El relato de la vida de David, el más grande rey que Israel tuvo en todos los tiempos, su historia y enseñanzas perduran por todos los siglos, y pueden ser aplicadas en nuestros días. Basada en los libros de 1° y 2° de Samuel y 1° de Reyes.
La oración hecha en este pasaje por Ana, es una oración muy hermosa; a la vez, solemne, si se lee y medita con mucho cuando cuidado.
Ana alabó a Dios con un corazón lleno al cien por ciento de gratitud por la respuesta a su oración por un hijo.
Alabo y describió la grandeza de Dios de una manera muy clara y sencilla, pero a la vez directa. El tema de su oración poética fue su confianza en la soberanía de Dios y su agradecimiento por sus bendiciones. Más tarde, en El Nuevo Testamento, María la madre de Jesús, utilizó la oración de Ana como modelo de su propia canción de alabanza llamada " El Magnificat ( Lucas 1:46-55).
En estos diez versículos encontramos descrito La grandeza de El Señor, como Dios está en contra de las injusticias de esta tierra, y que tarde o temprano dará a cada quién el pago de sus obras. También como El Señor responde a todos aquellos que se acercan con humildad ante El Trono de su Gracia, y encuentran ayuda para El oportuno socorro.
De Dios provienen todas las cosas, todo lo que tenemos en esta vida, al alabarlo por todas las cosas buenas, estamos reconociendo su control definitivo sobre todos los asuntos de la vida.
Y termina esta oración, con una referencia casi profética hacia El futuro Mesías, al final del versículo 10.
" Y Elcana se volvió a su casa en Ramà ; y el niño ministraba a Jehová delante del sacerdote Eli" versículo 11.
La oración de Ana nos muestra que todo lo que tenemos y recibimos es un préstamo de Dios. Ana pudo haber tenido muchas razones para ser una madre posesiva. Pero cuando Dios contestó su oración, ella cumplió su promesa de dedicar a Samuel al servicio de El.
También es un ejemplo claro de su fé tan inquebrantable en El Señor, porque cuando ella estaba siendo oprimida en su hora más oscura, levanto su mirada al cielo, en busca de ayuda Divina.
Y tù, amigo/a que me lees:
¿ Te olvidas de Dios cuando recibes aquello que tanto pedías? ¿Tenemos un corazón de gratitud así como el de Ana?
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