Capítulo 43

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- ¿Ya decidiste lo del catering? - me pregunta ansiosa. A veces pienso que es su casamiento y no el mío.

- Ya te dije que si, ¿Te podes calmar? - estoy muy relajada y ni yo sé porque.

- ¡Ay! ¡Es que estoy muy emocionada! Te vas a casar Oriana, ¿lo entendés? - me abraza por los hombros.

- Obvio que lo entiendo Valentina. Pero cálmate boluda - digo riendo.

- ¡Tenes una casa, dos hijos y te estás por casar! Todo eso con solo veinticuatro años hija de puta, yo recién empiezo una relación - se queja haciendo un puchero.

- ¿Ya querés formar una familia con Agus?

- Obvio, lo amo tanto - sonríe como adolescente enamorada.

- Owww se aman tanto - dice una voz a nuestras espaldas imitando la de Valen.

- ¿Estás celoso? - se gira hacia él y lo mira seria.

- Para nada. Mí futura mujer me ama mucho más - me agarra de la cintura - Y me lo deja muy en claro por las noches.

- ¡JULIÁN! ¡SOS UN ORDINARIO! - digo riendo. Estoy tentada.

- Es verdad ¿O no? - me mira y yo solo me ruborizo - ¡Visteeee! - le habla a Valen.

- Sos un asco - le dice ella también tentada - ¿Qué haces acá?

- ¿No es mí casa? - retruca confundido por la pregunta.

- Si, pero estamos preparando las cosas para la novia. No podes ver.

- ¡Uh, no rompas los huevos! Ahora me voy, vine a buscar a Franco y Lucas.

- ¿Para?

- Me los voy a llevar con los pibes.

- Tene cuidado Julián, vos sos súper colgado, y los chicos también.

- ¿No confías en mí?

- Si, pero igual tene cuidado.

- Ok, está bien. Te lo prometo - me da un beso y sube las escaleras.

- ¿En que estábamos? - pregunta la rubia a mí lado.

Julián se fue con los nenes a lo de los chicos y con Valen nos quedamos arreglando todo. El casamiento es en un mes y ya tenemos varias cosas hechas pero nos faltan un montón más.

Jenny llegó una hora después por la facultad. Apenas puso un pie en la casa la pusimos a hacer cosas.
Pasamos toda la tarde entre mates y muestras de vestido, tenía que elegir uno y todavía no me decidía.

Arreglamos que mañana volvían y nos poníamos a buscar otro ya que ninguno nos convenció. Las despido en la puerta con un beso y me meto a la casa.

Estoy por irme a bañar cuando me suena el celular.

- ¿Holaaa te falta mucho?

- Ya se fueron las chicas, pueden volver.

- ¡Qué suerte!, ya me aburrí de estar con los pibes.

- ¿Queee? ¿Julián se aburrió de estar con sus amigos? ¿Julián Serrano? - pregunto tentada.

- Jugar a la play nos es lo mismo a cuando teníamos diecinueve, menos si tenés dos hijos que lloran a tu lado.

- ¿Lloraron? Ayy mis bebés. Vengan rápido plis, los extraño.

- ¿A ellos o a mí?

- A los tres - digo sonriendo.

- Ahora vamos amor, te amo.

- Yo más, chau.

Corto y me voy a bañar rápido para poder esperarlos. Cuando salgo de la ducha le mando un mensaje preguntándole por donde andan y me dice que los espere en la puerta que ya llegan.

Salgo con una sonrisa ansiosa de ver a mis hombres. Diviso el auto de Julián doblar la esquina y me encamino al cordón.

En una milésima de segundo otro auto viene de la mano contraria y le pega al de Julián en el frente. Este último retrocede y golpea contra un palo de la luz.

- ¡¡¡JULIAAAAN!!! -grito con todas mis fuerzas pero el auto ya había empezado a sacar humo de todos lados mientras el otro se alejaba por la calle.

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