" Saúl libera a Israel"

174 14 1
                                    

Después subió Nahas amonita, y acampó contra Jabes de Galaad. Y todos los de Jabes dijeron a Nahas: Haz alianza con nosotros, y te serviremos. Y Nahas amonita les respondió: Con esta condición haré alianza con vosotros, que a cada uno de todos vosotros saque el ojo derecho, y ponga esta afrenta sobre todo Israel. Entonces los ancianos de Jabes le dijeron: Danos siete días, para que enviemos mensajeros por todo el territorio de Israel; y si no hay nadie que nos defienda, saldremos a ti. Llegando los mensajeros a Gabaa de Saúl, dijeron estas palabras en oídos del pueblo; y todo el pueblo alzó su voz y lloró. Y he aquí Saúl que venía del campo, tras los bueyes; y dijo Saúl: ¿Qué tiene el pueblo, que llora? Y le contaron las palabras de los hombres de Jabes. Al oír Saúl estas palabras, el Espíritu de Dios vino sobre él con poder; y él se encendió en ira en gran manera. Y tomando un par de bueyes, los cortó en trozos y los envió por todo el territorio de Israel por medio de mensajeros, diciendo: Así se hará con los bueyes del que no saliere en pos de Saúl y en pos de Samuel. Y cayó temor de Jehová sobre el pueblo, y salieron como un solo hombre. Y los contó en Bezec; y fueron los hijos de Israel trescientos mil, y treinta mil los hombres de Judá. Y respondieron a los mensajeros que habían venido: Así diréis a los de Jabes de Galaad: Mañana al calentar el sol, seréis librados. Y vinieron los mensajeros y lo anunciaron a los de Jabes, los cuales se alegraron. Y los de Jabes dijeron a los enemigos: Mañana saldremos a vosotros, para que hagáis con nosotros todo lo que bien os pareciere. Aconteció que al día siguiente dispuso Saúl al pueblo en tres compañías, y entraron en medio del campamento a la vigilia de la mañana, e hirieron a los amonitas hasta que el día calentó; y los que quedaron fueron dispersos, de tal manera que no quedaron dos de ellos juntos. El pueblo entonces dijo a Samuel: ¿Quiénes son los que decían: ¿Ha de reinar Saúl sobre nosotros? Dadnos esos hombres, y los mataremos. Y Saúl dijo: No morirá hoy ninguno, porque hoy Jehová ha dado salvación en Israel. Mas Samuel dijo al pueblo: Venid, vamos a Gilgal para que renovemos allí el reino. Y fue todo el pueblo a Gilgal, e invistieron allí a Saúl por rey delante de Jehová en Gilgal. Y sacrificaron allí ofrendas de paz delante de Jehová, y se alegraron mucho allí Saúl y todos los de Israel.
1 Samuel 11:1-15

Esta pareciera ser una de las pocas veces en que veremos actuar correctamente a Saúl, al inicio de su reinado.

En esos días, Israel sufría invasiones de las tribus saqueadoras tales como estos Amonitas del este del Río Jordán. Los Amonitas eran malos vecinos de las tribus de Israel que estaban cerca de ellos,  aún cuando eran descendientes de Lot. Israel aún estaba desorganizado en esos días.

En este capítulo vemos,  como los Amonitas tienen sitiada a Jabes de Galaad,  y ellos, les dicen que no pondrían ninguna resistencia a su rendición,  y que serían siervos de ellos.  Entonces el rey les pone una condición un tanto extraña:
Les conservara la vida y los aceptarán por siervos y se sacaran el ojo derecho
¿ y esto a que se debía?
Pues bien,  con eso se incapacitaba para la guerra, ya que,  en aquellos tiempos, luchaban con el escudo en la mano izquierda, con lo que cubrían el ojo izquierdo,  de forma que un soldado practicamente sin el ojo derecho era prácticamente ciego.
Los sitiadores les dan 7 días a fin de que ellos puedan reconsiderar su propuesta, y para que pudieran encontrar a alguien que los salvará , cosa que el rey Nahas creía imposible, pues en ese tiempo,  Israel aún se encontraba desorganizado,  entre otras cosas más.

Pero los mensajeros fueron por todo Israel dando la noticia, por lo cuál el pueblo alzó la voz y lloró.

* Saúl se levanta

Aquí vemos como Dios usa grandemente a Saúl para librarnos de las manos de los Amonitas.

Vemos que Dios uso a Saúl por medio de su Espíritu Santo, lo cuál ya se ha explicado anteriormente, dado el hecho de que El no moraba permanente como hoy,  en el corazón de todos nosotros.

Saúl convocó a todos los hombres del pueblo para ir en ayuda de los de Jabes,  demostrando acá que el era el adecuado para el puesto,  y derrotaron a los Amonitas.

Después de esta importante victoria, subieron todos a Gilgal: Saúl,  Samuel y el pueblo.

Ellos le propusieron a Saúl matar a todos aquellos hombres que no estuvieran de acuerdo con su reinado,  pero Saúl mostró clemencia para ellos.  Aprovecharon igual la ocasión para: adorar a Jehová por La Victoria,  y para confirmar una vez más a Saúl en el reino, para presentar ofrendas de paz a Jehová, las cuáles significaba una expresión de gratitud y de acción de gracias a Dios,  de alguien que quiere estar, exactamente, en paz con El.

Y dice que todo el pueblo se regocijo en ello.

Vemos en este capítulo tan sencillo como Dios uso grandemente a Saúl,  y además, lo sacó de su vida ordinaria y común, para que comenzará de una vez por todas su Reinado.

Vemos también, que Saúl al principio, fue una persona totalmente distinta a lo que se convirtió al final: poseía humildad,  preocupación por el bienestar de otros,  en este caso, de su Pueblo Israel,  a quién el debía gobernar.  Era alguien valiente, confiado, esforzado, con mucho mando y autoridad capaz de llevar ejércitos al campo de guerra,  algo totalmente opuesto a lo sucedido en el capítulo 17.

¿ Porque cambio tanto Saúl?

Conforme al corazón de Dios _ Volumén 1( el origen) ®Donde viven las historias. Descúbrelo ahora