꒰ ͜͡➸ •.¸. 𝑾𝒉𝒐 𝒊𝒔 𝒎𝒚 𝑨𝒍𝒑𝒉𝒂? ᵛᵏᵒᵒᵏ

❀ Extra 1 ✿

Hace 18 años atrás...

El ambiente estaba frío, el constante repiqueteo del reloj comenzaba a alterarla y la cálida taza de chocolate en polvo ya no parecía tener el mismo dulzor de hace unos momentos. Sus castaños ojos no se despegaban de aquel reloj, notando como cada vez quedaba menos para que el infierno se desatara en aquella casa. SunHee volvió a mirar al suelo, sobre la afelpada alfombra como unas delgadas piernas se movían de un lado a otro descuidadamente, la pequeña sonrisa en aquellos cerezos que su hermano tenía por labios y sus crayones de variados colores plasmando una nueva obra de arte sobre el blanquecino papel.

Jungkook solo tenía cinco años.
SunHee doce.

Cinco años y él ya vivía un infierno. Pero ella se lo había prometido, había prometido cuidar de su pequeño hermanito.

Porque sabía que si ella no lo hacía, nadie más lo haría.

Volvió a mirar el reloj, eran las 6:40 pm y sus padres no tardarían en llegar. Con pesar se levantó de la silla, llevando con prisa la fría tasa al fregadero y volviendo por su hermanito quién parecía ajeno a todo, con aquella inocencia que caracterizaba a los niños y su dulce espíritu logrando animarla en sus momentos de profunda agonía.

–Jungkookie, bebé. Tenemos que ir a arroparte. — habló con voz suave logrando que los brillantes luceros de Jungkook de posaran en ella.

Jungkook le hizo un puchero.

–Pero Noona, quiero seguir pintando. Ya casi termino. –dijo el menor en una plegaria.

SunHee suspiró.

–Lo siento, sabes que tienes que estar en cama antes de las siete. –habló quedamente, acercándose a su hermanito y ofreciéndole una mueca a modo de disculpa.

Jungkook negó fuertemente con la cabeza aún con su puchero en los labios.

–No, no. –negaba Jungkook con lagrimitas en sus tiernos luceros. –Tengo que terminar esto para que mamá y papá lo vean. Usé los crayones que Yoongi-Hyung me regaló, el dijo que son mágicos así que si les muestro este dibujo Noona ya no tendrá feas marcas moradas. –habló empezando a sollozar.

SunHee lo vio con una mezcla de ternura y tristeza.

Es posible que los niños sean muy inocentes, pero eso no los hacía tontos. Los niños se percataban de muchas cosas, y para el pesar de SunHee, ella lo sabía muy bien.

SunHee tomó a su hermanito en brazos y lo acunó dejando que el infante llorara y escondiera su rostro en la cavidad de su cuello.

–Lo siento bebé. Lo siento mucho. –se disculpaba con voz quebrada una y otra vez, acariciando las suaves hebras de Jungkook.

Con lentitud fue reincorporándose aún con su hermanito en brazos. Lo llevó hasta su cuarto y después de un par de besos en sus regordetas mejillas y una promesa de comer helado en el futuro, le pidió que se colocará su pijama mientras ella iba a recoger sus cosas antes de que sus padres llegaran. Su vista barrió todo el primer piso en busca de una imperfección que pudiese causar un castigo al rato, revisó de arriba a abajo tres veces antes de volver a subir las escaleras, pensando que por más que ella ordenara todo y mantuviese limpio, ellos siempre buscarían la forma de castigarla.

Entró al cuarto de su hermano, quien estaba sentado en su cama con sus piernitas moviéndose de un lado a otro abrazando una almohada. Cuando la vio entrar Jungkook le mostró una brillante sonrisa y se recostó en su cama dándole la espalda al techo, para con cuidado bajar de a poco por su cama sin causar ningún accidente. Cuando por fin sus pequeños pies tocaron el suelo corrió hasta donde estaba su hermana y de la mano, fueron al baño para que Jungkook pudiera cepillar sus dientes.