Capítulo 47- Te seguiré amando.

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Los chicos fueron a comprar algo para comer después de una hora de espera, pues ya era tarde y tenían hambre, sin embargo, JiMin se quedó con los padres de Min, pues TaeHyung le dijo que le llevaría algo de comer.
Park habló con sus suegros mientas los muchachos regresaban, parecía ser que se llevaban bien, los padres de Min eran agradables sin duda, y era fácil mantener una conversación con ellos.
JiMin estaba agradecido con el destino porque así fuera, siempre había imaginado que la experiencia de conocer a tus suegros es algo terrible y aterrador, pero no, en su caso estaba siendo interesante, incluso divertido.
Los señores Min tenían un montón de historias interesantes acerca de YoonGi que le contaron con gusto, también sabían mucho acerca de muchos otros temas, por lo que era prácticamente imposible aburrirse al hablar con ellos.
Los chicos regresaron con la comida 15 minutos después, habían comprado algo también para los papás de YoonGi, por lo que se sentaron a comer todos juntos en silencio, pues no querían molestar al resto de gente que se encontraba en aquella sala de espera.
Pasaron otros 30 minutos antes de que una enfermera saliera por ellos y les informara que podían pasar a ver a Min, aún no despertaba, pero podían estar en su habitación hasta que lo hiciera.
Así pues, todos se pusieron de pie rápidamente y siguieron a la enfermera hasta la habitación del pelinegro.
Dejaron pasar primero a la señora Min por obvias razones, y después entraron los demás, ocupando los sillones y sillas que se encontraban disponibles en el cuarto.
JiMin se detuvo al lado de la cama de Min y lo observó por unos segundos. Se veía tan tranquilo, como si estuviera dormido, como si estuviese teniendo el mejor sueño de toda si vida, tal vez así era, ¿Las personas que se encontraban bajo los efectos de la anestesia soñaban algo antes de despertar? Era algo que necesitaba preguntarle cuando despertara.
Park acarició suavemente la mejilla de su novio antes de sentarse en una silla que jaló para ponerla al lado de la camilla. Los padres de Min se pusieron del otro lado.
Debía esperar con paciencia a que YoonGi despertara, cosa que no le molestaba. Esperaría una vida entera por él.

...

Cuando YoonGi despertó, la luz de su cuarto de habitación casi lo ciega debido a lo brillante que era.
Se sentía adormecido y torpe, como si sus sentidos no funcionaran del todo bien.
Miró a su alrededor con los ojos casi cerrados y vio a sus amigos y familia sentados a su lado.
Sus voces comenzaron a llegarle, y él hizo el mayor esfuerzo por procesar lo que decían.

––Yoonie, cariño. –– distinguió la voz de su madre y le dedicó una pequeña sonrisa cuando sus ojos se encontraron con su silueta.

––Llama al médico. –– escuchó decir a su padre. Alguien salió de la habitación.

––¿Cómo estás? –– se giró al escuchar la voz de JiMin, y una felicidad inmensa lo llenó al ver el rostro de su novio.

––Tengo sueño, mucho sueño, y hambre. –– el pelinegro soltó una risita.

––Me dijeron que ya despertaste, YoonGi. –– escuchó la voz de su doctor.

Poco a poco comenzaba a recobrar el sentido, y se dio cuenta de que sus amigos y familia se encontraban rodeando su cama, viéndolo con miradas de alivio.

––¿Cómo te sientes? –– preguntó el doctor tomando su estetoscopio y poniéndolo sobre el pecho de Min, que no pudo evitar removerse incómodo ante el frío del metal.

––Tengo hambre. –– el doctor soltó una risita.

––Por supuesto que sí, no haz comido nada en todo el día, ahora te traerán algo de comer... Parece que estás bien, pero necesito que no intentes mover tu hombro ahora, ¿Entendido? Tus músculos, tejidos, tendones y hueso están aún inflamados o sensibles, y podrías lastimarte, así que se paciente, en unos días veremos qué pasó. –– el rubio asintió, decepcionado, la espera sería un infierno. ––Llamenme si necesitan algo.

––Gracias doctor. –– agradecieron los padres de YoonGi, y todos hicieron una reverencia que el doctor correspondió.

El hombre salió de la habitación y el cuarto se llenó de voces.
Min escuchó entretenido cómo NamJoon había roto una silla en la sala de espera, sin poder evitar reír a carcajadas. Y eso era lo que necesitaba, distraerse de dónde estaba y porqué estaba ahí.
Y es que todo habría sido diferente si simplemente hubiese peleado con aquel mal nacido.
Cuando por fin le trajeron de comer, encendieron la televisión del cuarto y se sentaron en silencio a ver una película.
JiMin se encontraba sentado al lado de su camilla, sosteniendo su mano izquierda con delicadeza mientras hacía círculos en su piel con su pulgar.
El tacto del menor tranquilizó a YoonGi, se llevó todos sus miedos y los remplazó con pensamientos cursis y sentimentales, que sinceramente, no molestaban para nada al rubio.

...

Pasaron tres horas hasta que el doctor regresó, dijo que quería que YoonGi se quedara en observación esa noche, y a la mañana siguiente podría regresar a casa.
A pesar de que JiMin quería quedarse, sabía que lo correcto era que los padres de YoonGi se quedaran por la noche, por lo que disfrutó hasta el último minuto que pudo estar con su novio antes de que estuviera obligado a irse.

––Te esperamos afuera. –– le dijo NamJoon a JiMin después de despedirse de YoonGi mientras salía del cuarto. Los demás también se despidieron del rubio para después salir de la habitación.

––Antes de que te vayas, ¿Podrías quedarte un poco? Iremos rápido por algo de comer y regresamos. –– Park asintió ante la petición del padre de YoonGi.
Así pues, todos salieron de la habitación, dejando que por fin Park y Min tuvieran un momento a solas.

––Estarás bien. –– dijo JiMin acariciando la mejilla de YoonGi, pues por más que el rubio se esforzaba por ocultarlo, la preocupación y el miedo seguía reflejado en sus ojos.

––No podemos estar seguros de eso, JiMinnie, no sé si perderé la movilidad aún. –– se quejó con una suave sonrisa.

––Lo sé, pero pase lo que pase, estarás bien. –– Y fue ahí cuando YoonGi realmente entendió a que se refería JiMin cuando decía que estaría bien.

Park no se refería a que estaba seguro de que conservaría la movilidad del brazo, no, el pelinegro sabía que no podía prometerle eso.
JiMin se refería más bien a que YoonGi estaría bien, porque fuese cual fuese el resultado de la operación, Min sería capaz de superarlo, porque incluso si perdía la movilidad, incluso si perdía el basquetball, aún tendría aquellos maravillosos amigos, aún tendría a ese novio que lo adoraba, aún tendría su contrato con la empresa Big Hit, aún tendría a su familia.

––¿Me seguirás amando?. –– preguntó en un susurro Min con los ojos llenos de lágrimas, lágrimas que había retenido durante todo el día, lágrimas de miedo, de melancolía, de amor.

YoonGi había tratado de reprimir ese pensamiento oscuro dentro de su cabeza, pero no podía eliminarlo.
¿Qué pasaría si JiMin ya no quería estar con él si pasaba lo peor?
Min no podía pedirle que se quedara con él, no así.
Y una pequeña parte de él sabía que estaba siendo melodramático, Park no lo dejaría, no por algo así, pero de todas formas, tenía miedo.
JiMin acarició su rostro con ternura y besó sus labios lentamente.

––Te seguiré amando. –– susurró contra sus labios, dando un último beso para sellar la promesa.

Y fue ahí cuando YoonGi supo que verdaderamente, estaría bien.

El chico de Instagram. (Yoonmin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora