Min YoonGi salió de la clínica con un nudo en la garganta.
Le quedaban solamente dos horas para llegar a su departamento, darse una ducha y vestirse para después ir con sus amigos, por lo que apresuró el paso.
Aquel día, no se puso los audífonos mientras caminaba, quería pensar.
¿Cómo les daría la noticia a sus amigos? ¿A su familia? HoSeok era un chico sensible, no en el sentido de que fuese de esos que lloran con poemas, si no que se preocupaba mucho por las personas que amaba, tal vez demasiado.
En una ocasión, YoonGi se había hecho sangrar mientras partía fruta en la cocina, y HoSeok hizo de todo un drama, dándole cuidados extremos al mayor, como si su herida fuese a infectarse con una enfermedad mortal de un segundo a otro.
Por otro lado, NamJoon era más analítico, se preocuparía, sí, le demostraría su apoyo, sí, pero el rubio estaba seguro de que en cuanto llegase a su casa, Kim investigaría acerca de los riesgos de esa operación, el porcentaje de gente que había muerto en ella, cuántas habían sido exitosas y cuántas habían fallado.
Por otra parte, estaba su familia; su madre no dudaría ni un segundo en tomar el primer vuelo a Seoul, su padre se encargaría de conseguir permisos en los trabajos de ambos, sacaría todos sus ahorros del banco y los guardaría entre la ropa de la maleta, envueltos en papel.
Aquellas cuatro personas siempre lo habían apoyado en el basquetball, siempre habían estado allí, en las gradas, vitoreando su nombre con todas sus fuerzas, ¿Cómo se sentirían al saber que había una posibilidad de que ya no lo volviesen a hacer nunca más?
Tal vez sus padres no estuvieran de acuerdo con su decisión de estudiar música, eso se lo habían dejado claro, sin embargo, en el fondo, les causaba cierta alegría ver los vídeos de sus presentaciones en la página de su antigua universidad.
En el otro lado, estaban sus amigos, aquellos que siempre lo habían impulsado a alcanzar sus sueños, ¿Qué pasaría si ese sueño se rompía?
¿Cómo podría decirles que la vida que había construido después del accidente estaba en riesgo de desmoronarse de nuevo?Al llegar a su departamento le dio una suave caricia en la cabeza a Holly para después apresurarse en entrar a la ducha.
Iba desvistiéndose en el camino, realmente le daba igual el frío que se clavaba en su piel cada que se quitaba una prenda.
Entró bajo el agua caliente y dejó que le cayera en el rostro, cerrando los ojos mientras sentía cómo sus músculos se relajaban.
Nunca le había gustado cantar, no era algo que lo emocionara, sin embargo, comenzó a murmurar por lo bajo la canción que JiMin le había regalado sin que él lo supiese. Lo hacía sentir tranquilidad entre el remolino en el que se encontraba....
Salió de su departamento con treinta minutos de sobra, quería llegar temprano, sabía que una larga plática les esperaba, y aún debía hablar con sus padres.
Caminó con las manos metidas en los bolsillos de su chaqueta, tratando que sus manos se calentaran, pero no daba resultado, le dolían debido a que sus músculos se habían entumecido.
Tardó unos 10 minutos en llegar a la parada de autobús, y otros 15 minutos de viaje hasta el edificio de departamentos de NamJoon.
En el autobús se había colocado los audífonos, cansado de pensar y darle vueltas al asunto que tanto dolor le causaba, la música siempre lo ayudaba a olvidarse de las cosas, aunque fuese por sólo unos segundos.
Subió por el ascensor y tocó a la puerta del menor.––Hola Min. –– saludó el de cabello lila con una sonrisa.
––Hola Nam. –– respondió chocando los puños con él mientras el más alto se hacía a un lado para dejarlo pasar.
––HoSeok llegará en un par de minutos, dijo que su autobús se retrasó. –– YoonGi asintió mientras se sentaba en el sofá junto a su anfitrión.
––Siempre es el primero en llegar, esto me sorprende bastante. –– NamJoon soltó una risita.
––Cierto, Hobi siempre es puntual.
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El chico de Instagram. (Yoonmin)
Fanfiction*ParkJiMin95 ha solicitado seguirte.* Aceptar|X Aceptar. -Hola, YoonGi.