Guíados por Dios

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Y dieron aviso a David, diciendo: He aquí que los filisteos combaten a Keila, y roban las eras. Y David consultó al SEÑOR, diciendo: ¿Iré a herir a estos filisteos? Y el SEÑOR respondió a David: Ve, hiere a los filisteos, y salva a Keila. Mas los varones que estaban con David le dijeron: He aquí que nosotros aquí en Judá estamos con miedo; ¿cuánto más si fuéremos a Keila contra el ejército de los filisteos? Entonces David volvió a consultar al SEÑOR. Y el SEÑOR le respondió, y dijo: Levántate, desciende a Keila, que yo entregaré en tus manos a los filisteos. Y partió David con sus hombres a Keila, y peleó contra los filisteos, y trajo antecogidos sus ganados, y los hirió con grande estrago; y libró David a los de Keila. Y aconteció que, huyendo Abiatar hijo de Ahimelec a David a Keila, vino con el efod en su mano. Y fue dicho a Saúl como David había venido a Keila. Entonces dijo Saúl: Dios lo ha traído a mis manos; porque él está encerrado, habiéndose metido en una ciudad con puertas y cerraduras. Y convocó Saúl todo el pueblo a la batalla, para descender a Keila, y poner cerco a David y a los suyos. Mas entendiendo David que Saúl ideaba el mal contra él, dijo a Abiatar sacerdote: Trae el efod. Y dijo David: SEÑOR Dios de Israel, tu siervo ha oído que Saúl procura venir contra Keila, a destruir la ciudad por causa mía. ¿Me entregarán los señores de Keila en sus manos? ¿Descenderá Saúl, como tu siervo ha oído decir? SEÑOR Dios de Israel, te ruego que lo declares a tu siervo. Y el SEÑOR dijo: Sí, descenderá. Dijo luego David: ¿Me entregarán los señores de Keila a mí y a los varones que están conmigo en manos de Saúl? Y el SEÑOR respondió: Te entregarán. David entonces se levantó con sus hombres, que eran como seiscientos, y salieron de Keila, y fueron de una parte a otra. Y vino la nueva a Saúl de como David se había escapado de Keila; y dejó de salir. Y David se estaba en el desierto en peñas, y habitaba en un monte en el desierto de Zif; y lo buscaba Saúl todos los días, mas Dios no lo entregó en sus manos. Viendo, pues, David que Saúl había salido en busca de su alma, se estaba él en el bosque en el desierto de Zif. Entonces se levantó Jonatán hijo de Saúl, y vino a David en el bosque, y fortaleció su mano en Dios. Y le dijo: No temas, que no te hallará la mano de Saúl mi padre, y tú reinarás sobre Israel, y yo seré segundo después de ti; y aun mi padre así lo sabe. Y entre ambos hicieron pacto delante del SEÑOR; y David se quedó en el bosque, y Jonatán se volvió a su casa. Y subieron los de Zif a decir a Saúl en Gabaa: ¿No está David escondido en nuestra tierra en las peñas del bosque, en el collado de Haquila (oscuro) que está a la mano derecha del desierto? Por tanto, rey, desciende ahora presto, según todo el deseo de tu alma, y nosotros lo entregaremos en la mano del rey. Y Saúl dijo: Benditos seáis vosotros del SEÑOR, que habéis tenido compasión de mí. Id, pues, ahora, apercibid aún, considerad y ved su lugar donde tiene el pie, y quién lo haya visto allí; porque se me ha dicho que él es en gran manera prudente. Considerad, pues, y ved todos los escondrijos donde se oculta, y volved a mí con la certidumbre, y yo iré con vosotros; que si él estuviere en la tierra, yo le buscaré con todos los millares de Judá. Y ellos se levantaron, y se fueron a Zif delante de Saúl. Mas David y sus varones estaban en el desierto de Maón, en la llanura que está a la diestra del desierto. Y partió Saúl con sus varones a buscarlo; pero fue dado aviso a David, y descendió de allí a la peña, y se quedó en el desierto de Maón. Lo cual cuando Saúl oyó, siguió a David al desierto de Maón. Y Saúl iba por un lado del monte, y David con los suyos por el otro lado del monte; y David se daba prisa para ir delante de Saúl; mas Saúl y los suyos habían encerrado a David y a los suyos para tomarlos. Entonces vino un mensajero a Saúl, diciendo: Ven luego, porque los filisteos han entrado con ímpetu en la tierra. Se volvió, por tanto, Saúl de perseguir a David, y partió contra los filisteos. Por esta causa pusieron a aquel lugar por nombre Sela-hama-lecot (peña de las divisiones). Entonces David subió de allí, y habitó en los parajes fuertes en En-gadi.

1° de Samuel 23: 1-29

A veces estamos en situaciones en donde sentimos que no tenemos escapatoria,  pero en Dios si podemos encontrar una solución.

En este capítulo, vemos una vez más a David estando en contacto con su Señor.

Aquí vemos que se le presentaron dos situaciones de peligro: Keila iba a ser tomada por los Filisteos,  y Saúl iba detrás de el,  entonces como podemos ver una vez más en David,  fue a Dios a consultarle  primero.

Cuantas veces nosotros hacemos lo mismo o no lo hacemos : por más pequeño que sea lo que vamos a hacer,  nos lanzamos al agua como dicen por allí,  y si acaso nos acordamos de Dios ya de último. 

Acá no fue así.  Es más,  hay algo interesante en todo esto,  y es, según mi opinión personal,  David hizo las veces también de Sacerdote, porque siempre que consultaba directamente al Señor le traían las vestiduras que solo usaban los sacerdotes para poder ministrar en la presencia de Dios,  y David a lo largo de su vida, uso el efod de lino.  Que maravilloso es descubrir esto.

También vemos el contraste de David una vez más : Saúl.  Saúl pensó erróneamente que " Dios " iba a entregar a David en sus manos para matarlo, por el hecho de que se encontraba en Keila,  una ciudad cerrada,  amurallada con puertas y vigas, pero ; pensemos,  Dios nunca se pondrá de parte del mal,  porque El es la justicia misma.

Muchas veces solemos confundir que todas,  " cualquier oportunidad " proviene de Dios,  y ni tan siquiera tenemos comunión con El.  Pero lo malo jamás puede provenir de Dios:  los narcotraficantes,  los vendedores de droga,  los criminales y toda gente que se dedica a las cosas ilícitas,  siempre dicen " en el nombre de Dios hicimos tal cosa" y talvez vendieron drogas a muchachos de escuela, mataron a alguien, entonces con este ejemplo te quiero ilustrar que Saúl estaba equivocado del todo,  ya que Dios  nunca entrego a David en sus manos,  es más,  Dios siempre lo libró de sus manos.

Lo que podemos aprender de aquí es : distinguir cuando algo viene de parte de Dios o no.  ¿ Y como lograremos esto? Solo acudiendo personalmente ante su presencia : leyendo su Palabra, orando,  compartiendo con otros del amor de Dios,  aplicando sus principios a nuestra vida,  teniendo una genuina comunión con El,  y El vendrá en nuestra ayuda.

Conforme al corazón de Dios _ Volumén 1( el origen) ®Donde viven las historias. Descúbrelo ahora