa mañana y menos saludarlo como usualmente lo hacía, principalmente porque su departamento queda del lado contrario al de Jungkook y justo esa mañana su primera clase era con el profesor más estricto de Taehyung, por lo que solo tuvo tiempo de dejarle sus galletas y la nota antes de salir volando hacia su correspondiente clase.

De hecho estaba preocupado, ya que no había tenido tiempo de preguntarle a Félix –mejor y único amigo de Jungkook– sobre el tipo de galletas que  a este le gustaban, solo le dejó sus galletas favoritas y esperaba que al menos le gustaran. Dios, ¿y si esas galletas no eran sus favoritas? ¿Y si las galletas favoritas del castaño eran justo las que Jungkook odiaba? Se moriría de vergüenza, no, de hecho ya lo estaba haciendo. Ocultó su rostro sonrojado entre sus brazos rezándole a buda porque aquellas galletas no le disgustaran a Jungkook.

<<Ojalá le hayan gustado...>>

Taehyung sintió una mano golpetear suavemente su nuca, logrando que alzara ligeramente la vista y se topará con la sonrisa de Jimin, su mejor amigo desde que tenía memoria. Tenían la misma edad por lo que lograban complementarse muy bien, de hecho, muchas veces la gente solían decirle que ambos formarían una hermosa pareja en el futuro, puesto que su pequeño amigo gritaba la palabra "Omega" por donde fuera, incluso hasta los padres del castaño ansiaban que ellos formaran pareja.

Y quizá Taehyung lo hubiese hecho pero no por amor, sino más bien porque temía que a su edad fuera a quedarse completamente solo. Aunque bueno, en cuanto entró a esa cafetería que no era de su área y vio a un chico azabache de delicadas facciones y un aroma que volvió completamente loco a su lobo, supo que aquel plan podía irse a la mierda y pondría todo de sí para poder conquistar al lindo Omega.

De hecho aún recordaba cómo había intentado acercarse a él y quizá, solo quizá, tirarle algún piropo estúpido de esos que te hacen reír pero no te incomodaban. Y bueno, se fue a la mierda en cuanto sus pies se enredaron entre sí y su cara impacto con el suelo. Taehyung aún recuerda la vergüenza de aquel día y se avergonzó aún más al percatarse de que todo aquello fue observado por el pequeño azabache.

<<Dios, trágame tierra>>

Fue lo que había pensado antes de que Jimin corriera a su rescate y lo ayudara.

Recordaba las risas a su al rededor más eso no era lo que lo hacía morir de vergüenza, sino que Jungkook había presenciado todo, aunque bueno, el hecho de que no se estuviera riendo lo calmaba un poco pero al ver como el chico frunció el ceño y desvío su mirada Taehyung no puedo evitar ponerse triste al igual que su lobo, él quería que Jungkook lo siguiera mirando aunque fuera por pena.

Y es que las burlas dirigidas a él en ese momento eran lo de menos, de hecho hasta se había acostumbrado a ellas.

Aunque con unos padres como los míos, ¿quién no se acostumbraría?

–Tae, ¿en qué piensas tanto? –la voz aguda de Jimin lo saco de su mundo, provocando que volviera a fijar la vista en sus orbes.

Un puchero se instaló en los labios del castaño.

–No he visto a Jungkook-ah en todo el día. Quiero verlo...–murmuró con tristeza el moreno.

Jimin formó una mueca con sus labios y barrio con su vista de forma rápida la cafetería. Nop, no habían rastros del chico azabache.

꒰ ͜͡➸ •.¸. 𝑾𝒉𝒐 𝒊𝒔 𝒎𝒚 𝑨𝒍𝒑𝒉𝒂?  ᵛᵏᵒᵒᵏDonde viven las historias. Descúbrelo ahora