Capítulo 15

1.3K 41 0
                                    


Ella me mira esperando una respuesta de mí parte, pero yo no puedo articular palabra alguna. No puedo decirle que Marcos me amenazó con matarla si no le pagaba, simplemente no puedo. La conozco, se va a volver loca.

- ¿Julián? - me vuelve a llamar.

-Emm... Ehhhh n-nada - estoy nervioso, no quiero que la lastime.

- ¿Qué te dijo? - me pregunta sería.

- ¿Q-quién? - no puedo dejar de tartamudear.

-No te hagas el pelotudo, el tipo ese - dice y se me acerca.

-Nada - le digo ya más calmado.

- ¿Nada? -pregunta con ironía - ¿Entonces por qué le dijiste que no me toque un pelo? - mierda, me escuchó.

-Ori, todo va a estar bien - digo tranquilizándola.

- ¿Qué pasó? ¿Qué te dijo? No me asustes - sus ojos se llenan de lágrimas.

-No no - se las limpio - No te va a pasar nada - le aseguro - Yo voy a llamar a la policía y lo voy a denunciar.

- ¿Y Sabrina ? -Me pregunta ya más calmada.

-Ori, vos sos mucho más importante que Sabrina, no me importa si se entera la prensa o quien sea, te quiero sana - la beso tiernamente.

-No no, no podés llamar a la policía - me mira seriamente.

- ¿A qué te referís? 

- A eso, no podés llamar a la policía Julián. ¿Podés pensar un segundo en ella? No solo vas a destruir su carrera, sino que lo vas a hacer para defenderme a mi. La vas a volver a hacer mierda. 

- Pero vos no entendés, yo tampoco quiero hacerle más daño del que ya le hice pero quieras o no, en estos momentos vos sos la persona más importante de mi vida, y si está en mis manos voy a hacer lo que sea para protegerte.

- No podemos Julián, no podés. Me va a matar la culpa, no podés - empieza a caminar por la habitación desesperada pero yo la freno y la obligo a que me mire.  

- Basta, vos no tenés la culpa de nada. En todo caso el responsable de todo esto soy yo, Sabrina no se habría metido en esto si yo no hubiera sido un reverendo hijo de puta con ella.

- ¿Qué vamos a hacer?

- Yo me voy a ocupar de todo - me mira con sus ojos cristalizados - No, no le voy a avisar a la policía.  Creo que tengo un par de contactos que me pueden ayudar a resolver este problema con discreción.

- Pareces de la mafia hablando así, mogólico.

- ¿Cómo me dijiste la concha de tu hermana? - le pregunto riendo a la vez que la agarro de la cintura y acerco nuestras caras.   

- Eso, que sos un mogólico.

- Pero cállate tarada, ¿Quién te pensas que sos?

- La mejor, obvio.

Nos acostamos en la cama y nos abrazamos fuerte, como no queriendo separarnos. 

- Te amo, voy a resolver esto - al no escuchar contestación alguna de su parte la miro, y ya está dormida, por lo que me acomodo para hacer lo mismo. 

InstagramDonde viven las historias. Descúbrelo ahora